Revista Iberoamericana de
Economía Solidaria e
Innovación Socioecológica
RIESISE
Vol. 4 (2021), pp. 219-242 • ISSN: 2659-5311
http://dx.doi.org/10.33776/riesise.v4i1.4871
R
El objetivo general es describir la economía
solidaria como posible dinamizadora del de-
sarrollo rural y de la construcción de la paz en
Colombia en el periodo 2014-2018. La metodo-
logía es de corte cualitativa con el método de
revisión documental en los primeros apartados
y en la discusión. En los resultados se hace un
análisis correlacional entre las variables: Valor
Agregado y Número de Organizaciones Solida-
rias teniendo como derrotero la metodología
cuantitativa.
La principal conclusión, es que en los terri-
torios donde se han implementado prácticas
basadas en la economía solidaria pareciera que
mejoran el peso relativo municipal en el valor
agregado departamental.
A
The general objective was to describe
the solidarity economy as a possible promo-
ter of rural development and peacebuilding
in Colombia in the 2014-2018 period. The
methodology is qualitative with the document
review method in the first sections as well as
in the discussion and in the results a correla-
tional analysis is made between the variables:
Added Value and Number of Solidarity Orga-
nizations taking the quantitative methodology
as a course.
The main conclusion is that in the territories
where practices based on the solidarity eco-
nomy have been implemented, it seems that
they improve the municipal relative weight in
the departmental added value.
LA ECONOMÍA SOLIDARIA COMO DINAMIZADORA DEL
DESARROLLO RURAL Y DE LA CONSTRUCCIÓN
DE LA PAZ EN COLOMBIA
THE SOLIDARITY ECONOMY AS AN ENHANCER OF RURAL
DEVELOPMENT AND PEACE BUILDING IN COLOMBIA
Dustin Tahisin Gómez Rodríguez
Universitaria Agustiniana
dustin.gomez@uniagustinaina.edu.co
Ehyder Mario Barbosa Pérez
Uaeos
ehyder.barbosa@orgsolidarias.gov.co
Óscar Misael Merchán Hernández
Uaeos
oscar.merchan@orgsolidarias.gov.co
P 
Desarrollo rural; economía solidaria; terri-
torio, territorialidad.
K
Rural Development; solidarity economy;
territory; territoriality.
códiGoS Jel
: H11, O1, R11.
Fecha de recepción: 14/12/2020 Fecha de aceptación: 25/01/2021
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1. INTRODUCCIÓN
Desde la década 1950, en el Estado colombiano se pueden identificar
dos corrientes que se visualizan en los planes de desarrollo. Por un lado,
la Estructuralista, en cabeza de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe - CEPAL - y por otro la Neoliberal desde la perspectiva
de los Consensos de Washington, ambas desde el paradigma de la
modernidad en términos de Kuhn. La primera denominada Sustitución
de las Importaciones, égida bajo el enfoque Estructuralista, buscaba el
empoderamiento del sector urbano industrial a través de la productividad
de alimentos baratos y de mano obra excedente para la generación de
divisas para la importación de maquinaria (Kalmanovitz, 2019; Machado,
2005). El modelo promulgaba el proteccionismo por medio de atender en
primera instancia el mercado interno, con lo cual se podría, por lo menos
en el discurso, generar crecimiento endógeno para enfrentar la altísima
dependencia hacia la tecnológica foránea como a los costos (Vergara,
2011).
“La estructura exportadora colombiana se ha diversificado desde
el decenio de 1960. Sin embargo, a pesar de que se ha servido del
tipo de cambio para impulsar las exportaciones no tradicionales,
las exportaciones con base en la explotación de recursos naturales
mantienen una importancia relevante en el comercio exterior”
(Rendón, 2007:36).
En el mismo sentido, desde la década de 1990 hasta el presente,
con un ligero cambio en el gobierno del Expresidente Ernesto Samper
1994-1998, inicia la segunda corriente o modelo, nombrada Apertura
Económica. Que se oficializa con el expresidente Cesar Gaviria, desde el
año 1990, al que geopolíticamente se le titula Neoliberalismo (Gómez,
2015). El Neoliberalismo se basa en los postulados de los Consensos
de Washington como los de Basilea. Esquematizando, el neoliberalismo
tiene cuatro objetivos específicos: la libre movilidad de bienes y capitales,
flexibilidad laboral, reducción y limitación del mercado como neutralidad
de las políticas macroeconómicas (Rendón, Nieto y Ángel, 2005).
