Revista Iberoamericana de
Economía Solidaria e
Innovación Socioecológica
RIESISE
Vol. 4 (2021), pp. 29-64 • ISSN: 2659-5311
http://dx.doi.org/10.33776/riesise.v4i1.5474
A
This article aims to explain how social in-
novation and, specifically, technological social
innovation, can be and, in many cases, is, the
answer to the new challenges of humanity.
Specifically, this article presents the preli-
minary results of an investigation that shows
how technology is an essential ingredient in a
very high percentage of social innovations and
that; therefore, there is a close relationship
between technology and human & sustainable
development.
Through the empirical study, compared
and anchored in the data, of 100 case studies
of social innovation, a kind of alchemy that
makes possible, empowers and scales social
innovation, technology and human & sustaina-
ble development.
R
El presente artículo se propone explicar
cómo la Innovación Social y, concretamente,
la Innovación Social Tecnológica, puede ser y,
en muchos casos, es la respuesta a los nuevos
desafíos de la humanidad.
Concretamente, en este artículo se pre-
sentan los resultados preliminares de una in-
vestigación que pone de manifiesto cómo la
tecnología ha llegado a ser un ingrediente
esencial en un altísimo porcentaje de inno-
vaciones sociales y que, por tanto, existe una
estrecha relación entre tecnología y desarrollo
sostenible.
A través del estudio empírico, comparado
y anclado en los datos, de cien casos de es-
tudio de innovación social, se evidencia una
suerte de alquimia que hace posible, potencia
y escala la innovación social, la tecnología y el
desarrollo humano y sostenible.
INNOVACIÓN SOCIAL, TECNOLOGÍA Y ODS.
FÓRMULA MAGISTRAL PARA UN MUNDO
MEJOR EN LA ERA DEL COVID-19
SOCIAL INNOVATION, TECHNOLOGY AND SDG. KEY
FORMULA FOR A BETTER WORLD IN THE ERA OF COVID-19
Blanca Herrero de Egaña Muñoz-Cobo
Benefactor Innovación Social SL
blanca.hmc@benefactor.es
K
Social Innovation; Sustainable Develop-
ment Goals; Technology; Human Develop-
ment; COVID-19.
P 
Innovación Social; Objetivos de Desarrollo
Sostenible; Tecnología; Desarrollo humano;
COVID-19.
códigos jeL
: J00, J20, J22.
Fecha de recepción: 17/09/2021 Fecha de aceptación: 05/10/2021
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1. INTRODUCCIÓN
En este artículo se evidencia cómo tres fenómenos sociales: 1) la
innovación social, 2) la tecnología y 3) el desarrollo humano, integral y
sostenible están íntimamente relacionados y conectados de forma que, en
la práctica, casi no se pueden concebir los unos sin los otros, especialmente
después de la pandemia de la COVID-19.
El propósito de este apartado introductorio es, en primer lugar, describir
los antecedentes, el contexto en que se desarrolla este trabajo y que
justifica la pertinencia, oportunidad e importancia de la misma; en segundo
lugar, hacer una breve referencia a la metodología utilizada; en tercer lugar,
describir el corpus, concretamente, los casos de innovación social objeto
del estudio, que son la materia prima de la misma y, por último, explicar la
estructura del documento.
1.1. ANTECEDENTES, CONTEXTO Y JUSTIFICACIÓN
Durante los años 2013-2018 realicé la investigación de mi tesis
doctoral para entender la innovación social en España a través de la Teoría
Fundamentada (Herrero de Egaña, 2018a). Gracias a la recogida, codificación,
análisis y comparación constante de un corpus de más de 3 000 entradas y de
más cincuenta casos de estudio de innovación social en España, pude aportar
una definición propia de innovación social, cuyo impacto a nivel micro, meso o
macro podría medirse y cuantificarse. También pude diferenciar la innovación
social de otros fenómenos sociales que llamé «fenómenos colindantes» (uno
de los cuales es la tecnología), entre otros resultados importantes para la
comprensión del fenómeno y la caracterización del mismo, especialmente
en España.
Así mismo, pude abordar temas como los factores que determinaron
el florecimiento de la innovación social en España, o la relación entre la
innovación social en España y otras agendas, realizadas por gobiernos o
por expertos.
Pero, como señalan los autores de la Teoría Fundamentada,
si bien cuando la verificación es el objetivo principal, la
publicación del estudio tiende a dar la impresión de que «ésta es
la última palabra»; por eso, cuando la generación de la teoría es el
objetivo, el investigador está constantemente alerta a las perspectivas
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emergentes que cambiarán y ayudarán a desarrollar su teoría. Esto
puede ocurrir fácilmente, incluso en el último día de estudio o
cuando el manuscrito se revisa en la página de prueba: «por lo que la
palabra publicada no es la última, sino sólo una pausa en el proceso
interminable de la generación de la teoría». (Glaser y Strauss, 1967,
41)
Así, al final de mi tesis doctoral afirmé: «Ahora estamos cerca de esa
última página, pero la investigación no termina aquí, la investigación
continúa, esto es solo una pausa» (Herrero de Egaña, 2018a, 478).
