El término primavera deriva de prima “primer” y vera “verdor”. Cuando hacemos referencia a esta palabra, también queremos decir vida, juventud o colorido, pues la identificamos con todo lo que está en su esplendor y, quizás sea la estación más esperada por todos, por la llegada del buen tiempo.

Comienza ahora, con el equinoccio que tiene lugar entre el 20 y 21 de marzo (termina tres meses más tarde) y, como todos sabemos, este fenómeno estacional tiene su origen en el movimiento de traslación dela Tierra.

Hoy, por la llegada tan esperada de esta época del año, de la subida de las temperaturas, del nacimiento de las primeras flores, de las primeras visitas a la playa y, para no caer en las explicaciones astronómicas que aclararían este fenómeno, pero que le harían perder su magia, os dejamos la interpretación de este fenómeno según la mitología griega:

“Deméter, Diosa de la naturaleza y Zeus, el Dios de dioses, engendraron una hija llamada Perséfone.

Hades, Dios de las tinieblas, que se abandonó a los encantos de Perséfone, la raptó mientras ésta recogía flores con sus amigas las ninfas llevándosela al inframundo.

Su madre, Deméter, decidió abandonar el Olimpo y sus obligaciones como Diosa de la naturaleza para buscar a su hija perdida, por lo que la Tierra se volvió fría y desolada. Por su parte, Zeus, al presenciar el desconsuelo que su mujer sentía por no poder recuperar a su hija, y la agonía que sufría la tierra, decidió mandar a Hermes a recuperarla. La única condición que puso Hades para dejar ir a Perséfone era que no comiese nada en su camino hacia la salida, pero el Dios del inframundo la aturdió y ésta comió seis semillas de granada, que la hacían volver junto a su ahora esposo Hades un mes por cada semilla.

Por lo tanto, pasaría la mitad del año en el Tátaro, de donde se había convertido en Diosa, mientras que la otra mitad podría regresar junto a su madre.

Tanto el verano como la primavera, la mitad del año que Perséfone pasaría con su madre, serían el resultado de la alegría que experimentaría Deméter al reencontrarse con su hija.”

 A lo largo de toda la Historia, las fiestas que celebran la llegada de la primavera han tenido su fundamento en los ciclos agrarios y han evolucionado dependiendo del momento y del lugar, del territorio y la cultura. Así, los romanos celebraban las Floralias, en China se conmemora con la Fiesta del cerezo en flor, en India con la Fiesta del Joli y aquí en España destaca la Batallade las Flores y el Entierro de la Sardina en Murcia.

Cada uno a su manera ¡feliz primavera!

María Aguilar Pavón, alumna en prácticas en la Biblioteca Universitaria

La primavera en la BUH

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