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El desarrollo económico y social en Colombia desde la mitad del siglo
XX hasta el presente se ha fundamentado en modelos foráneos: Sustitución
de Importaciones y Neoliberalismo .En efecto, así como han dado frutos
desde la perspectiva o gremio que se le mire, también ha tenido rotundos
fracasos trayendo desajustes sociales y económicos, lo que visibiliza la
necesidad de vigorizar y ampliar los derroteros del desarrollo económico
y social para así poder generar soluciones y aportes al acervo científico del
país (Gómez y Rojas, 2017; Barbosa y Gómez, 2020).
Ahora bien, desde la escuela Neoclásica de la economía el sistema
capitalista permite por sus mecanismos intrínsecos que el mercado
autorregule” la conjugación adecuada de trabajo y capital más un
componente tecnológico para la generación de riqueza (Berzosa, 1999).
Por consiguiente, desde estos postulados, existe una interdependencia
entre los diferentes agentes económicos cuya expansión repercute
positivamente (Martín, 1983). No obstante, se presentan fallas de mercado,
es decir, que el mismo no es capaz por sí solo de regular la distribución, la
producción y administración de bienes y servicios. Entre las que se destacan
están: la ineficiente asignación de recursos, la inestabilidad de los ciclos
económicos, las externalidades negativas y la ineficiencia en la provisión de
los bienes públicos las cuales se corrigen generalmente con la intervención
del Estado (Stiglitz, 2020; Rubio, Téllez y Gómez, 2019).
El mercado puede ser eficiente pero no necesariamente produce
resultados socialmente deseables; por ejemplo, los más pobres pueden ser
eficientemente explotados por los más ricos (Stiglitz, 2010). En el ámbito
rural, estos fallos llevan a que los productores se enfrenten a mayores
niveles de incertidumbre que dificultan la toma de decisiones productivas
(Amaya, 2013). De ahí que la presente investigación posibilita otras miradas
del desarrollo rural teniendo como pivote la economía solidaria (Vargas y
Sánchez, 2020; UAEOS Y Documentación e Información de la Economía
Social, Púbica y Cooperativa, 2018).
Precisamente, el presente artículo es derivado del Macroproyecto:
Análisis, desarrollo, fomento y gestión del talento humano en el municipio
de Aracataca, Magdalena desde la economía solidaria. (2020-2022).
Entre la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias-
UAEOS, entidad adscrita al Ministerio de Trabajo de Colombia y la
Universidad Agustiniana-Uniagustiniana. En virtud que el dialogo entre
saberes posibilita un mayor dinamismo para aportar a la solución de las
problemáticas complejas de la realidad (Maldonado, 2016; 2007), en este
caso específico en la lectura del desarrollo rural como construcción de la
paz de Colombia desde la óptica de la Economía Solidaria. Precisamente,
por los cambios sociodemográficos, sociopolíticos y socioeconómicos de
la sociedad colombiana, urge el análisis interdisciplinario de saberes para
La economía solidaria como dinamizadora del desarrollo rural y de la construcción de...
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así poder potenciar el desarrollo rural del país y potencializar el tejido social
resquebrajado por 60 años de conflicto armado (Bértola y Ocampo, 2012).
“La historia nos deja la enseñanza del fracaso del crecimiento
económico como estrategia principal del desarrollo. Esta estrategia
consistía en una forma estandarizada de manipulación social,
inventada por los países del norte ajenos a nuestra historia, que
desconocía por completo el proceso histórico que nos definió, la
estructura institucional y las especificidades de la cultura nacional.
Esta ha sido la senda que nos ha llevado a “un desarrollo del
subdesarrollo”. Por ello, se debe rectificar la senda y optar por un
modelo de desarrollo autónomo, fundamento en los principios del
desarrollo humano como fin último, y en el sector rural como el
espacio imprescindible para lograrlo. Si aceptamos el reto habrá
razones para la esperanza” (Vergara, 2011:64).
Para terminar, el presente escrito está dividido en varios momentos. El
primero ya expuesto que es la introducción, prosigue con el marco teórico
o el sustento argumentativo para interpretar cómo analizar el documento
donde se identifica y se toma postura de lo que entiende los autores
sobre economía solidaria, territorio, valor agregado y desarrollo rural.
Continúa con el tercer espacio en cual se efectúa un análisis correlacional
entre diferentes variables (Valor Agregado y Número de Organizaciones
de Economía Solidaria) en el periodo 2014-2018. Prosiguiendo con la
discusión de los resultados frente a las categorías planteadas terminando
con unas breves conclusiones y la referencia utilizada.