En cumplimiento de esta promesa tácita, desde entonces hasta
hoy mismo he continuado identificando casos de innovación social,
analizándolos, codificándolos, categorizándolos y comparándolos, de
forma que no sólo el corpus de datos y casos analizados ha aumentado
considerablemente, sino que además algunas de las conclusiones
científicas a las que había llegado en el trabajo citado se han visto
alteradas o han evolucionado.
Paralelamente a estos descubrimientos, he venido profundizando en
distintas líneas de investigación que quedaron abiertas o sugeridas, como
la relación entre tecnología e innovación social (Herrero de Egaña, 2018b),
el análisis comparativo entre ésta y los grandes retos de la humanidad
(Herrero de Egaña, 2018c) o su relación con la crisis económica y social
(Herrero de Egaña, 2019), entre otras.
En este trabajo se explora y desarrolla una de las líneas de investigación
que quedaron abiertas tras el trabajo mencionado, que cobra especial
relevancia en el contexto actual. Efectivamente, en marzo de 2020, a raíz
del estallido de la pandemia mundial, se empieza a definir un nuevo
escenario global marcado, por una parte, por nuevas necesidades
sociales, nuevos colectivos vulnerables y nuevas respuestas, y, por
otra, por una agenda global para el desarrollo sostenible claramente
amenazada. Como afirma António Guterres, Secretario General de las
Naciones Unidas
Como Estados miembros reconocidos en la Cumbre de los ODS
celebrada el pasado septiembre, los esfuerzos mundiales llevados a
cabo hasta la fecha han sido insuficientes para lograr el cambio que
necesitamos, lo que pone en riesgo el compromiso de la Agenda con
las generaciones actuales y futuras. Ahora, debido a la COVID-19, una
crisis sanitaria, económica y social sin precedentes amenaza vidas y
medios de subsistencia, lo que dificulta aún más la consecución de
los Objetivos. (Naciones Unidas 2020).
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En el período comprendido entre marzo de 2020 y marzo de 2021 se
ha venido observando cómo el corpus de la investigación se multiplicaba
exponencialmente, y ya, desde una valoración provisional, los datos
muestran que estamos ante un nuevo florecimiento de la innovación
social, que se manifiesta no sólo a través del surgimiento de numerosos
casos nuevos (a veces efímeros, a veces para quedarse), sino también de
la readaptación y la reconfiguración de muchos casos prepandémicos a la
nueva situación (nuevas necesidades, colectivos y medios).
Los factores que habían determinado el florecimiento de la innovación
social de los últimos diez años se aceleran y potencian durante la crisis
mundial generada por la COVID-19. En este contexto extremadamente
incierto y convulso, la agenda común para el desarrollo sostenible, que
representa los objetivos de desarrollo sostenible (en adelante ODS), se
ve fuertemente comprometida y la búsqueda de soluciones nuevas o
novedosas se hace, más que nunca, no sólo necesaria, sino imprescindible.
En este nuevo escenario, la tecnología se convierte en el único vehículo
para muchos proyectos de innovación social, no sólo para hacer frente
a los nuevos desafíos que esta situación plantea, sino también, para la
subsistencia de muchos proyectos de innovación social prepandémicos.
El presente artículo se propone explicar cómo la innovación social,
concretamente, la innovación social tecnológica puede ser –y en muchos
casos es– la respuesta a los nuevos desafíos de la humanidad.
A continuación, se presentan los resultados preliminares de una
investigación que pone de manifiesto cómo la tecnología es un ingrediente
esencial en un altísimo y creciente porcentaje de innovaciones sociales y
que, por tanto, existe una estrecha relación entre tecnología y desarrollo
sostenible.
A través del estudio empírico, comparado y anclado en los datos
(Corbin y Strauss, 1998) de cien casos de estudio, se evidencia una suerte
de alquimia que hace posible, potencia y escala la innovación social, la
tecnología y el desarrollo humano y sostenible.
1.2. METODOLOGÍA
Para esta investigación, como para las precedentes, se ha utilizado una
adaptación de la Grounded Theory –en adelante, Teoría Fundamentada–
(Corbin y Strauss, 1998), una metodología que propone un proceso de
análisis de los datos para generar teoría sustantiva y que se define a través
de la recogida y acumulación de datos, su codificación y categorización,
la saturación de estas categorías y la relación de éstas entre sí, de forma
simultánea.
Los sociólogos Barney Glaser y Anselm Strauss (1967) proponen
los principios de base de la Teoría Fundamentada como método de
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aproximación y análisis de la realidad social cuyo objetivo principal es
generar teoría a partir de los datos, resultando una teoría fundamentada
y arraigada en los datos. A diferencia de otras metodologías utilizadas en
ciencias sociales, no pone el énfasis en verificar teorías preexistentes o
demostrar hipótesis preconcebidas, sino en construir y sistematizar la teoría
que emerge del análisis y la comparación constante de los datos.
