El psicólogo interno residente (PIR) en atención primaria: experiencia en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete

María Antònia Font Payeras

Hospital General de Villarrobledo (SESCAM)

María de la Merced Novo Vázquez

Unidad de Salud Mental de Jaca

Anabel Yanina Lemus Veleda

Complejo Hospitalario Universitario de Albacete

Resumen

En los últimos tiempos se ha detectado un interés creciente en la inclusión de psicólogos clínicos (PC) en el ámbito de la atención primaria (AP), puesto que una parte significativa de las consultas de este nivel están relacionadas con problemas de salud mental, aumentando la presión asistencial de los médicos y ocasionando un elevado coste económico. La presencia del PC en AP mejoraría la accesibilidad de este servicio, revirtiendo en una mejor calidad asistencial. En varios países se han implementado programas en esta línea, existiendo algunos intentos pioneros en España. Uno de los cambios significativos en este sentido ha sido la inclusión desde el año 2009 de la rotación por AP como obligatoria en el programa de formación de los Psicólogos Internos Residentes (PIR). En este artículo se presenta la rotación realizada durante varios años en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, así como su evolución y propuestas de mejora.

Palabras clave: psicología clínica; psicólogo interno residente (PIR); atención primaria; formación; sistema nacional de salud

Correspondencia: María Antònia Font Payeras. Hospital General de Villarrobledo (SESCAM), en Av. Miguel de Cervantes -Provencio, s/n, 02600 Villarrobledo, Albacete. Correo electrónico: fontpayeras@yahoo.es

María Dolores Gómez Castillo

Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla la Mancha

Roger Muñoz-Navarro

Universitat de València

Abstract

In last years a growing interest has been detected with regards the inclusion of clinical psychologists (CP) in Spanish primary care (PC), since significant amount of consultations at this level are related with mental health problems, increasing the pressure in medical care and causing a huge economic cost. The presence of the CP in PC would improve the access of this service, ending in a better quality of health care. Several countries have implemented programs in this line, as exist several attempts in Spain. One of the significant changes in this regard has been the inclusion since 2009 of the rotation in PC as compulsory in the training program internal resident psychologists (IRP). In this article, we present rotation performed for several years in the University Hospital of Albacete, as well as its evolution and some proposals for improvement.

Keywords: clinical psychology; internal resident psychologists; primary care; training; national health system

La atención primaria (AP) es la puerta de entrada al sistema sanitario para las personas con problemas físicos, psicosociales o de salud mental. Tanto en España como en otros países, existe un amplio consenso en relación a la importancia de atender adecuadamente las problemáticas relacionadas con salud mental desde este nivel (Cano-Vindel, 2011; Layard, 2006). Distintos estudios (Caballero et. al., 1999; Roca et al., 2009) informan de que entre el 25 y el 33% de las consultas de AP están relacionadas con problemas psicológicos, siendo los más frecuentes los cuadros depresivos con una prevalencia estimada del 5-9% (Téllez, 2005). Estos problemas están directamente asociados a problemas psicosociales y estrés, lo que ha generado que en época de crisis, los problemas de salud mental hayan aumentado considerablemente. Concretamente, ha aumentado la presencia en las consultas de atención primaria de pacientes con trastorno depresivo mayor, distimia, trastorno de ansiedad generalizada, trastornos somatoformos y trastorno de pánico en un 19,4%; 10,8%; 8,4%; 7,2% y un 6,4%, respectivamente (Gili, Roca, Basu, McKee, & Stuckler, 2013).

Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario fomentar el aumento de profesionales con formación en los diferentes niveles de asistencia, incluido el de AP, que permita reducir las barreras que impidan que se preste la atención psicológica necesaria a estos pacientes (WHO & WONCA, 2008). Chiles, Lambert y Hatch (1999), tras revisar 91 ensayos aleatorizados concluyen que una atención integrada entre médicos de atención primaria (MAP) y psicólogos clínicos (PC) puede reducir el coste sanitario total en torno a un 17%. La atención en este primer nivel permitiría una mayor accesibilidad de los pacientes a la intervención psicológica, reduciendo tanto la sobrecarga en las consultas de los médicos de familia como la lista de espera en atención especializada (AE) de Salud Mental (SM), al derivar sólo aquellos casos de mayor gravedad. Una buena parte de las demandas de AP se centran en problemas de afrontamiento y adaptación a diversas enfermedades físicas (Friedman, Sobel, Myers, Caudill, & Benson, 1995) y a otras situaciones estresantes, así como problemas emocionales leves. Este tipo de problemática puede ser abordada por los PC de AP mediante intervenciones psicológicas eficaces de baja intensidad, tales como terapias de resolución de problemas (García-Campayo, Hidalgo, & Orozco, 2006) o activación conductual (Dimidjian et al., 2006). De este modo, se logran reducir las derivaciones AE, y la consiguiente estigmatización.