2. MARCO TEÓRICO
Después de 60 años de conflicto interno armado entre actores legales
e ilegales en el territorio colombiano por fin se puede observar en el
presente la posibilidad de un nuevo país por medio de la construcción de la
paz. Al ser la paz un ejercicio multidimensional, necesita de marcos teóricos
que entiendan cómo generen soluciones frente a las problemáticas de la
ruralidad, ya que en un mundo que tiende a ser globalizado los cambios
tecnológicos relativizan las actividades no competitivas según el discurso
neoliberal, así como la precaria distribución del ingreso (Stiglitz, 2012;
Losada, Valencia y Gómez, 2018), los limitados procesos educativos
(Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, 2010) han contribuido a que la sociedad colombiana exhiba unos
índices socioeconómicos preocupantes1 con asimetrías contundentes entre
1 Para el año 2018 la Pobreza Monetaria en Colombia fue del 27% de la población. El
7.2% de la población vive en Pobreza Extrema (DANE ,2018). De igual forma, el país posee la
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224RIESISE, 4 (2021) pp. 219-242 ISSN: 2659-5311
lo urbano y rural (Molina, Aranda y Lesmes, 2018; Useche, 2008; Pérez y
Pérez, 2002). El presente marco teórico tiene como objetivo describir las
categorías utilizadas y las líneas argumentativas con las cuales se sostiene
el artículo teniendo como eje lo antes mencionado. Por consiguiente, se
explica qué se comprende en cada una de ellas, así como los principales
autores de las categorías economía social, desarrollo rural, territorio y valor
agregado. A continuación, se desarrolla las líneas argumentativas de la
economía solidaria:
2.1 ECONOMÍA SOLIDARIA
El concepto de economía solidaria (ES) está constituido por
experiencias que tienen como base la horizontalidad entre sus integrantes
basados en principios de solidaridad y apoyo mutuo (Osorio, 2017). La
ES busca fortalecerse por medio de la creación de redes de cooperación
constituyendo de esta manera una posibilidad real de construcción de
relaciones equitativas y justas entre sus miembros y pone en el centro al ser
humano y su entorno medio ambiental. La ES proyecta el desarrollo como
un proceso donde los aportantes de factores los ejecute con independencia
en contextos asociativos empresariales. De igual forma, contempla un
proyecto de mercado democrático y solidario con el fin de modificar la
forma de aplicación del desarrollo con una concepción diferente del mismo
(Barbosa y Gómez, 2021; Barbosa, Vargas y Gómez, 2020; Caillé, 2009;
Álvarez y López, 2018).
En la academia, la ES comienza a ser reconocida como una modalidad de
organización colectiva con características distintivas. Amaro (2009) indica
que la ES se caracteriza por tres aspectos: 1. Policéntrico: surge de manera
autónoma en los territorios compartiendo líneas de base; 2. Polisémico:
Porque adquiere diferentes significados dependiendo del entorno en el
que se aplique, y 3. Poli expresión: relacionada con el tipo de prácticas. De
igual forma, el autor plantea tres tipos de enfoques de la Economía Solidaria
estudiadas en la academia, a saber: 1. La versión francófona que propone la
idea de una economía plural que compendia Estado, mercado y sociedad
civil. Esta versión además es la más desarrollada teóricamente. 2. La versión
latinoamericana, más popular y comunitaria, que valora también el carácter
de proyecto cultural y ambiental, y 3. La propuesta de Macarronesia (zona
compuesta por cinco archipiélagos del Atlántico Norte: Azores, Canarias,
Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes) donde la transformación integral y
una visión ecocéntrica constituyen sus puntos más importantes. (Fernández
Gómez y Parodi, 2020).
mayor concentración de tierras del continente. El Coeciente de Gini se ha situado entre 0.801
y 0.809 (Oxfam, 2017).
La economía solidaria como dinamizadora del desarrollo rural y de la construcción de...
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La ES tiene como antecedente un concepto más antiguo denominado
economía social. La Economía Social está relacionada con experiencias
formales de mutualismo y cooperativismo. Existe un debate académico que
busca concatenar los dos conceptos en uno solo denominado Economía
Social (Estivill, 2012; Laville, 2004) pretendiendo dejar atrás una división
existente entre los dos aspectos donde se le critica a la ES la perdida de
orientación política transformadora y en la que la economía solidaria sí es
vista como una alternativa real al capitalismo. “La Economía Solidaria no es
una dimensión económica limitada; por el contrario, es una realidad que
abarca la unidad del ser, la integralidad del ser, que considera hacer, sentir
y pensar” (Vásquez y Jiménez, 2012, p. 21).
Así, la ES se relaciona con varias corrientes teóricas, contextos
socioeconómicos y corporativos y prácticas empresariales y asociativas.
Al respecto, Laville (2004; 2006; 2007) indica que la ES “no se limita a
un sinnúmero de actividades económicas con finalidad social, sino que
se origina en un movimiento ideológico de la economía y la política. En
concordancia con estos autores, emerge como una manera de democratizar
la economía a partir de responsabilidades cívicas” (Pérez y Uribe, 2016:
538-539).