Hablamos de adaptación porque la Teoría Fundamentada clásica tuvo
su origen en un mundo diferente, en 1967, año en que los problemas y los
medios eran totalmente distintos de lo que tenemos hoy. En la práctica,
respecto a la recolección de datos, se hablaba sólo de entrevistas y en
contextos muy concretos y localizados. Sin embargo, hoy en día, solo
cincuenta y cuatro años después, la irrupción y la normalización de las
antes llamadas «nuevas tecnologías», que han dejado de llamarse así
para denominarse «Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TIC)», no sólo han cambiado el contexto en el que se desarrolla el día
a día de todos nosotros, sea cual sea nuestra edad y condición, sino
que han impactado de forma fundamental en esta investigación, ya que
inciden directamente en las formas de recogida y acumulación de datos
y en la generación de los datos mismos (tanto en la cantidad como en la
calidad y la velocidad).
Así, el instrumento básico de recogida de datos en tiempos de Glaser
y Strauss (1967) era la entrevista personal. Ahora, no sólo podemos hacer
entrevistas virtuales, sino que los datos primarios se pueden recoger de
infinitas fuentes y en tiempo real. En este sentido, este trabajo ha adaptado
la Teoría Fundamentada a un contexto marcado por lo global, con unos
datos que tienden a ser infinitos y con unos medios de recolección de datos
que van mucho más allá de las entrevistas. Por este motivo, las fuentes de
información han sido muy numerosas y diversas (desde literatura académica
y no académica, boletines, medios de comunicación, redes sociales etc.)
(Herrero de Egaña, 2018a, 128, 143) y el corpus de investigación es amplio,
heterogéneo, representativo y especializado.
Consta de más de 4 000 entradas que han sido codificadas, comparadas,
analizadas y saturadas, durante más de siete años (2013-2018 y 2018-)
generando más de 170 códigos y 26 categorías. Entre estos 4 000 datos,
hay más de 1 000 casos de innovación social y de los cuales se han escogido
cien casos de estudio sobre la innovación social en España, cincuenta de
los cuales son casos de innovación social surgidos postpandemia.
Respecto a la codificación, es importante señalar que, al igual que el
resto de las actividades ya descritas, se comenzó casi simultáneamente a la
recogida de datos, realizándola de forma intuitiva, a través de un sistema de
memos y etiquetas o hashtags, recogidos en un diario de campo y en una
base de datos de Excel.
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Al principio se trataba de códigos muy básicos, abiertos, que fueron
repitiéndose y densificándose hasta conformar categorías que, al relacionarse
entre sí, han generado temas y teoría con valor indiscutiblemente científico,
dado que de la propia saturación se deriva su validación.
Así por ejemplo, como se muestra en la figura 1, los códigos 54
(emprendimiento social), 55 (RSC), 56 (patentes o inventos) y 57 (TIC), dieron
lugar a la categoría 8 (conceptos o fenómenos colindantes), que junto con las
categorías 6 (elementos imprescindibles) y 7 (otros elementos), conforman el
Tema 3: Conceptualización y categorización de la Innovación Social.
Cada información (dato) fue leída, analizada, etiquetada (o codificada)
en el mismo momento y para ello se utilizaron todo tipo de códigos, desde
los propios utilizados por los emisores o códigos en vivo (por ejemplo,
si se trataba de un artículo de periódico que ya venía etiquetado como
#innovación y #tecnología se hacía lo mismo) hasta otros, por ejemplo,
inferidos desde el metalenguaje.
A lo largo de los ocho años que ha durado la investigación, no se ha
cambiado el método o sistema de codificación aunque algunos códigos
usados inicialmente, como, por ejemplo, #NNTT (Nuevas Tecnologías), se
han modificado por #TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)
y hoy en día por Tech (para referirnos al Desarrollo Tecnológico y la
Transformación Digital).
Figura 1. Ejemplo de códigos, categorías y temas de la investigación.
Fuente: Elaboración propia
Blanca Herrero de Egaña Muñoz-Cobo
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A partir del estudio de la obra de Johnny Saldaña The coding manual
for qualitative researchers (2013), hemos seguido lo que él llama una
codificación paralela, ecléctica, holística y manual, ya que los datos no
estaban, ni están a día de hoy, en un ambiente demasiado definido (es un
tema que abarca una cantidad de datos ingente).
1) Codificación paralela (o parallel coding): significa que se han
codificado los datos en el mismo momento con métodos diferentes
al no haber elegido un método de codificación ex ante.
2) Codificación ecléctica: se han usado dos o más métodos de
codificación en la primera fase de la codificación: «Emplea una
combinación intencionada y compatible de dos o más métodos de
codificación del primer ciclo, con la convicción de que los memos
analíticos y el segundo ciclo de recodificación sintetizarán la variedad
y el número de códigos en un esquema más unificado. (Saldaña,
2013, p. 293; mi traducción).
3) Codificación holística: se entiende como un intento de «captar temas
o problemas básicos en los datos, absorbiéndolos como un todo
[el codificador como “aglutinador”] en lugar de analizarlos línea por
línea [el codificador como “divisor”]» (Dey en Saldaña, 2013, 166; mi
traducción).
