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El sector Los turistas extranjeros comparten intereses similares, que se centran en unos cuantos puntos concretos, como son Sydney, la Gran Barrera de Arrecifes, el Parque Nacional de Kakadu y las playas de los centros turísticos de las regiones de Brisbane, Cairns y Sydney. El turismo es una de las industrias australianas de mayor y más rápido crecimiento debido a muy buenas razones: la cálida hospitalidad de su gente, el espectacular ambiente natural, la cultura y la comunidad multicultural así como también la comida, el vino, el estilo de vida y el clima. Estos factores hacen de Australia uno de los destinos turísticos más atractivos del mundo. Durante los años 2000-01, el sector del turismo entrante aportó unos 17.100 millones de dólares a la economía australiana. El turismo entrante representa un 11.2 por ciento de las ganancias por exportación totales de Australia, ubicándolo como el cuarto generador de ganancias después de minería, manufactura y agricultura. Este sector emplea el 6 por ciento de toda la gente empleada en Australia. Los juegos olímpicos de 2000 ayudan a promocionar otra Australia al mundo. El público televisivo internacional vio una tierra de innegable belleza, ciudades desbordantes de energía, excelentes playas y sí, también uno o dos koalas o canguros. Esta amplia difusión de Australia durante los juegos produjo una ola de visitantes internacionales ansiosos por disfrutar de la cálida hospitalidad y el amistoso espíritu pionero de sus habitantes. La imagen de Australia ya no es la de un lugar aislado y anticuado. Su puerta de entrada, Sydney, fue descrita por un lord inglés en los años 1920 como “una especie de pretendida Costa Azul”. En el siglo XXI, las descripciones de tono condescendiente han dado lugar a halagos genuinos, y Australia atrae a un gran número de viajeros que repiten su visita, deseosos de completar sus listas de salidas y experiencias imprescindibles. Los turistas descubren muy pronto que hay algo más en las vacaciones australianas que ver animales raros o cierta estrella televisiva que se abraza con los cocodrilos. Tierras vírgenes, santuarios marinos, vastos desiertos y bosques tropicales protegidos son aclamados por los nuevos ecoturistas. Hospedajes y casas en áreas naturales permiten vivir una suave aventura “con red de seguridad”, una perfecta combinación de naturaleza y comodidad. Durante las vacaciones el turista “ecológico” puede nadar con delfines, bucear sobre el mayor arrecife de coral del mundo, montar a camello, aprender acerca de la comida agreste de los aborígenes, alquilar un yate en límpidas aguas azulinas o realizar caminatas a través de bosques centenarios. Y todo eso, como diría SteveIrwin, es sólo el comienzo, amigo. El alojamiento en Australia va desde los hoteles de cinco estrellas de la ciudad y los premiados complejos tropicales hasta los hospedajes familiares y las estancias donde es posible desde cabalgar hasta dar de comer a las gallinas. Los cursos de hospitalidad acreditados garantizan la existencia de personal de servicio bien capacitado, en muchos casos con dominio de idiomas asiáticos o europeos. Guías de turismo y personal de hotelería jóvenes y entusiastas reflejan la imagen renovada de Australia: es la actitud reflejada en el clásico saludo australiano “g’day” (buen día), expresada con un estilo más moderno. A la gran cantidad de actividades al aire libre y la amplia oferta de alojamiento se le suma un número importante de festivales culturales en las grandes ciudades y en los principales centros regionales, la mayoría de los cuales ofrece entrada gratuita a representaciones tales como ópera al aire libre y obras de Shakespeare en la playa. También hay exposiciones itinerantes de artistas de nivel internacional y un calendario repleto de representaciones artísticas, incluyendo espectáculos premiados de danza contemporánea. Para los que aman el deporte, hay carreras de caballos y críquet, y especialidades locales más raras como las carreras de sapos en los pubs de Queensland, partidos de fútbol “aéreo” australiano y la “regata” anual en el lecho seco de un río del Territorio del Norte. “Es como si Nueva York aterrizara en Londres y le crecieran palmeras” declaró un turista norteamericano sobre Sydney al ser entrevistado en la cobertura de los juegos olímpicos del 2000. Si hubiera recorrido más lugares de Australia, quizás habría ampliado su comentario para decir que es como si “lo mejor del mundo aterrizara en Australia”… y con ello mejorara aún más. Los australianos se están acostumbrando a que las encuestas internacionales sitúen a sus capitales como las ciudades que más gustan para vivir en el mundo. Puede que Sydney y Melbourne hayan sido alguna vez consideradas como lugares apartados con apenas una delgada pátina de sofisticación, pero ahora están desplazando a París, Londres y Nueva York como centros de estilo y cultura. En 2004 el turismo australiano volvió a una tendencia del crecimiento después de tres años sucesivo de un funcionamiento estancado. A esto ayudó la iniciación de la puesta en práctica del Papel Blanco del Turismo del país. El Papel Blanco del Turismo es un documento a largo plazo comprensivo de la política que contiene un número de nuevas iniciativas estratégicas para la industria del turismo de Australia. Éstos fueron desarrollados durante 18 meses de consulta con los representantes de la industria, y fueron apoyados por el financiamiento adicional de $235 millones del gobierno australiano. Sin embargo, el cambio más significativo de la industria del turismo de Australia en 2004 fue la creación de una organización gubernamental, denominada Turismo Australia. Esta organización comenzó con sus actuaciones en julio de 2004, llevando acabo sus diferentes funciones: la comercialización internacional y nacional del turismo, y la investigación de los pronósticos del turismo. Su funcionamiento en este año consiguió la entrada de 4.8 millones de visitantes internacionales durante los 12 meses a septiembre de 2004 - un aumento de 10 por ciento con respecto al mismo período en 2003.
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