A partir de lo anterior se puede decir que existen dos enfoques
fundamentales en el contexto de la ES: 1. La orientación europea con
importantes relaciones en Quebec (Canadá) y, 2. el enfoque latinoamericano,
en especial Chile, Argentina y Brasil (Chaves, 2012; 2006). Aunado a lo
anteriormente señalado, Razeto (1992) plantea la necesidad de un nuevo
modelo de empresa de trabajadores, de asociación Inter cooperativa
con nuevos modos de integración para asegurar una transformación del
cooperativismo con economías alternativas y solidarias que se erijan como
una racionalidad económica diferenciada. La autogestión es el fundamento
de esta perspectiva de integración, el autor menciona en especial circuitos
económicos solidarios como modelo de integración solidaria.
En la misma línea, Guerra (2014) plantea que el objeto del cooperativismo
social asociado es generar desarrollo local y es justo en este aspecto donde
este concepto teórico - desarrollo local - juega un papel importante en la
investigación. De acuerdo con los conceptos enunciados, el desarrollo local
y la economía solidaria pueden llegar a jugar un papel muy importante
es la adopción de dinámicas económicas que permitan la asociatividad,
solidaridad y unión de un grupo sensible a los vaivenes socioeconómicos
de un país en tránsito hacia una etapa de posconflicto como lo es Colombia.
Un autor destacado en el ámbito latinoamericano es (Coraggio, 2011).
Su trabajo trata sobre la teoría de la Economía Social y Solidaria. El autor
plantea que la economía está constituida por la producción, distribución,
circulación y consumo con base en principios, instituciones y prácticas.
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Establece que la Economía está en estrecha relación con la cultura y la
política, lo que implica que los principios de la organización económica
son de orden social y no económico
Existe consenso teórico (Guerra, 2014; Razeto, 1992; Coraggio, 2011) en
el planteamiento de la integración de los eslabones de la Economía a partir
de principios solidarios como cambio paradigmático de la forma de hacer
y pensar la economía. En este desarrollo teórico, la noción de integración
económica remite al territorio, a la comunidad y al relacionamiento
entre emprendimientos solidarios con el propósito de potencializar las
capacidades locales y así satisfacer las necesidades logrando cambios
paradigmáticos en la forma de producir y definir las preferencias de
consumo (Álvarez, 2016).
2.2 ECONOMÍA SOLIDARIA EN COLOMBIA
La Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias-UAEOS
es una entidad pública del orden nacional del Estado de Colombia
adscrita al Ministerio de Trabajo. Nace en el año 2011 con el Decreto
4122 y su institucionalidad se basa en la Ley 134 de 1931 sobre las
sociedades cooperativas. De igual manera, se nutre con la Ley 24 de 1981
con la cual se crea la institución antecesora de la UAEOS, denominada
DANCOOP. Asimismo, con la Ley 79 con la que se actualiza la legislación
de las cooperativas. Continúa con la Ley 454 de 1998 que regula el marco
conceptual de la economía solidaria (Barbosa, Insuasti y Gómez,2020).
Precisamente, el artículo segundo de la norma define la economía solidaria
como un:
“sistema socioeconómico, cultural y ambiental conformado por
el conjunto de fuerzas sociales organizadas en formas asociativas
identificadas por prácticas autogestionarias solidarias, democráticas y
humanistas, sin ánimo de lucro para el desarrollo integral del ser humano
como sujeto, actor y fin de la economía” (Artículo 2, Ley 454 de 1998).
Desde el punto de vista organizacional, la misión de la UAEOS
es promover, fortalecer y desarrollar socio-empresarialmente las
organizaciones solidarias para generar desarrollo en los sectores y regiones
del país con una institucionalidad del sector fortalecida y transversal. Busca
el posicionamiento del sector solidario en la contribución de logros de paz
y equidad en Colombia. En el marco de las competencias legales asignadas
debe diseñar, adoptar, dirigir, coordinar y ejecutar los programas y proyectos
para la promoción, planeación, protección, fortalecimiento y desarrollo de
las organizaciones solidarias en Colombia (Unidad Administrativa Especial
de Organizaciones Solidarias, 2018).
La economía solidaria como dinamizadora del desarrollo rural y de la construcción de...
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2.3 TERRITORIO
Teniendo en cuenta que la categoría territorio representa un aspecto
relevante en la descripción que se desarrolla a continuación. Se presenta
los principales aspectos teóricos en los que el territorio se visibiliza como
factor primordial para el ejercicio investigativo. Por ejemplo, Medeiros
(2009) señala que por territorio se entiende “un juego político, un lugar
de poder. Definir sus límites, recortarlo, es sinónimo de dominación, de
control” (p. 217). De igual forma, Gottmann (1973) establece que pueden
representarse de diferentes maneras las relaciones que tienen las personas
con su territorio, por ejemplo, en ámbitos como los geográficos, los políticos
y los económicos. Sin embargo, advierte que esta es una visión netamente
occidental y no debe ser entendida como totalizadora.