En esta línea, diversos países europeos han llevado a cabo programas de mejora de acceso a tratamientos psicológicos desde la atención primaria. Dos ejemplos de modelos de intervención psicológica en AP se han desarrollado en el Reino Unido y Noruega. El primero de ellos instaura, con la reforma sanitaria de 2007, un modelo de atención psicológica paso a paso denominado Improving Acces to Psicological Therapies (IAPT) dirigido a población adulta con trastorno mental común, principalmente cuadros de depresión y ansiedad (Turpin, Richards, Hope, & Duffy, 2008), proporcionando una intervención escalonada en función de la gravedad de los trastornos, existiendo cuatro niveles de atención creciente. Este proyecto plantea la dispensación de una terapia de corte cognitivo-conductual como tratamiento de primera elección, dada la mayor evidencia existente sobre su efectividad en el tratamiento de estos trastornos, si bien, no se excluye la posibilidad de utilizar algún otro enfoque. El National Institute for Health and Care Excellence (NICE) (2004), organismo asesor del ejecutivo británico en materia de salud, recomienda este modelo de intervención, al considerar que la terapia psicológica es más eficaz que la medicación y que debería estar disponible para todos los pacientes que la necesiten.

En el caso de Noruega, el modelo de tratamiento psicológico actual se introdujo con el Plan de Salud Mental iniciado en el Parlamento en 1998, tratándose de un enfoque basado en la perspectiva del usuario y que favorece por tanto su autonomía, apostando por facilitar el acceso al tratamiento psicológico desde intervenciones de baja intensidad, al igual que en el caso del Reino Unido. De este modo ha pasado de ofrecer tratamiento ambulatorio especializado para personas con trastornos mentales graves, a proporcionar intervenciones psicológicas tempranas desde AP para problemas mentales leves y moderados. Estas pueden ser tanto individuales como grupales, sin que existan criterios de exclusión en función de la edad. Este cambio ha permitido aumentar la prevención e intervención temprana, incrementando también la coordinación y cooperación entre los profesionales involucrados, al tiempo que disminuye tanto la duración de la psicoterapia (media de cinco consultas, con un rango de entre una y quince) como las derivaciones a AE, acudiendo a ese nivel el 5-10% de los casos (Johnson, 2012).

La Psicología Clínica en la atención

primaria española

En los últimos años, por tanto, se observa una creciente inquietud por intentar implementar programas semejantes a la realidad española. Asimismo, el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (CGCOP) denuncia el difícil acceso de los pacientes a una terapia psicológica en el ámbito de la sanidad pública, ya que se trata de un servicio que en el Sistema Nacional de Salud (SNS) español se localiza en el nivel de AE y no en AP, siendo el componente psicológico en estas consultas, tal y como se ha indicado anteriormente, muy elevado (Gómez, s.f.). Además, estos trastornos están excesivamente medicalizados en este contexto. Moreno y Moriana (2012) señalan que la excesiva medicalización de problemas leves puede resultar iatrogénica, dificultando el desarrollo de habilidades de afrontamiento adecuadas, así como aumentando el riesgo de cronificación, con el elevado coste económico que esto supone. En este sentido, Sicras et al. (2007) refieren que el gasto que suponen los casos de depresión es un 58,4% superior al de enfermedades físicas crónicas, debiéndose el 64% del mismo exclusivamente a los fármacos. Por tanto, la inclusión de PC en AP, según se recomienda a nivel mundial (WHO & WONCA, 2008) permitiría paliar las limitaciones existentes, mejorando la eficiencia y la calidad asistencial.

En España, la primera experiencia de integración del PC en AP se llevó a cabo en Murcia. Según se detalla en una publicación del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia (“Primera experiencia en Murcia”, s.f.) se inició en el año 2011, a raíz del terremoto de Lorca, con la contratación de dos psicólogos clínicos. Se desarrolló un protocolo de evaluación y, posteriormente, a partir de la intervención escalonada según la gravedad de cada caso, se diseñaron 4 grandes grupos: 1) normalización de casos de reacción a estrés agudo (una sesión y seguimiento); 2) intervención grupal (cuatro o cinco sesiones, con seguimiento a los tres meses); 3) intervención individual, con un máximo de 9 sesiones; 4) derivación a salud mental, en caso de trastorno mental grave o patología previa. A raíz de la valoración positiva de esta experiencia decidieron mantener un modelo de atención escalonada y ese mismo año, introducirlo en al área de Cartagena, con intención de ir extendiéndolo progresivamente.

Otra experiencia de integración en España es el Programa de Soporte a Atención Primaria (PSP) en la provincia de Barcelona. Los objetivos principales son promover la integración de la Salud Mental en la actividad de los equipos de AP, fomentar un cambio cultural de derivar a compartir, potenciar los recursos disponibles para la contención de síntomas derivados del malestar de la vida cotidiana y despatologizar, mejorar la capacidad de detección e intervención desde AP en lo referente a salud mental, y dar continuidad asistencial a través del trabajo en red. Se trata de un planteamiento que facilita la existencia de un espacio de interconsulta entre el MAP y el psicólogo clínico en aspectos como la detección, orientación o decisión de tratamiento. Además, se incide en identificar factores de riesgo y señales de alarma, proporcionar información de los recursos asistenciales, hacer devolución de la orientación diagnóstica, los objetivos terapéuticos y la evolución, así como realizar la derivación a Salud Mental en casos de trastorno mental grave. En este programa se tratan aquellos problemas leves y situaciones vitales que requieren atención psicológica, además de los trastornos de gravedad moderada, con repercusión funcional desadaptativa, siempre que sean abordables desde este nivel.

