E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
2013, nº 1, pp. 191-195
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LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL
ANIMADOR DEPORTIVO
José Antonio Rebollo González
Universidad de Huelva. Email: joseantonio.rebollo@dempc.uhu.es
RESUMEN: El mundo del deporte como gran agente social que es, debe
reestructurarse en torno a una forma de vivir la actividad físico-deportiva
ligada al disfrute, a la ocupación del tiempo libre..., presentándose
como protagonista de un ocio activo que marque un camino dinámico,
educativo y saludable, donde todos y todas tengamos cabida sin límites
de edad, sexo, condiciónsica, psíquica ó social.
A lo largo del desarrollo de las actividades diarias el Animador
Deportivo tiene en sus manos momentos, recursos y propuestas para
trabajar las emociones integrándolas en las tareas diarias.
PALABRAS CLAVE: Animacn deportiva
La educación emocional en el animador deportivo
Rebollo, J. A.
1.- INTRODUCCIÓN
La actividad físico-deportivo-recreativa se presenta en la actualidad como un
fenómeno social sometido a un continuo proceso de cambio. Si tenemos presente los
factores más comunes que llevan a los participantes hacia la prácticasico-deportiva,
debemos abordar la educación emocional en el trabajo diario del Animador Deportivo.
A nuestro juicio el marco deportivo en el que se desarrolla el trabajo del
Animador exige una continua readaptación del rol que desarrolla, pasando de ser en
muchos casos un modelo a seguir, a ser un mediador, provocador de procesos de
práctica físico-deportiva, buscando como fin último el desarrollo humano en su
globalidad.
La práctica físico- deportivo-recreativa debe centrarse en objetivos ligados a la
salud, la educación y la diversión. Como señala Bisquerra (2000), debemos centrar
nuestro trabajo en el bienestar personal y social de los participantes.
2- LA PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA EN LA
SOCIEDAD ACTUAL
Parece evidente que la actividad físico deportiva ocupa en estos momentos, un
lugar de privilegio en nuestra sociedad. Son muchos los factores que sustentan esta
tesis, aunque los más relevantes a nuestro juicio son el enorme potencial educativo
que atesora y la extraordinaria repercusión que tiene en la mejora de la calidad de vida
de las personas (Sanz y Ponce, 2006 y Valero; Gómez; Gavala; Ruíz; García Montes,
2007).
Nos encontramos con un crecimiento en la práctica física espontánea, vemos
como las encuestas de hábitos deportivos de los españoles, llevadas a cabo por
García Ferrando (2001), nos muestran como cada día hay más ciudadanos que
piensan en la actividad física por el disfrute, lejos de estructuras cerradas,
reglamentos, etc. Este mismo autor relaciona el significado social del deporte con el
rechazo al sedentarismo y a la rutina de la vida cotidiana, la necesidad de pertenencia
a un grupo donde haya una coincidencia de aficiones y gustos, la búsqueda de salud y
esparcimiento, o la identificación con ciertas prácticas socioculturales.
Coincidimos plenamente con Heinemann (1991) en el sentido de que estamos
asistiendo a un proceso de heterogeneización del deporte, pero como apunta este
mismo autor, no se trata solo de unos incrementos exclusivamente cuantitativos en
cuanto al volumen de población practicante, sino también cualitativo en cuanto a las
características de la población que accede a la práctica deportiva y a los objetivos que
persigue cada uno.
En esta misma línea, Ispizúa y Monteagudo (1998:242) señalan que no sólo se
han diversificado las formas y estilos deportivos sino también las necesidades,
expectativas y funciones que las personas vinculadas a sus prácticas deportivas. Por
lo tanto, asistimos a la eclosión de la práctica de una actividad físico deportivo
recreativa en continua transformación y readaptación. Nos parecen elocuentes los
datos que aparecen en el estudio “El tiempo libre y el deporte” en el que concluyen
que el 57% de la población está interesada por el deporte en todas sus formas y, por
ejemplo, el 62,8% manifiesta andar o pasear con el propósito de hacer algo de
ejercicio (Consejo Superior de Deportes, 2000).
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Coincidimos plenamente con Gambau (2001) en el sentido de que los cambios
sociales de la postmodernidad han obligado a tener un concepto de deporte como
sistema abierto, más cercano a la filosofía del Deporte para Todos, también conocido
como Deporte Recreativo. Por lo tanto, el deporte estrechamente ligado a la salud y la
recreación, debe lucir sus valores reales vinculados de forma significativa a la
educación, proponiendo una actividad integradora y socializante.
3.- PERFIL DEL ANIMADOR DEPORTIVO
Nos encontramos en un periodo de continuos cambios sociales que traen
consigo la aparición de nuevos modelos deportivos diversificados. Unas
transformaciones que requieren una adaptación de las estructuras deportivas de una
forma significativa, desarrollando ofertas deportivas adecuadas y adaptadas a las
nuevas demandas sociales, para ello son necesarios técnicos con una formación
contextualizada, que satisfagan la demanda de los ciudadanos.
Soria y Cañellas (1991:42) definen al Animador Deportivo como aquel
profesional técnicamente cualificado y con la debida titulación, cuya función principal
se desarrolla en el campo de la Animación Deportiva atendiendo a las necesidades
individuales y sociales del grupo con el que actúa.
Por su parte De Miguel (2001:107) expone una serie de funciones comunes a
todos los animadores, que se resumen en potenciar las relaciones interpersonales,
promover o cubrir necesidades de los colectivos ciudadanos, potenciar la participación
y el desarrollo de programas, crear actitudes de cooperación, coordinar actividades,
ayudar al grupo a solucionar sus problemas, ofrecer sus recursos técnicos, ...