4) Codificación manual: a través de Excel, poniendo etiquetas o labelling
frente a una codificación literal. No se ha utilizado un CAQDAS
(Computer Aided Qualitative Data Analisis Software).
1.3. EL DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
El presente trabajo, asumiendo el concepto de diseño de investigación
de Joseph A. Maxwell, como «disposición subyacente que rige el
funcionamiento, desarrollo y despliegue», (1996, 1) cuenta con un diseño
en el que los componentes trabajan armoniosa y eficientemente juntos,
sólo que éste no es lineal ni ha sido definido ex ante, sino que se ha ido
conformando según la investigación avanzaba y según las necesidades de
la misma.
El diseño de la presente investigación, realizada con la metodología de
la Teoría Fundamentada, se adapta al tipo de investigación que podíamos
describir en torno a cuatro características fundamentales: cualitativa,
inductiva, interactiva y flexible.
1) Investigación cualitativa: tiene por objetivo describir las cualidades de
un fenómeno, en este caso, la innovación social. Dado que nuestro
interés era comprender en profundidad la relación entre innovación
social y tecnología y cómo ha influido la pandemia en dicha relación
y en la consecución de los ODS se ha profundizado en por qué y
cómo se produce esta relación, en contraste con la investigación
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cuantitativa, que busca responder a preguntas tales como cuál,
dónde, cuándo, cuánto, etc. En este sentido, y dado que un elemento
clave para la validez de las aportaciones científicas de la investigación
cualitativa es la proximidad, el diseño de la presente investigación
ha garantizado la proximidad a la realidad empírica en todos los
momentos y actividades de la misma.
2) Investigación inductiva: parte de lo particular, los datos, para
llegar a lo general, la teoría, intentando deducir de la práctica,
de la casuística, de la realidad, de la experiencia, uno o varios
enunciados teóricos. Así, se han combinado la reflexión racional o
momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con la
observación de la realidad o momento empírico (la observación y
la verificación).
3) Investigación interactiva: las actividades de recolección y análisis de
datos, desarrollo y modificación de teoría, elaboración o revisión
de las preguntas de investigación e identificación o eliminación de
las amenazas de validez no están ordenadas linealmente, desde un
punto fijo de partida y hasta uno de llegada, sino que todas, y más
o menos simultáneamente, sufren de la influencia de las otras. Sirve
a los propósitos y a las características de la investigación reconocer
la importancia de la interconexión e interacción a lo largo de la
investigación de los diferentes componentes del diseño y dar espacio
a esta interconexión.
Cuando hablamos de interactividad, nos referimos, en primer lugar,
a la relación que tiene cada uno de los componentes con los otros y, en
segundo lugar, a la posibilidad del mismo diseño para poder cambiar
en función de las necesidades de la investigación misma, en vez de
ser simplemente una determinación fija de la práctica de investigación
(Maxwell, 1996, 5).
4) Investigación flexible: tanto por las necesidades de la propia
investigación como por las características descritas hasta ahora, el
diseño ha sido flexible para poder adaptarse a éstas; esta flexibilidad
en el diseño se puede entender como visión ecléctica, multidisciplinar
y holística, ya que considera la investigación como un todo. Otro
indicador de esta flexibilidad es que el diseño debe ser intuitivo,
adaptativo y permitir incorporar hallazgos no previstos.
1.4. LOS ESTUDIOS DE CASO
Un «caso de estudio» es un ejemplo paradigmático, analizado en
profundidad y expuesto de forma breve y esquemática, que sirve para
ejemplificar uno o varios elementos significativos de una investigación.
Para realizar la presente investigación se han seleccionado cien casos de
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innovación social de una masa total de más de mil, atendiendo a su carácter
representativo. Para determinar dicho carácter, han sido utilizados tres
criterios selectivos, a saber:
1) Reto Social Relevante: para que un caso sea incluido en nuestra
selección es necesario que la innovación social haga frente a un reto
o problema social relevante, real y prioritario. Para determinar qué
y cuáles son los RSR, se han asumido aquellos que ha revelado la
propia investigación, es decir, aquellos a los que las innovaciones
sociales dan mayor importancia.
2) Elemento/s innovador/es que aporten: este criterio supone que
serán potencialmente incluidos aquellos casos que contengan uno o
varios elementos innovadores, que los diferencien de otras iniciativas
similares en cuanto al problema enfrentado o en cuanto a la solución
propuesta. Para determinar cuáles son los elementos innovadores,
al igual que para determinar los RSR, de nuevo son aquellas que la
propia investigación ha evidenciado.
3) Cambio que generen: este criterio implica que he seleccionado
casos que generen un cambio en la realidad social en la que quieren
incidir, cuyos resultados sean objetivamente verificables y cuenten
con indicadores de impacto.