A pesar de estos proyectos, es necesario seguir abordando la necesaria implementación de psicólogo clínico en atención primaria de forma más extensa. Tal y como muestra el Real Decreto 1030/2006, que regula la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, es importante contemplar el abordaje de la salud mental en AP, tanto la vertiente de detección de psicopatología como el tratamiento de trastornos adaptativos, depresión y ansiedad. Por otro lado, la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2009-2013 (Ministerio de Sanidad, 2011) establece como objetivo específico «aumentar el porcentaje de pacientes con trastornos psicológicos que reciben psicoterapia, acorde con las mejores prácticas disponibles y monitorizando criterios mínimos de calidad contemplados». Las notas de prensa relativas a la última actualización de esta Estrategia (2015-2020, pendiente de publicación) transmiten una continuidad en esta línea, manteniendo el énfasis en la necesidad de abordar la problemática a la que se enfrentan las personas con trastornos psicológicos, existiendo un grupo de trabajo específico en relación con la coordinación entre AP y SM.

Recientemente, se ha alcanzado la aprobación de dos Proposiciones No de Ley (PNL) apostando por la creación de la figura del PC en AP, una en la Asamblea de Madrid (BOAM, 2016) y otra en la Comunidad Valenciana (BOCV, 2016). Estos avances sugieren que pronto se podrán ir dando pasos en la consumación de estos objetivos. Para ello, es necesario que los profesionales que dispensen las terapias psicológicas en el Sistema Nacional de Salud y en este caso, en la AP cuenten con la mejor formación posible para asegurar la mejor atención de estos pacientes y su recuperación.

Finalmente, otra de las experiencias relevantes que giran en torno a este objetivo en nuestro país es el ensayo PsicAP-Psicología en Atención Primaria. Se trata de un proyecto impulsado por Psicofundación, (Fundación Española para la Promoción y el Desarrollo Científico y Profesional de la Psicología en el Ámbito Español), promovida por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos para impulsar de forma activa todas las acciones necesarias encaminadas a la participación y adaptación del colectivo profesional de psicólogos en la consecución de estos retos. En esta línea, iniciaron en el año 2010 acciones encaminadas para llevar a cabo un ensayo clínico en el sistema sanitario público para demostrar la eficacia de los tratamientos psicológicos basados en la evidencia para los desórdenes emocionales en AP (Cano-Vindel et al., 2016). Por último, tras la aprobación de los comités éticos, se inició en diciembre del 2013 un ensayo clínico aleatorizado que está implantado actualmente en 22 centros de AP de más de 7 comunidades autónomas del territorio español. Este ensayo tiene dos grandes objetivos, poner a prueba un tratamiento grupal de corte transdiagnóstico para los desórdenes emocionales frente al tratamiento convencional llevado a cabo en atención primaria (tratamiento farmacológico por los MAP) y, además, realizar una serie de medidas de costo-eficacia con el gran objetivo de demostrar al Ministerio de Sanidad, así como de las Consejerías de Sanidad autonómicas, los beneficios para la salud de la población y la mejora de la sostenibilidad del sistema sanitario público español, así como la economía en su conjunto, a partir de la incorporación del PC en AP.

Objetivos

En esta línea, los proyectos internacionales mencionados previamente sirven como ejemplo a seguir y, con el fin de adaptar estos a la realidad española donde se cuenta con el modelo de formación PIR, se exponen dos objetivos en el presente trabajo. El primero es mostrar la experiencia de la rotación PIR en la Comunidad de Castilla La Mancha, en concreto en el Complejo Hospitalario de Albacete, donde esta rotación se lleva realizando desde el año 2011. Finalmente, como segundo objetivo, se proponen una serie de mejoras de la rotación PIR a partir de nuestra experiencia para que los futuros psicólogos clínicos cuenten con la mejor preparación posible para afrontar los grandes retos que supone la inserción de la figura del PC en AP, siguiendo algunas de las propuestas del ensayo PsicAP.

La rotación del psicólogo interno residente en atención primaria.

La experiencia en Albacete.

El Complejo Hospitalario Universitario de Albacete lleva años formando residentes de psicología clínica, existiendo actualmente un residente por año. El Programa Oficial de Formación de Psicólogos Especialistas en Psicología Clínica sufrió un proceso de modificación en 2009, tal como consta en el Boletín Oficial del Estado, consistiendo el principal cambio en ampliar el periodo de residencia a 4 años. Esta modificación incluía nuevas rotaciones, destacando la rotación obligatoria por AP, que en este hospital se introdujo en el año 2011.

Objetivos de la rotación

Los objetivos generales que se plantearon al inicio de la rotación en AP fueron: