| Sendero
de El Talenque a Valdelarco
Trayecto:
lineal. Salimos de Navahermosa
descendiendo en dirección a Valdelarco. A unos 500m, la carretera gira a
la izquierda presentándose a derecha una amplia explanada por la cual
debemos tomar. Nos adentramos por la
explanada siguiendo el camino junto a la margen izquierda del cauce del
barranco de Navahermosa. Encontraremos un cruce
algo más adelante el cual debemos ignorar prosiguiendo sin apartarnos del
cauce. En el cauce
encontramos gravas y arenas. Estos depósitos aluviales están formados
generalmente de arcillas con cantos subredondeados poligénicos y heterométricos.
Son, en cualquier caso, fruto del depósito en los cauces de las
corrientes fluviales siendo sobre estos aluviones fluviales donde se
asientan las huertas del lugar. El sustrato es de
tobas (metavulcanitas de aspecto pizarroso) y también filitas, de las que
existen buenos afloramientos en el primer tramo del cauce. Nos encontramos
enseguida rodeados de encinas (Quercus ilex subsp ballota), castaños (Castanea
sativa), algún rebollo (Quercus pyrenaica) y un matorral xérico
frecuentado por Jaras pringosas (Cistus ladanifer), jara rizada (Cistus
crispus), jaguarzos moriscos (Cistus salvifolius), tojos (Ulex eriocladus),
Scabiosa atropurpurea, etc.. En los márgenes del caminó abunda un
herbazal ruderal y subnitrófilo con viboreras (Echium plantagineum),
tomatillos del diablo Solanum nigrum), Calendula arvensis,Torilis
arvensis, Conyza albida, verdolagas
(Portulaca oleracea Anthemis arvensis giraldas (Coleostephus myconis),
cenizos (Chenopodium album), etc..
Algo más adelante,
junto a la Fuente del Arroyo, encontramos una vegetación higrofítica con
botones de oro (Ranunculus bulbosus subsp adcendens), juncos (Sirpus
holoschoenus, Juncus effusus, Juncus inflexus), Polygonum salicifolium,
consuelda menor (Prunella vulgaris), Veronica anagallisaquatica, Carex
pendula, Gliceria declinata, berros (Rorippa nasturtiumaquatica), tréboles
(Trifolium repens, Trifolium pratense), el primero con flores blancas y el
segundo rosas, Sonchus asper, y sobre todo podemos disfrutar de la
presencia de tres onagráceas: Epilobium hirsutum, Epiobiums parviflórum
y Epilobium tetragonum. Cruzamos el cauce del
arroyo de Navahermosa y, a nuestra izquierda, aparece una gran solana con
encinar y pinos Flandes
(Pinus pinaster). El matorral
predominante está constituido por jaras pringosas (C. ladanifer),
cantueso (Lavandula stoechas subsp luizierfi), carquesa (Genista
tridentata), brezo (Erica Australis), tojos (l ilex eriocladus), etc. A
derecha, sin embargo, aparece en umbría un denso pinar de pinos Flandes
con jarón (Cistus populifolius) y cerca del agua zarzas (Rubus ulmifolius),
brezo blanco (Erica lusita mica), con indumento de pelos lisos,
madreselvas (Lonicera hispanica), madroños (Arbutus unedo), aulagas
(Genista falcata), leguminosa con legumbre falcada (de forma de navaja),
escaramujos (Rosa agrestis var nubensis, Rosa corvmbosa), Lytrum
salicaria, álamos negros (Populus nigra), sauces (Salix atrocinerea), de
hojas con el envés con pelos rojizos o ferroginosos, y sobre todo un
denso helechal con helechos comunes (Pteridium aquilinum) y helechos
hembras (Athyrium filix-femina). Al poco, nos acompaña
a nuestra izquierda una pared pétrea donde abundan especies rupícolas
como clavellinas de roca (Dianthus Lusitanus), la crasulácea Sed um
brevifolium y la cara cariofilácea Arenaria montana, de grandes flores
blancas. En los remansos de la
ribera podemos ver lentejas de agua (Lemna minor), indicadora de aguas
limpias, ) la estrella de agua Callitriche stagnalis.
