Relaciones Socio-Afectivas entre jugadores de fútbol base Cara, Pernía y Utrilla
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E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación. Número 2, 2014. ISSN: 2341-1473
En la primera y segunda pregunta, ¿Crees que los gritos de los padres afectan
a tu rendimiento en el transcurso del partido? ¿Y de qué forma?, nos encontramos
como de catorce futbolistas: Uno afirmaba que si le afectaba y que mejoraba, cuatro
que si les afectaba y que veían disminuido su rendimiento y por último nueve
jugadores a los que les eran indiferentes los gritos de dichos padres. Un dato a tener
en cuenta sería el de los cuatro jugadores que empeoran, ya que son doce los
jugadores que van convocados a un partido y cuatro sería un tercio. El porcentaje es
alto ya que por los gritos de los padres puede ser que el rendimiento del equipo se
reduzca notablemente. Es sorprendente como existen niños con diez años que utilizan
los gritos e insultos como medio de motivación y concentración en el tiempo que dura
un encuentro.
En lo que respecta a la tercera pregunta, ¿Crees que el árbitro influye en que
los padres interrumpan el partido con gritos e insultos?, las respuestas se decantan
seriamente por que SI influye la actuación del árbitro en el comportamiento de los
padres, son solo dos los jugadores que dan la negativa a dicha pregunta. En
ocasiones puede ocurrir que las conductas de los padres dentro del terreno de juego
se vean influenciadas por las malas actuaciones de los colegiados, ya que en
ocasiones existen árbitros que en partidos decisivos no siguen la jugada de cerca, y
esto puede dar lugar a errores y fallos que en un partido importante puede costarles la
liga a muchos equipos. Por otra parte también destacar que en la mayoría de los
casos son los padres que van con la predisposición de amedrentar e insultar al
colegiado, y con ello sacar beneficio en el marcador.
En cuanto a la cuarta pregunta, ¿Qué sensación tienes justo antes de que el
árbitro dé el pitido inicial?, encontramos diversas sensaciones entre los jugadores del
equipo: Nerviosismo, ganas, concentración, responsabilidad, nervios, nerviosismo,
ánimo, nervios, nerviosismo, ganas, nervios, intensidad, inquietud y nervios. De todas
estas respuestas la predominante es nervios, son más de la mitad los jugadores que
antes de iniciar el partido se encuentran nerviosos o con inquietud, este es un factor
que se debería trabajar, ya que salir con nerviosismo al campo puede provocar que los
primeros minutos se encaje un gol y se comience con una cierta desventaja en el
marcador. Una buena opción sería que los jugadores que salen al campo con ánimo y
concentración se encarguen de motivar a los que, por el contrario, lo hacen con
nervios. Es muy importante afrontar el partido con intensidad para no mostrar debilidad
y que el otro equipo se amilane solo por la actitud con la que se juega.
Ante la última pregunta, ¿Qué aprendes de estas situaciones vividas en el
campo?, aparecen diferentes respuestas y opiniones:
- Que me tengo que acostumbrar.
- No insultar, ni molestar al árbitro.
- Que hay que estar muy concentrado para no oír lo que se grita fuera del
campo.
- Que no hay que insultar a las personas y disfrutar del deporte.
- Que no hay que tener miedo a nada.
- A no hacer caso de lo que pase fuera del campo.
- Que hay que controlar los nervios.
- Que hay que pasar de todo lo que ocurre en el exterior del campo.
- Que con esos comportamientos no se aprende nada, al revés me perjudica.
- Que el árbitro es el que manda.
- Que hay que aguantar lo bueno y lo malo.
- Que no tengo que echar cuenta a los que están fuera del campo.
- Que con las peleas no se llega a ningún sitio.