Una vez seleccionados los cien casos de estudio de innovación social
española, se hicieron una o más entrevistas a cada uno de los innovadores
sociales (o promotores de los casos) entrevistas que fueron tratadas como
«datos», y, por lo tanto, con la misma metodología que el resto de los mismos
para su sistematización, codificación y análisis, integrando las mismas en el
resto del corpus1.
Los cien casos de estudio seleccionados2 se clasifican en dos grandes
bloques:
a) Casos de estudio prepandemia (2013-2018).
b) Casos de estudio postpandemia (marzo de 2020 – abril de 2021).
A partir del análisis cualitativo de estos cien casos de innovación social,
de las realidades que representan, de la comparación constante entre
ellos, vamos a extraer unas primeras conclusiones acerca de las relaciones
entre innovación social, tecnología y desarrollo sostenible y de cómo la
pandemia ha sido un catalizador para que estas relaciones se estrechen y
se potencien.
1 Más información sobre las entrevistas pueden verse en Herrero de Egaña, 2018a, 148.
2 Los criterios de selección de los casos pueden verse en Herrero de Egaña, 2018a, 227,
246.
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1.5. ESTRUCTURA
Los contenidos de este artículo se articulan en torno a cuatro ejes:
En primer lugar, estableceremos una línea de base de los tres fenómenos
citados, explicando cómo entendemos cada uno y cuál es el statu quo.
En segundo lugar, referiremos brevemente las relaciones
bidireccionales entre innovación social y tecnología y entre innovación
social y el desarrollo humano, integral y sostenible, representado por la
Agenda de los ODS.
En tercer lugar, revisaremos cómo el nuevo contexto provocado por la
COVID-19 ha modificado estas relaciones anteriormente descritas: cómo
ha favorecido la aceleración de las innovaciones sociales tecnológicas por
una parte y cómo ha puesto en riesgo e impactado en la consecución de las
metas y compromisos adquiridos en torno a los ODS.
Por último, mostraremos cómo la innovación social basada en la
tecnología o tecnológica tiene un papel protagonista y objetivamente
verificable en la consecución de cada uno de los diecisiete ODS.
2. MARCO TEÓRICO
En este artículo se manejan principalmente tres fenómenos sociales y
cómo se relacionan e impactan entre sí. En este apartado vamos a proponer
cómo se entienden cada uno de ellos en el contexto de la investigación,
mientras que en el siguiente describiremos las relaciones que entre ellos
se establecen, a partir de los cien estudios de caso de innovación social
analizados.
2.1. INNOVACIÓN SOCIAL
Como dicen los físicos de un objeto del que quieren hablar pero que
no saben representar con una función matemática unívoca, el fenómeno
de la innovación social es un patatoide, es decir, tiene una forma irregular
y unos límites imprecisos y comprende una inmensidad de elementos que,
además de ser difíciles de clasificar, se interrelacionan entre sí de formas casi
infinitas. En cualquier texto o documento sobre innovación social, se hace
referencia a una definición de la expresión innovación social, precisamente
por la inexistencia de un concepto unívoco y aceptado por todos. Así pues,
la innovación social no es aún un fenómeno social bien definido ni está
institucionalizado.
Naturalmente, existen definiciones de innovación social, pero el debate
sobre el concepto no es banal. Autores como Mulgan, Tucker, Ali y Sanders,
precursores del discurso práctico sobre la innovación social, se refieren a la
innovación como «las nuevas ideas que funcionan» (2007, 8). Años después
el primero de ellos, junto a otros colaboradores, precisó y amplió la anterior
definición:
Blanca Herrero de Egaña Muñoz-Cobo
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Nuestro interés está en las innovaciones que son sociales tanto
en sus fines como en sus medios. Especialmente, definimos las
innovaciones sociales como nuevas ideas (productos, servicios y
modelos) que a la vez satisfacen las necesidades sociales y crean
nuevas relaciones o colaboraciones sociales. En otras palabras,
son innovaciones que son buenas para la sociedad y mejoran
la capacidad de actuar de la sociedad. (Murray, Caulier-Grice &
Mulgan, 2010, 3)
Podría parecer que la innovación social es la suma del significado de las
dos palabras que integran la expresión innovación+social; pero, no todo lo
que es innovador es social, ni todo lo que es social es innovador.
Un ejemplo. El 10 de octubre de 2014, al famoso chef Ferran Adrià
le conceden, por su creatividad en la cocina y la gastronomía, el
premio a la innovación disruptiva en el South Summit 2014 («Ferran
Adrià premio a la Innovación Disruptiva», 2014), un evento anual que
«conecta a los empresarios más innovadores con los inversores más
importantes del mundo y las corporaciones que buscan mejorar su
competitividad global a través de la innovación» («South Summit»,
s.f.). Es innegable que Adrià es un gran innovador en su campo, la
gastronomía, y que ha sido, incluso, rompedor o disruptivo, en el
sentido de que ha abierto una brecha en el mercado preexistente y
ha creado algo totalmente nuevo. Sin embargo, pese a ser uno de los
precursores de la deconstrucción –descontextualizando este concepto
del mundo del arte–, consistente en aislar los diversos ingredientes
de un plato, generalmente típico, y reconstruirlo de manera inusual,
de tal modo que el aspecto y textura sean completamente diferentes
mientras que el sabor permanece inalterado; de las espumas, que crea
utilizando sifones; de la esferificación, mediante alginatos para formar
pequeñas bolas de contenido líquido, así como el empleo de nitrógeno
líquido, etc., no podemos decir que estemos ante un innovador social
o que, a pesar de que estas aportaciones sean muy innovadoras, se
trate de innovaciones sociales.