Entramos en un bosque
de galeria con álamos negros (Populus nigra), sauces (Salix fragilis,
Salix atrocinerea, Salix pedicellata), y un denso herbazal con Agrimonia
eupatoria, Scutellaria minor, Calystegia sepium, Galium broterianum, de
hojas trinerviadas y frutos dídimos glabros,Teucrium scorodonia, Geranium
lucidum, Hypericum undulatum, las gramíneas Paspalum dilatatum y Setaria
pumila, etc.. Abundando muy especialmente los pteridofitos Pteridium
aquilinum,Athyrium filix-femina,Asplenium trichomanes,Asplenium ceterach,
Asplenium onopteris y Asplenium billotii, este último protegido por el
Catálogo Andaluz de Flora Silvestre Amenazada. Aunque no se pisa
propiamente en el sendero, podemos intentar localizar algún afloramiento
de diorita en sus proximidades en la zona donde el sendero gira a la
izquierda. Es una roca granitoide, de grano medio a grueso, de color
oscuro (verdoso a grisáceo), y masiva. Son interesantes las
dos morfologías de valle que se generan con la dinámica propia de los
barrancos del lugar. Una mucho más angosta, la primera, y la de
Valdelarco mucho más amplia. Otra observación
interesante es la de los cerros con berrocal que se observan en el fondo
este del valle de Valdelarco. Desde este punto
veremos las primeras casas del pueblo al que accederemos entre fértiles
huertas El bosque se va espesando cada vez más con olmos, sauces y álamos.
Aparecen ya algunas huertas con manzanos (Malusx domestica) y nogales (Juglans
regia) indicando que nos vamos aproximando a Valdelarco. Cruzamos el arroyo que
viene del pueblo con un denso zarzal, cerezos (Prunus avium), la bonita
escrofulariácea de flores espolonadas Kickxia spuria. subsp integrifolia,
la compuesta nitrófila raspasayos (Picris echioides), etc..
Junto al camino
encontramos Potentilla reptans, hierba carmín (Phytolaca americana),
violetas (Viola riviniana), Bidens aurea, y algunos quejigos. El paisaje rural está
muy bien conservado. Excelentes vistas del pueblo desde el mismo sendero y
huertas con gran atractivo. Singular, trazado urbano con casas en las que
abundan las solanas y arcos. El origen de Valdelarco probablemente
provenga de algún asentamiento realizado durante la Repoblación. Su
casco urbano está declarado Bien de Interés Cultural al igual que la
iglesia del Divino Salvador (s.XVIII), cuya silueta neoclásica corona la
población. Para el regreso
recomendamos bajar la plaza que se sitúa en la parte inferior del pueblo
y, desde allí, tomar un estrecho camino que se dirige en dirección éste
(calle Estrados). Discurre el camino
contorneándose por la falda del monte y acompañado de una antigua
acequia de riesgo. Algo más adelante, desciende y se estrecha hasta
enlazar con el camino empedrado por el que llegamos anteriormente a
Valdelarco. Antes de entroncar con
la pista que nos ha traído, iremos por una ladera junto a muros de
piedras con castaños centenarios y pinos Flandes (P pinaster). En
primavera podemos disfrutar de la orquídea Cephalantera rubra, dedaleras
(Digitalis purpurea), Lathyrus tingitanus, Scrophularia scorodonia,
madreselvas (Lonicera hispanica), Centaurea erythrea, aulagas (Genista
falcata), Brachypodium sylvaticum, quejigos (Q. faginea), etc.. Fauna El lugar resulta
adecuado para la presencia de aves rapaces de costumbres forestales tal
como el azor y el gavilán sirviendo los altos chopos que flanquean el
cauce como lugar de oteadero del encinar próximo e incluso como posible
lugar de cría. En las ricas dehesas de los alrededores aún pervive el
lince, una de las especies más emblemáticas y amenazadas. Este cauce tributa a
la ribera de Huelva por lo que, conforme vayamos descendiendo, la entidad
del mismo irá en aumento. En cuanto las aguas
presenten cierta permanencia, aparecen varias especies de peces así como
diversa fauna (nutria, martín pescador, garzas, etc.) que tienen en ellos
una parte importante de su dieta. A destacar es la presencia de la cigüeña
negra que tiene en estos lugares una de su áreas de campo. |