Alumnos y alumnas de la Universidad de Huelva que han estado en otros países cuentan su historia.
Salir a otros países con una beca Erasmus es sin duda una experiencia enriquecedora que supone un crecimiento personal para los estudiantes. Tal y como indica la vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Huelva (UHU), Reyes Alejano, en este mismo reportaje, “el programa Erasmus ha cambiado realmente la vida de muchas personas”, ya que “es una inmersión en otro país, en otra cultura y muy a menudo en otro idioma, lo que hace que los estudiantes maduren muchísimo, que conozcan personas de otros países, que abran sus perspectivas y que tengan una visión muchísimo más abierta y más diversa del mundo”.
Pero no solo lo dice la vicerrectora. También lo atestiguan los propios estudiantes de la Onubense que ya han vivido esa experiencia. Es el caso, por ejemplo, de Vanesa Cruz Gómez, quien estuvo durante nueve meses en Mannheim (Alemania). Tanto es así que, pese a que le tocó en la peor época de la pandemia de la covid-19, en el curso 2020/2021, “mi experiencia ha sido demasiado buena” y “la repetiría sin lugar a duda”, hasta el punto de que “me planteo volver allí para el master”. “Ha sido un crecimiento tanto personal como profesional, puesto que he podido aprender de todos y cada uno que han compartido este momento de mi vida conmigo”, tanto los profesores como los compañeros, asegura.
Vanesa también contó con el apoyo de su familia. “Al principio no estaba muy conforme, pero luego fueron los primeros que pensaron que era algo bueno para mí y estaban deseando que llegara el momento”, asegura esta estudiante de la Universidad de Huelva, que también pudo hacer “muchísimos amigos y de todas las culturas con los que aún mantengo relación”. Además, la barrera lingüística tampoco le supuso mucho problema. “Al principio fue complicada”, pues “no tenía esa fluidez que necesitaba, pero eso duró poco tiempo”, señala.
Igual de positiva es su valoración sobre la atención que recibió del país de destino y sobre el desarrollo de las clases. “Me atendieron demasiado bien, sobre todo en el ámbito de la universidad. El trato fue magnífico, no tuve ningún problema, y si lo tenía, lo resolvían en menos de un día. Las clases comenzaron eran en inglés y otras en alemán, pero muy didácticas”, expone.
Con todo ello, esta estudiante de la Universidad de Huelva tiene claro que “la experiencia Erasmus se la recomiendo a cualquier persona, incluso a aquellas que tengan miedo a romper esa barrera. Al final todos al rellenar los papeles, pensamos si seremos lo suficientemente capaces de realizar el Erasmus, pero cuando empiezas se te olvidan todas esas dudas que se tenían en la cabeza. Merece la pena, porque te enfrentas a algo que no habías hecho antes, te enfrentas a conocer nuevas culturas y a adaptarte a todo ello, y creces como persona”, concluye.