De la misma manera, los comedores sociales para personas sin recursos,
a pesar de haber aumentado considerablemente su presencia, número
y cantidad de personas asistidas en España durante estos años de crisis,
son eminentemente sociales, pero no innovadores, dado que son medidas
asistencialistas que datan del siglo XVIII.
Podríamos encontrar numerosos ejemplos en ambos campos, lo
innovador y lo social, en los que no podríamos hablar de innovación social.
Por eso, en realidad, la innovación social no es la suma del significado de
Innovación social, tecnología y ODS. Fórmula magistral para un mundo mejor...
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las dos palabras, sino el lugar en que esos dos conceptos, lo innovador y lo
social, se funden y operan como uno solo.
La Nevera Solidaria es una nevera colocada en la calle (cumpliendo
todos los requisitos legales, como el uso de suelo público, requerimientos
de sanidad y consumo), para que aquellas personas a las que les sobre
comida preparada la puedan depositar y las personas que necesiten o
quieran un plato de comida casera lo puedan coger (Nevera Solidaria, s.f.);
aquí sí estaríamos claramente ante una innovación social, y una innovación
social con mayúsculas: es una idea nueva – poner una nevera en la calle- que
lucha contra un problema social – el desperdicio de alimentos-. Nunca antes
se había propuesto una acción tan sencilla como audaz e innovadora como
poner una nevera en la calle para luchar localmente contra el desperdicio
de comida y el hambre de las personas excluidas (Herrero de Egaña, 2018c)
generando además una relación social nueva entre las personas que dejan
y que cogen dichos alimentos que, de otra forma, irían a la basura.
No es el propósito de este estudio profundizar en las distintas
definiciones de innovación social3, desarrolladas por distintos autores y
agencias; para claridad del lector y de otros investigadores, en este artículo
manejamos la siguiente definición, que representa la síntesis superadora
de todas las demás y recoge los dos ingredientes fundamentales, lo
nuevo o novedoso y la triple forma de ser social (de la sociedad, para la
sociedad y como refuerzo de relaciones sociales existentes y generación
de otras nuevas): «Formas nuevas o novedosas que tiene la sociedad de
hacer frente a los Retos Sociales Relevantes (RSR), que son más eficaces,
eficientes y sostenibles o que generan mayor impacto que las precedentes
y que contribuyen a hacerla más fuerte y articulada, más justa, equitativa y
humana, y, en definitiva, mejor». (Herrero de Egaña, 2021, en prensa).
2.2. TECNOLOGÍA
Si bien la palabra tecnología proviene del griego, su uso generalizado es
bastante reciente a partir de la primera mitad del siglo XX. Podría traducirse
como «Estudio de las artes o técnicas». La palabra techne (τέχνη) significa
arte’, ‘habilidad’ o ‘ingenio manual’, mientras que el elemento –logía
(-λογία), por su parte, deriva de logos (λόγος), ‘palabra’ o ‘narración’, y
podría entenderse como «el estudio de algo» (Wikipedia, s.f.»).
Al contrario de lo que ocurre con la innovación social, todo el mundo
cree saber qué significa el término tecnología, de modo que cada uno
maneja su propia definición. La cuestión no es trivial, ya que es uno de los
tres elementos o fenómenos sociales de los que trata el artículo.
3 Se puede encontrar un análisis en profundidad de la evolución del concepto de
innovación social y sus distintas deniciones en Herrero de Egaña, 2018a, 262, 271.
Blanca Herrero de Egaña Muñoz-Cobo
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En el prestigioso Massachusets Institute of Technology (MIT), que lleva
la palabra tecnología en su propio nombre, proponen dos definiciones,
una corta y otra larga. En este trabajo nos vamos a centrar en la corta: «la
tecnología es la creación deliberada de objetos y procesos para resolver
problemas de naturaleza humana» (De Weck, en prensa, 2). No obstante,
a los efectos de la investigación debemos precisar un poco más, ya que,
según esta definición, el hacha de piedra o la cuchara, por ejemplo, son
tecnología.
En esta investigación, cuando hablamos de tecnología nos referimos a
lo que antes se llamaban las nuevas tecnologías (NNTT) y a las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC), así como a todos aquellos
ámbitos que se refieren a la innovación tecnológica más avanzada, como,
por ejemplo, la biotecnología, la tecnología financiera, la robótica, la
inteligencia artificial o el aprendizaje automático (TECH). A los efectos
de este estudio, tecnología es un paraguas que comprende también
todo lo que se refiere al desarrollo tecnológico y a la transformación
digital o digitalización. Es decir, cuando hablamos de innovación social
tecnológica nos referimos a casos que no podrían existir sin el soporte
de la tecnología.
