Discusión
Este estudio tuvo como objetivo aportar información sobre la aplicabilidad y eficacia que
presenta el incluir sesiones de TAA con perros como parte de un programa de rehabilitación
multidisciplinar en personas con discapacidad física. Los resultados obtenidos indican que esta
propuesta terapéutica es factible y que debería ser tenida en cuenta como una estrategia
alternativa a incluir en el proceso de rehabilitación en este colectivo. Por lo tanto, la presente
investigación contribuye a incrementar la evidencia científica al respecto de este tipo de
terapias, tradicionalmente considerada como débil (Marino, 2012).
Tras la realización del programa se observaron mejoras en el nivel de equilibrio de los
participantes que formaban el grupo 1, aspecto sobre el que las sesiones realizadas con el
perro de terapia podrían haber ejercido un impacto positivo. A este respecto, conviene señalar
que las tareas realizadas por los participantes del Grupo 1 incluían caminatas acompañando
al animal, y actividades en las se exigían desplazamientos rápidos. Estos resultados están en
la línea de lo observado por otros autores. Así, Abbud, Janelle y Vocos, (2014) observaron que
en personas con ataxia cerebral, el caminar con un perro de terapia facilitaba un patrón de
marcha más fluido y seguro, mejorando su equilibrio dinámico. En estas líneas, Olsen,
Pedersen, Bergland, Enders-Slegers, y Ihlebæk, (2016), encontraron que en personas con
demencia el incluir perros como parte de la terapia rehabilitadora tuvo efectos positivos en
su nivel de equilibrio logrados a través de tareas que estimulaban el control postural de los
participantes. A la hora de diseñar el presente estudio, no se consideró ético el solicitar a los
participantes que se abstuvieran de asistir a las sesiones de rehabilitación en las que participan
con regularidad, durante la duración de la intervención, con el fin de poder determinar de
manera aislada el impacto de la TAA en su nivel de equilibrio. Por lo tanto, es evidente que
las mejoras observadas no pueden ser consideradas como un resultado derivado
directamente de la TAA. Este razonamiento se basa en el hecho de gran parte de las sesiones
de rehabilitación multidisciplinar a las que asistían. Incluían ejercicios que tanto directa como
indirectamente estaban destinados a la mejora de control postural y de la marcha. De todos
modos, no se puede descartar que la TAA con perros tuviese beneficiosos añadidos. A este
respecto, Ortega et al., (2017), describieron en un reciente estudio como un grupo de
participantes con discapacidad intelectual que además presentaban alteraciones en la
marcha, mejoraron significativamente su nivel de equilibrio, (valorado igualmente mediante
el test de Tinetti) tras recibir veintiocho sesiones de una hora de duración de TAA con perros.
En dicha investigación no se menciona que ninguno de los participantes siguiese tratamiento
rehabilitador.
En lo que se refiere a los cambios observados en la coordinación, los estudios sobre los efectos
de la TAA, son todavía menos numerosos, especialmente a lo que el empleo de perros se
refiere, lo que limita considerablemente la discusión de los resultados observados en la
presente investigación. Así, en el único estudio encontrado al respecto, Elmaci y Cevizci,
(2015)19 reportaron resultados positivos de la TAA a la hora de recudir el tono muscular y
mejorar la praxia fina en un grupo de niños con discapacidad física provocada por una
parálisis cerebral. En contraposición en lo mencionado con respecto al equilibrio, conviene
mencionar que las sesiones de rehabilitación que recibían la mayor parte de los sujetos no
incluían ejercicios para estimular la coordinación o la praxia fina, por lo que a este respecto,
es factible sugerir que el efecto de la TAA con perros pudiera tener más peso sobre los
resultados obtenidos en los subtests de la MABC-2 que el propio tratamiento standard
recibido por los pacientes. En consecuencia con los resultados obtenidos, se puede afirmar
que el incluir sesiones con perros de terapia en los programas de rehabilitación en personas
con discapacidad física, puede no tener un efecto positivo en la praxia fina, pero sí parece ser
una estrategia que contribuye a provocar un impacto positivo sobre la coordinación óculo-