El sistema circulatorio sirve para transportar nutrientes, oxígeno, residuos, hormonas, etc.
Las arterias son vasos sanguíneos que siempre contienen sangre oxigenada.
Las venas son vasos sanguíneos que acercan la sangre al corazón.
La presión de la sangre en los capilares es prácticamente nula.
El plasma es el líquido que se forma en la sangre después de coagular.
Las células más abundantes de la sangre son los linfocitos, ya que son indispensables en los mecanismos de defensa.
La cantidad de glóbulos rojos en la sangre depende del sexo: es distinta en hombres y mujeres.
Hay muchos tipos de leucocitos, aunque los más abundantes son los neutrófilos.
Las arterias pulmonares llevan sangre oxigenada a los pulmones.
La sangre sale del corazón por las arterias aorta y pulmonares.
La vena cava superior desemboca en la aurícula derecha y la vena cava inferior en la aurícula izquierda.
Los vasos coronarios aportan oxígeno y nutrientes al corazón para su funcionamiento correcto.
Durante la sístole ventricular, la sangre es impulsada hacia las aurículas.
El estetoscopio es el aparato que se utiliza para medir la presión de la sangre.
En las paredes del corazón existen marcapasos naturales que provocan la contracción rítmica del miocardio.
El sistema linfático recoge líuido extravasado de la circulación sanguínea devolviéndolo a ésta.
La anemia más abundante es los niños es la ferropénica, que se explica por una disminución de la concentración de hierrro en la sangre.
Durante una lipotimia, hay que agitar al enfermo para que recupere la conciencia y el ritmo respiratorio normal.
La piel pálida, sudorosa y fría es siempre síntoma de que se está padeciendo un infarto.
La reanimación cardiovascular incluye una serie de procedimientos para normalizar la función cardio-respiratoria.