Por ejemplo, Yonodesperdicio es una iniciativa de la organización
española Prosalus para reducir el desperdicio de alimentos, principalmente
en los hogares, poniendo en contacto a las personas que quieren entregar
alimentos con aquellas que los necesitan, mediante una aplicación en el
móvil y una plataforma en línea (Yonodesperdicio, s.f.). Este sería el caso
típico de innovación social tecnológica, mientras que Nevera Solidaria (s.f.),
Figura 2. Elementos inherentes a la innovación social
Fuente: Elaboración propia
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antes mencionada, sería un caso de innovación social no tecnológica, por
más que precise, por ejemplo, de una nevera.
2.3. DESARROLLO HUMANO, INTEGRAL Y SOSTENIBLE Y LOS ODS
El tercer elemento de esta ecuación que vamos analizar es el de
desarrollo humano, integral y sostenible. No es este el lugar para debatir
sobre esta expresión ni tampoco sobre la Teoría del Cambio que subyace
o debe subyacer al mismo. Nos referimos, en todo caso, a un enfoque
centrado en el ser humano y en las oportunidades de desarrollar sus
capacidades plenamente y de ser felices, más allá de mera la lucha contra
la pobreza. Tal como lo utilizamos en esta investigación, hacemos referencia
a dos elementos:
1) Desarrollo humano: definido por el premio Nobel Amartya Sen como
«el proceso de expansión real de las libertades que disfrutan las
personas» (Sen, 1999, 3). Ha inspirado las mediciones que realiza
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
con la generación del Índice de Desarrollo Humano (IDH) (PNUD,
1990, 31-36) que define el desarrollo humano como «un proceso
mediante el cual se amplían las oportunidades de los individuos, las
más importantes de las cuales son una vida prolongada y saludable,
acceso a la educación y un nivel de vida decente».
2) Desarrollo integral y sostenible: incluye el desarrollo de todas
las dimensiones humanas y de cada persona y pueblo, según la
propuesta de la doctrina social de la Iglesia (Hodge, Daher, López,
Castilla y Edwards, 2018). Aunque esta cuestión también es muy
interesante, para no derivar en debates periféricos, a los efectos de
la investigación, el pacto por los ODS representaría esta agenda
para desarrollo integral humano y sostenible, ya que es un «llamado
universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar
que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030»
(PNUD, 2021).
3. INNOVACIÓN SOCIAL, TECNOLOGÍA Y ODS:
DIFERENCIAS Y RELACIONES
Vamos a analizar a continuación las relaciones bilaterales entre estos
tres fenómenos sociales prepandemia y postpandemia a través, como
hemos señalado anteriormente, del análisis de cien casos de estudio de
innovación social, cincuenta de ellos previos a la crisis planteada por la
COVID-19 y otros cincuenta posteriores, identificados y emergidos en el
período comprendido entre los meses de abril de 2020 y mayo de 2021.
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3.1. INNOVACIÓN SOCIAL Y ODS
La relación entre la innovación social y los ODS es clara antes y
después de la pandemia: la innovación social contribuye decisivamente al
cumplimiento de los ODS. Esta afirmación se basa en la comparación entre
los RSR de la innovación social (o, dicho de otra forma, los desafíos que los
innovadores sociales han priorizado en sus innovaciones) con los ODS, que
da como resultado que todos los RSR coinciden e impactan en todos y cada
uno de los ODS.
El interés de este punto estriba en que, con independencia de las
prioridades y objetivos de las distintas agendas de alcance global
(Objetivos de Desarrollo Sostenible, Objetivos del Milenio, indicadores
de desarrollo del PNUD, etc.) o nacional (objetivos prioritarios de la
cooperación española), definidas por los Estados o por los expertos, los
RSR de la innovación social emergen de los propios datos manejados; es
decir, los innovadores sociales están en la misma línea que las agendas
para el desarrollo sostenible supranacionales creadas por los expertos o
los gobiernos.
Si los consideráramos como dos agendas para un mundo mejor,
podríamos decir que son dos agendas alineadas en sus objetivos, aunque la
innovación social tiene lo nuevo o novedoso como un ingrediente esencial
y los ODS mencionan –por primera vez– la innovación, pero sin que sea una
parte esencial de su ADN.
Ante la pregunta –lógica– de si los RSR se ven alterados tras la pandemia
y, por tanto, también su relación con los ODS, la respuesta, según revela el
análisis de los datos, es afirmativa.
El análisis de los cincuenta casos de estudio prepandémicos enuncia
la organización en cinco grandes bloques: 1) inclusión, 2) sostenibilidad,
3) participación e incidencia, 4) desarrollo y derechos humanos y 5)
instrumentales, que a su vez se desglosan en treinta y siete códigos; por
ejemplo, el RSR «inclusión» se refiere a inclusión de género, interconfesional,
intergeneracional o tecnológica, entre otras.