Según lo expuesto por Cruz (2007), se puede afirmar que la construcción
del territorio pasa por lo social como base para el encuentro de fuerzas
políticas, económicas, territoriales y culturales que difieren unas de otras
generando entre sí conflictos continuos. Así mismo, (Echeverri 2004;
Espinosa ,2009) sostienen que, aunque los territorios pueden delimitarse
y demarcarse, estos se definen no tanto por sus fronteras sino por los
vínculos de los grupos humanos a un paisaje y a una historia, estableciendo
así lazos de unión afectivos y espirituales significativos. Groso modo la
categoría territorio es el espacio geográfico limitado por el poder ejecutivo
que ocupan un conglomerados de grupos sociales imprimiendo sus
subjetividades como intersubjetividades.
2.4 DESARROLLO RURAL
El desarrollo rural trata de dar respuesta o concibe solucionar tres puntos
neurálgicos con los cuales se diferencia de las demás formas de entender
el desarrollo económico como lo son, entre otros, el endógeno, el local, el
posdesarrollo, el Biodesarrollo. El primero es erradicar la pobreza extrema
del campo por medio de la formación y el bienestar de su población para
reducir la inmigración y marginación en las megaciudades. En segundo
lugar, incentivar la producción agrícola sostenible, es decir ampliar la
cobertura hacia el acceso de los alimentos y por último preservar el capital
natural y los servicios ecosistémicos (Ceña ,1993; Trivelli, Escobal y Revesz,
2009).
De igual modo, es necesario ver lo rural más allá de lo agropecuario, por
ejemplo, como un entramado donde se entrecruzan lo territorial, el territorio
y los ámbitos multisectoriales. Acotando que es necesario superar la idea de
que lo rural es lo atrasado y lo urbano es lo civilizado, sino más bien que lo rural
esta interrelacionado con lo urbano, para así lograr equidad social (Cárdenas y
Vallejo, 2016). En virtud que el desarrollo rural promueve “la equidad territorial,
de género y social, en el acceso a bienes, servicios y demás beneficios del
Dusten Tahisin Gémez · Ehyder Mario Barbosa · Óscar Misael Merchán
228RIESISE, 4 (2021) pp. 219-242 ISSN: 2659-5311
desarrollo. La equidad es una meta que, en los albores del siglo XXI, está aún
muy distante, ya que los procesos de concentración de la riqueza y de los medios
de producción siguen siendo factores que prevalecen” (Pérez, 1988: 10). Con el
mismo propósito, el desarrollo rural “va más allá de la agricultura, para incluir un
sin número de actividades que se desarrollan en las zonas rurales. Así mismo, la
actividad agrícola también debe entenderse hoy como multifuncional, dejando
de limitarla puramente a lo productivo” (Restrepo y Bernal, 2014:151). Sin olvidar
que el desarrollo rural es el diálogo entre varias disciplinas para entender y
solucionar las problemáticas rurales desde esta conceptualización. Por eso al
efectuar desarrollo rural se necesita no solo de la participación de sus actores
sociales y dinamizadores, sino también la conversación multidisciplinaria entre
la economía, antropología, sociología, geografía, ecología, política, economía
ecológica, dependiendo desde qué marco comprenda el medio ambiente
(Manzanal, 2006; Sánchez y Herrera, 2017).
2.5 VALOR AGREGADO
La Ley 136 de 1994 que luego fue modificada por la Ley 617 de 2000
determina la forma como se debe categorizar a los municipios en Colombia.
En efecto, se basa en criterios poblacionales que relaciona los ingresos
libres de destinación. Precisamente, la Ley 1551 de 2012 que la construyó
el DANE, calcula el Índice de Importancia Económica Municipal. Que, a su
vez, es el peso del Valor Agregado de un municipio dentro del territorio
del departamento ponderado por el total nacional. Asimismo, la Ley antes
mencionada ejemplifica que se debía categorizar a los municipios a través
del indicador y sus resultados fueron la categorización de los territorios
cuyo criterio principal es el Valor Agregado Total Municipal (Delgado y
Pardo,2014; Laverde et al., 2020).