A modo de reflexión, en el siguiente cuadro presentamos las características
fundamentales que consideramos que debe reunir un Animador Deportivo (Rebollo,
2001). En este cuadro se hace referencia a las características que debe tener el
Animador Deportivo en relación a los participantes y en relación a los compañeros con
los que trabaja.
CARACTERÍSTICAS DE LOS ANIMADORES DEPORTIVOS
Con los participantes
- Comunicador
- Psicólogo
- Entusiasta
- Paciente
- Sereno
- Comprensivo
- Receptor de las respuestas de c
ada miembro del
grupo, para adaptar las actividades continuamente.
- Dar confianza y seguridad al grupo
- Empatía
- ANIMADOR
- Cooperativo
- Tolerante
- Solidario
- Humilde
Cuadro 1: Características de los Animadores Deportivos, Rebollo (2001).
Por otra parte, en la línea de lo que señalan García Antolín y García Montes,
(2000), es necesario que entre los objetivos que debe plantearse el profesional de la
recreación se encuentran el ser capaz de responder a las motivaciones individuales
(siendo actividades eminentemente colectivas), el atribuir más importancia a la
participación que al resultado final y el hacer hincapié en valores educativos tales
como: comunicación social, divertirse a través del juego y del deporte, fomentar la
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creatividad, coeducación, ofrecer la diversidad, estimular la cooperación y el espíritu
de equipo, solidaridad, deportividad, respeto a compañeros, adversarios y jueces.
Bajo nuestro punto de vista el animador deportivo debe reflexionar sobre su
labor diaria y evolucionar con ella, desarrollar su trabajo atendiendo a las
características de la población con la que trabaja, reflexionar sobre sus planteamientos
y ser crítico con ellos, entender el deporte como un medio educativo, que está en
continua formación, independientemente de los años de experiencia que vaya
adquiriendo y del nivel de formación que posea, que procura trabajar en equipo
aportando sus conocimientos y admitiendo las aportaciones de los demás, que es
abierto a nuevos elementos que mejoren su cualificación profesional y que tiene
presente en todo momento las necesidades e intereses de la población con la que
trabaja (Giménez 2000).
Situamos por lo tanto al Animador como piedra angular en el diseño, desarrollo
y dinamización de las actividades físico-deportivas recreativas, cuyos objetivos están
íntimamente relacionados con los aspectos más educativos, recreativos y saludables
del deporte.
4.- LAS EMOCIONES EN LAS ACTIVIDADES FISICO-
DEPORTIVAS RECREATIVAS
Nuestras emociones son determinantes básicas de lo que
podemos o no lograr en los dominios del trabajo, aprendizaje,
sensibilidad, espiritualidad, etc”.
(Beuchot, Alberto)
Cuando hablamos de las emociones en el deporte, seguramente nos invadirán
pensamientos ligados a la competición la alegría de ganar, el miedo a perder, las
tristeza, etc.
Si nos centramos en la práctica físico-deportiva recreativa, vemos los
participantes acuden con objetivos claramente ligados a la salud, catárticos,
transformación del tiempo libre en un ocio activo, etc.
Por lo tanto el Animador Deportivo debe abordar su actividad prestando
especial atención en las implicaciones afectivas del grupo, la interacción de los
participantes.
La tensión emocional que nos embarga en la práctica deportiva debemos
conducirla hacia el disfrute en la práctica, la búsqueda del placer en las actividades y
compartir con los otros nuestras experiencias.
Podemos decir que el deporte contribuye a la interiorización de normas y
reglas, a controlar las emociones del individuo, a mejorar su voluntad frente a los
obstáculos que puedan presentarse en la vida cotidiana, a canalizar la agresividad,
etc.
Puede parecer que la actividad físico-deportiva es buena en sí misma, pero la
realidad es que lo que va a marcar la valoración de las actividades es la forma en que
la llevemos a cabo. Desde el punto de vista recreativo se considera que el deporte es
una herramienta importante para la formación armónica e integral de las personas.
Por lo tanto el enfoque de nuestras propuestas prácticas debe tener una
tendencia clara hacia el disfrute de la práctica que propicie la adherencia a la misma.
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Trasmitir entusiasmo en nuestros planteamientos y abordarlo en las actividades.
Emociones positivas como la energía y la vitalidad deben formar parte de la dimica
de nuestras acciones.
5.- CONCLUSIONES
Las emociones son inherentes al ser humano y están presentes a lo largo,
ancho y alto de nuestras vidas. Debemos por tanto aprender a reconocerlas, a
exteriorizarlas lejos de esconderlas, a vivenciar las positivas y controlar las negativas.
Debemos plantear programas y propuestas de actividades físico-deportivas
para que los participantes disfruten en lugar de sufrirlas. Que sea un momento de
alegría para todos en lugar de para unos pocos. Donde podamos compartir en lugar de
competir.
El Animador Deportivo tiene el caldo de cultivo y las herramientas a su alcance,
debe por tanto tener presente el principio de que son nuestras propuestas y nuestras
actividades las que deben adaptarse a los participantes, en una búsqueda continua de
la formación integral y global de las personas con las que trabajamos.
6.- BIBLIOGRAFÍA
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Consejo Superior de Deportes (2000). El Deporte Español ante el siglo XXI. Madrid:
Consejo Superior de Deportes.
Gambau, V. (2001). Directrices básicas para los servicios deportivos para los mayores.
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García Montes, M. E. (2002). La recreación físico-deportiva y su ubicación y/o
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