Durante el análisis de los cincuenta casos de estudio identificados y
analizados en profundidad durante la pandemia, estos RSR se han visto
modificados y han cobrado más o menos importancia en función de varios
factores:
1) Por una parte, la aparición de nuevos colectivos vulnerables como las
personas sin techo, las personas ancianas, el personal sanitario o los
autónomos y las PYMES.
2) Por otra, la exigencia por parte de la ciudadanía a los gestores públicos
y políticos de una mayor transparencia, coordinación y alianzas para
hacer frente común ante una situación tan compleja.
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3) Por último, la progresiva madurez del fenómeno de la innovación
social.
Así, del análisis, codificación, categorización y comparación constante
de los cincuenta casos de estudio postpandémicos, destaca, a los efectos
de este estudio, la aparición de un nuevo RSR: el desarrollo tecnológico y
la digitalización o transformación digital. Esta referencia a la tecnología ya
aparecía antes de la pandemia como «inclusión tecnológica». Sin embargo,
al analizar los cincuenta casos de innovación social postpandémicos, ha
cobrado especial entidad e importancia y se ha convertido en un RSR en
sí mismo; es decir, la tecnología pasa de ser un código perteneciente a la
categoría «inclusión» a ser una categoría independiente y casi transversal a
los demás RSR y a los ODS.
También llama la atención la aparición con fuerza del código
«economía circular» dentro del RSR «sostenibilidad», quizá marcado
por la fuerza que está tomando la agenda de los ODS desde que ha
comenzado la década y que la finitud de los recursos se ha hecho muy
visible durante la pandemia, con la escasez y el encarecimiento de
materias primas («El impacto económico del COVID-19. Los efectos
económicos del COVID-19 y los posibles escenarios globales en función
de su desarrollo», s.f.).
Por otra parte, entre los RSR que llamé «instrumentales» emergen los
casos que tratan de concienciar y sensibilizar sobre temas relacionados con
la prevención de la expansión de la COVID-19.
Por último, se han identificado más de 1 000 casos de innovación social
que han nacido precisamente para hacer frente a los desafíos que plantea
la pandemia, constituyen un RSR en sí mismos.
Como podemos comprobar en la siguiente tabla (Figura 4), de la
comparación entre los RSR, los objetivos del milenio (en adelante ODM) y
los ODS, no sólo se visibiliza la conexión y relación entre unos y otros, sino
que se observa que la conexión entre RSR y ODS es cada vez más estrecha
e intensa.
Obsérvese que sólo se han puesto los cuatro primeros RSR (inclusión,
sostenibilidad, participación e incidencia y desarrollo y derechos humanos)
más el sexto, que hemos llamado «transformación digital» o «desarrollo
tecnológico», ya que, tras la pandemia, la tecnología ha cobrado especial
relevancia y emergido como RSR independiente, dado que su importancia
trasciende la mera inclusión tecnológica.
De momento valga esta representación para mostrar la conexión,
relación y confluencia que existe entre los RSR y los ODS, así como el
progresivo fortalecimiento de la misma.
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3.2. INNOVACIÓN SOCIAL Y TECNOLOGÍA
En la investigación precedente –recordemos que aún no existía una
definición única y aceptada por todos de innovación social–, a medida
que se iban comparando casos y ejemplos que estaban codificados y
categorizados a priori como innovación social, se evidenciaba que algunos
de ellos no reunían las cuatro características esenciales de la innovación
social determinadas por la propia investigación y que forman parte de la
definición propuesta más arriba.
Así, se detectaron los llamados «fenómenos colindantes de la innovación
social4», que tienen, bien un alto componente de nuevo o novedoso, bien un
alto componente de social (en una o más de sus tres dimensiones). Es decir,
tienen mucho que ver con la innovación social, pero a menudo no lo son.
Esta distinción, que puede parecer banal, en realidad es fundamental
para denotar innovación social y generar estrategias para su difusión.
Desde el nombre de los fenómenos mismos, se aprecia el peso del
elemento preponderante; así, en los dos primeros, el elemento innovador
es casi inherente, y en el segundo se infiere un componente social (en su
significado para la sociedad). La figura 5 muestra cuán lejos o cerca están
4 Se puede encontrar más sobre los Fenómenos Colindantes de la Innovación Social en
en Herrero de Egaña, 2018a, 271, 278.
Figura 3. RSR de la innovación social española pre- y post-COVID-19
Fuente: Elaboración propia
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estos fenómenos vecinos de la innovación social, pero la mejor manera de
explicarlo es a través de los ejemplos.
La tecnología es, junto con las patentes o inventos, la responsabilidad
social empresarial (o RSE) y el emprendimiento social, uno de los
«fenómenos colindantes de la innovación social» (Herrero de Egaña, 2018a,
271-287). Esto puede sorprendernos, no todos los desarrollos tecnológicos
Figura 4. Retos Sociales Relevantes de la Innovación Social Española,
ODM y ODS: análisis comparado
Fuente: elaboración propia