3. METODOLOGÍA
El documento utiliza dos metodologías. Por un lado, tiene una
metodología cualitativa con método de revisión documental por matrices
(Gómez, Aldana y Rodríguez, 2021; Gómez 2017ª; 2017b; 2016) en
los primeros apartados del escrito con lo cual se busca identificar las
divergencias y las convergencias de los autores desde la línea argumentativa
expuesta como el método. En segundo lugar, la metodología es de corte
cuantitativo y el método es correlación entre variables: Valor Agregado
y Numero de Organizaciones Solidarias. Los datos fueron tomados de
la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias-UAEOS,
del Departamento Administrativo Nacional de Estadística- DANE, del
Departamento Nacional de Planeación – DNP y el Registro Único
Empresarial y Social –RUES-. La ventana de observación fue desde el año
2014 al 2018 (Hernández et al., 2006).
La economía solidaria como dinamizadora del desarrollo rural y de la construcción de...
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4. RESULTADOS
Existen otros mecanismos para disminuir las fallas del mercado distinto
a la intervención estatal que permiten lograr un mayor desarrollo rural
y, además, más sostenible en el territorio Uno de estos mecanismos se
relaciona con la gestión de la ES en el ámbito rural. En este sentido, y en
forma general la ley 454 de 1998 señala, por un lado, dentro de sus principios
la propiedad asociativa y solidaria sobre los medios de producción y la
participación económica de los asociados en justicia y equidad; y por el
otro, en cuanto a sus fines garantizar a sus miembros la participación y
acceso a la formación, el trabajo, la propiedad, la información, la gestión y
distribución equitativa de beneficios sin discriminación alguna. Las figuras
jurídicas que adopta la ES (cooperativas, asociaciones, etc.), tanto a nivel
general como en el contexto rural, cumplen el papel de regulación del
sistema y contribuyen al ajuste económico estructural del sector agrario
como el empoderamiento del territorio y la territorialidad. De acuerdo con
lo anterior, las organizaciones solidarias internalizan los costos sociales y
producen externalidades positivas, en cuyo caso disminuyen las fallas
del mercado enunciadas anteriormente (Osorio, 2017). Es así como estas
organizaciones aportan al aumento de los niveles de empleo y el desarrollo
rural (Chávez, 2012).
De esta manera se observa que la asociatividad, como eje fundamental
de la ES, potencializa la capacidad de los productores para acceder tanto
a recursos como a mercados por medio de la integración horizontal y
vertical, lo que les permite aprovechar eficientemente a las economías de
escala recibiendo los beneficios (disminución de costos de producción,
precios, poder de negociación) que ello conlleva (DNP, 2018). Además
de los beneficios económicos descritos anteriormente, también están los
que se relacionan con temas sociales inherentes al modelo solidario que
contribuyen a la construcción de paz en los territorios y la territorialidad
a través de mayores niveles de confianza, tejido social, cohesión social y
empoderamiento, entre otros. Por el contrario, la ausencia de un escenario
apropiado para actuar en conjunción debilita la posibilidad de potencializar
la asociatividad como vehículo de desarrollo rural y del territorio (Unidad
Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias, 2015). Por tanto, la
acción colectiva a través de la asociatividad demuestra que trae beneficios
económicos y no económicos que resultan importantes para el desarrollo
rural y la construcción de la paz en los territorios (Departamento Nacional
de Planeación, 2018).
En efecto, la producción, los rendimientos y el ingreso de los productores
tienen un impacto positivo cuya causa es la asociatividad (DNP, 2018). En este
sentido, los datos oficiales revelarían que puede existir una correlación positiva
entre el Valor Agregado de la producción y el Número de Organizaciones
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230RIESISE, 4 (2021) pp. 219-242 ISSN: 2659-5311
en el territorio pertenecientes al sector solidario. La gráfica 1, refleja el
Valor Agregado por Departamento (línea continua) y el Número Total de
Organizaciones presentes en esos mismos departamentos en el sector rural
(línea punteada). Las cifras del Valor Agregado corresponden a la información
emitida por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística -DANE
para el año 2018 a precios corrientes. Por su parte, el número de empresas sin
ánimo de lucro con presencia en cada uno de los departamentos hace parte
de la información publicada por el Registro Único Empresarial y Social –RUES-.
De acuerdo con la información anteriormente expuesta en el gráfico, es
posible identificar una correlación positiva entre el Valor Agregado (VA) de
los departamentos y el número de Organizaciones sin ánimo de lucro en
esos territorios. Es decir, habría una probabilidad de que a mayor cantidad
de este tipo de organizaciones mayor sería el monto de ese VA. En efecto,
al identificar los departamento del Santander como el de Antioquia se
observa una relación lineal entre mayor VA en cifras a más organizaciones
(en este caso más de 2000 organizaciones reflejan un VA de más de 10.000
millones de pesos). Un componente adicional de análisis relacionado con
el VA es el Peso Relativo Municipal en el VA departamental. Este es un
indicador que publica el DANE y constituye el aporte porcentual que cada
municipio hace al VA del departamento.
