E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
2015, nº 5, pp. 1-2. ISSN: 2341-1473
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EDITORIAL
Desde que el Doctor Morris en 1953 tuviera la genial idea de investigar que la
actividad física prevenía las enfermedades cardiovasculares hasta nuestras fechas, ha
tenido lugar un cambio de paradigma que, respaldado por la comunidad científica, ha
demostrado que la prescripción de la actividad física asociada a la salud tiene un papel
fundamental en la prevención y el tratamiento de diferentes patologías.
Las pruebas obtenidas por la producción científica internacional permiten
instaurar firmes relaciones entre ser físicamente activo y la calidad de vida, la
reducción del riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, y la posibilidad de
compensar las limitaciones cuando éstas aparezcan (Bergman, Ader, Huecking y Van
Cittiers, 2002).
La relación actividad física-salud se ha ido estableciendo cada vez con mayores
criterios y evidencias de la necesidad e importancia de la misma para el correcto
desarrollo humano. Por ello, hoy se puede afirmar que, los estilos de vida y los hábitos
alimentarios de las sociedades diseñan, en buena parte, los planes necesarios para el
logro de una salud óptima, así como las posibles medidas a adoptar para la
prevención y posible aparición de determinadas patologías crónicas: cardiovasculares,
algunos tipos de cáncer, obesidad, osteoporosis... (Hesketh, Wake y Water, 2004;
Walker, Gately, Bewick y Hill, 2003). Esas patologías que se configuran en la vida
adulta, comienzan a desarrollarse, sin embargo, en las primeras etapas de la vida
(Petry, Barry, Puetrzak y Wagner, 2008), resultando de gran interés analizar el grado
de sedentarismo a lo largo de estas etapas, sus carencias o excesos en los hábitos de
actividad física, así como el desarrollo de su cobertura.
Conseguir que una población mayoritariamente sedentaria se convierta en activa
es uno de los grandes retos de la sociedad de nuestros días. Un programa de
intervención diseñado correctamente, puede permitir aumentar las capacidades físicas
básicas, mejorar la composición corporal, reducir la presión arterial, mejorar los niveles
de glucosa, entre otros. En definitiva, ganar salud.
En este campo en el que existe un enorme futuro por delante, los profesionales
de la actividad física debemos trabajar con el conjunto de profesionales de la salud,
con el objetivo de obtener mejores resultados. La formación de profesionales
cualificados se constituye como imperativo de mercado, que se traduce en una
demanda de individuos con competencias sólidas a nivel de validación y prescripción
de ejercicio. Tenemos la inexcusable tarea de mostrar a la sociedad los beneficios de
la actividad física regular, y cómo éste debe diseñarse para mejorar la calidad de vida
de las personas. La prescripción de ejercicio físico tiene todavía un largo camino por
recorrer para obtener los resultados óptimos. Sería muy importante conseguir un
consenso de modelos de prescripción de ejercicio, ese es uno de los retos que tiene
por delante la comunidad científica.
Inmaculada Tornero Quiñones
Profesora Ayudante Doctora
Universidad de Huelva
Número 5, 2015
E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bergman, R.N., Ader, M., Huecking, K., y Van Cittiers, G. (2002). Accurate assesmente
of beta-cell function: the hyperbolic correction. Diabetes, 51(1), S12-20.
Hesketh, K., Wake, M., y Waters, E. (2004). Body mass index and parent reported self
esteem in elementary school children: evidence for a causal relationship.
International journal of obesity, 28, 1233-123.
Morris, J.N.; Heady, J.A.; Raffle, P.A.; Roberts, C.G.; Parks, J.W. (1953). Coronary
heart-disease and physical activity of work. Lancet, 265(6796), 1111-20.
Petry, N.M., Barry, D., Pietrzak, R.H., y Wagner, J.A. (2008). Overweight and obesity
are associated with psychiatric disorders: results from the National
Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions. Psychosomatic
Medicine, 70, 288297.
Walker, L.L., Gately, P.J., Bewick, B.M., y Hill, A.J. (2003). Children’s weight loss
camps: psychological benefit or jeopardy? International Journal of Obesity and
Related Metabolic Disorders,27, 748754.