Gráfico 1. Correlación entre el Valor Agregado y presencia de ESALES
por departamento. (Rural -Rural Disperso)
Fuente: Elaboración propia con base en información de DNP, DANE y
UAEOS (2014-2018).
La economía solidaria como dinamizadora del desarrollo rural y de la construcción de...
231RIESISE, 4 (2021) pp. 219-242
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La gráfica 2 expone los diez municipios rurales con mayor peso relativo
en su respectivo departamento, que para el caso son Albania y Barrancas
(Guajira), Puerto Gaitán (Meta), Tame (Arauca), Leticia (Amazonas), Puerto
Inírida (Guainía), San José del Guaviare (Guaviare), Mitú (Vaupés), Puerto
Carreño y Cumaribo (Vichada), comparado con el total de organizaciones
constituidas en las mismas regiones. En términos generales, se identifica
que a mayor sea el número de organizaciones solidarias, mayor es el
peso relativo del municipio en el territorio. No obstante, al identificar por
territorios los departamentos con mayor VA no necesariamente poseen los
territorios con mayor asociatividad. Sin embargo, si se pueden identificar
que estos territorios están entre los más golpeados por el conflicto interno
y en consecuencia con mayor necesidad de reconfiguración del tejido social
y empresarial (Rendón y Gómez, 2020; Correa, 2017; 2018). En este caso
desde la economía solidaria para fortalecer el territorio y su desarrollo
rural.
Gráfica 2. Los diez municipios con mayor peso relativo y número de
organizaciones
Fuente: Elaboración propia con base en información de la UAEOS y
DIAN2.
2 Departamento de Impuesto y Aduanas Nacionales-DIAN.
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A su vez, la tabla 1 indica la distribución según tipo de organización por
cada uno de los diez municipios con mayor peso relativo en su respectivo
departamento teniendo en cuenta la figura jurídica adoptada.
A partir de la firma de los Acuerdos de Paz con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia –FARC- se estableció la implementación
de la Reforma Rural Integral –RRI- que contempla, entre otras cosas, la
intervención priorizada en 16 zonas que comprenden 170 municipios en 19
departamentos en las áreas más afectadas por el conflicto. El instrumento
por medio del cual se logra esa intervención son los Programas de Desarrollo
con Enfoque Territorial -PDET3- cuya función es la implementación y gestión
de la RRI4 (Rúa, et al., 2016).
De acuerdo con la información tomada de la Unidad Administrativa
Especial de Organizaciones Solidarias, el Departamento Administrativo
Nacional de Estadística y el Registro Único de Economía Solidaria, existiría
una correlación positiva entre la presencia de organizaciones solidarias
y el VA en los departamentos. Se encuentra que donde hay mayor
número de este tipo de organizaciones también hay un alto VA. De ahí
que, al observar los diez municipios con mayor peso relativo en el valor
agregado departamental, de acuerdo con la figura jurídica adoptada por
las organizaciones solidarias, se aprecia que las fundaciones son las que
mayor presencia tienen seguidas de las asociaciones agropecuarias y las
3 Instrumento de planicación como de gestión que tiene como objetivo los componentes
de la Reforma Rural Integral y las medidas del Acuerdo Final de la Habana en el año 2012.
4 Reforma Rural Integral.
Tabla 1. Los diez municipios con mayor peso relativo en el valor agregado
departamental y tipos de organizaciones.
Fuente: Elaboración propia con base en información de la UAEOS.
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cooperativas (Barbosa, Merchán y Gómez, 2020; Cueto, Arboleda, Zabala
y Echeverry, 2018).
Lo anterior lleva para tener en cuenta, en el contexto de este documento,
la presencia de la economía solidaria en los municipios PDET. En este
sentido, se muestra en la tabla 2 la cantidad de organizaciones y formas
jurídicas presentes en estas zonas. La información presentada se refiere
a los 129 municipios denominados rurales en esas zonas del total de los
170.Ratificando que el grueso de las organizaciones solidarias están en
el Choco (713), Cauca (469) y Bolívar con 582. Territorios azotados por
la violencia del conflicto armado y en consecuencia departamentos que
ejemplifican que la economía solidaria puede ser una estrategia de
construcción de la paz como del desarrollo rural de los territorios dado la
expansión de organizaciones solidarias y su relación con el VA (González,
2019; Herrera, 2017).
5. DISCUSIÓN
En el contexto de cualquier conflicto armado los lazos de confianza y
solidaridad, elementos fundamentales de la economía solidaria, tienden
a debilitarse (Departamento Nacional de Planeación, 2018). Aun así, y a
pesar de que los territorios con un entorno violento pueden disminuir el
Tabla 2. Organizaciones según forma jurídica en los 129 municipios
rurales de las zonas PDET por departamento.
Fuente: Elaboración propia con base en información de la UAEOS.
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desarrollo económico y el capital social por la circunstancia anteriormente
enunciada, las iniciativas colectivas de producción pueden apropiarse
de un segmento de las economías de escala y aumentar su poder de
negociación (Rendón y Gómez, 2020; Orozco, Forero y Wells, 2013). Por
tanto, la conformación y fortalecimiento de organizaciones solidarias
con sus distintas formas jurídicas en regiones de posconflicto pueden
aumentar la cohesión social necesaria para la reconstrucción de dichos
territorios afectados por la violencia. (Unidad Administrativa Especial de
Organizaciones Solidarias, 2016). En contraposición, la participación
en organizaciones productivas disminuye en aquellos lugares con alta
presencia de grupos armados al margen de la ley (Gómez, Barbosa,
y Rojas, 2021; Gáfaro, Ibáñez y Justino, 2014). En efecto, el presente
ejercicio investigativo se sintoniza con lo antes expuesto al reflejar que
donde hay mayor VA por departamento existe también una mayor
concentración de Organizaciones Solidarias. Ratificando que donde se
genera a asociatividad existe posibilidades de mejorar la calidad de vida
de las personas, en virtud que existen relaciones de cooperación, de
empatía que ayudan en resacar el tejido social desconfigurado por 60
años de conflicto armado interno (Rodríguez, Laverde y Barbosa, 2021;
Osorio, 2017; Pepesca, 2015; Meira, 2014).
Colombia se han presentado desarrollos teórico-conceptuales gracias
a experiencias diversas y existe un marco normativo de la Economía
Solidaria presente en la Ley 454 de 1998. El marco normativo colombiano
busca establecer una manera diversa y plural de identificar las expresiones
de Economía Solidaria como identidad basada en una lógica económica
con relaciones de solidaridad, reciprocidad y cooperación para ampliar la
visión empresarial. La comunidad establece factores económicos donde el
trabajo autogestionado condensa factores que se afianzan en las empresas
de economía solidaria (Gómez, 2020; En efecto el ambiente jurídico que
presenta el Estado colombiano referente a la economía solidaria va en
relación en la dinamización de lo rural y lo urbano tal como se presentó en
el artículo en cabeza del rector de la economía solidaria en Colombia como
la Unidad Administrativa Especial de organizaciones solidarias (UAEOS,
2019; 2016)
6. CONCLUSIONES
El presente artículo tuvo como objetivo general describir la economía
solidaria como posible dinamizadora del desarrollo rural y de la construcción
de la paz en Colombia en el periodo 2014-2018. Para ello, se utilizaron la
metodología cualitativa y cuantitativa por medio de los datos de instituciones
colombianas reconocidas. A modo exploratorio se relacionaron variables
como lo fueron el Valor Agregado y las Organizaciones Solidarias. Los
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resultados sugieren que a mayor número de organizaciones, establecen
la hipótesis de que a mayor número de organizaciones mayor es el Valor
Agregado del territorio. Sin embargo, para poder afirmar esta hipótesis
es necesario efectuar un análisis econométrico para poder identificar las
variables exógenas y endógenas como realizar la medición. No obstante,
este ejercicio está por fuera del artículo y abre la puerta para construir un
nuevo artículo
La Economía Social representa una mirada diferente a la ortodoxia
económica donde la cooperación, la solidaridad y la ayuda mutua se erigen
como aspectos fundamentales en las relaciones entre comunidades con
especial énfasis en el desarrollo integral del ser humano. Precisamente,
en tiempos de construcción de paz gracias al acuerdo firmado entre el
gobierno de Colombia y el grupo armado FARC-EP, la posibilidad de un
desarrollo rural se posibilita gracias al encuentro de actores con fines en
común y donde el cooperativismo, el comercio justo y el trabajo digno
constituyen conceptos relevantes
Las organizaciones solidarias contribuyen en mejorar a las
comunidades y su entorno, facilitando además las oportunidades de
cumplir sueños que van más allá de necesidades básicas insatisfechas,
puesto que generando o mejorando sus emprendimientos asociativos,
y con un uso de los excedentes basados en principios solidarios, se
logra una mejor distribución de la riqueza, un destino diferente para los
jóvenes que aún siguen en el campo y sostenibilidad ambiental en las
regiones. En virtud que el mejoramiento de calidad de vida, tanto de las
personas vinculadas a dichas organizaciones, como de las zonas en las
que se localizan. En particular, en escenarios afectados por la violencia,
la asociatividad puede convertirse en un mecanismo para acceder a
los mercados y aumentar el poder de negociación de los productores
a través de la cohesión social cuya consecuencia, entre otras, es el
desarrollo rural.
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