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Análisis y Modicación de Conducta
2022, Vol. 48, Nº 177, 89-111
ISSN: 0211-7339
Terapia de aceptación y compromiso (ACT) para el
tratamiento de hipersexualidad y chemsex: protocolo
de intervención y resultados de un estudio de caso
Acceptance and commitment therapy (ACT) for the
treatment of hypersexuality and chemsex: intervention
protocol and results of a case study
Francisco Montesinos
Instituto ACT / Universidad Europea de Madrid
Marta Ortega
Universidad Europea de Madrid
Resumen
Se presenta el caso de un varón gay VIH positivo
con problemas en el control de impulsos sexuales, con
frecuentes conductas sexuales sin protección asocia-
das al chemsex, que afectan al ámbito social, familiar
y laboral. El objetivo fue evaluar la utilidad de un pro-
tocolo de 8 semanas basado en ACT para tratar la hi-
persexualidad y valorar su aplicabilidad. Los cambios
fueron medidos mediante autorregistros y cuestiona-
rios estandarizados. El índice de cambio clínicamente
signicativo de Jacobson-Truax reveló mejoras en hi-
persexualidad y exibilidad psicológica. El tratamiento
fue seguido de una reducción de hipersexualidad del
90% (t=-0,9, p=0,0) y una drástica reducción mante-
nida a los tres meses en tiempo empleado en buscar
citas, número de encuentros y parejas y frecuencia de
consumo de sustancias. Los resultados aportaron evi-
dencia de que la aplicación de ACT fue seguida de una
mejora en la conducta sexual impulsiva y justicaron
su uso en futuros ensayos clínicos.
PalabRas clave
Hipersexualidad; chemsex; adicción al sexo; impulsivi-
dad; control de impulsos; compulsividad sexual; Terapia de
Aceptación y Compromiso; ACT; psicología clínica, terapia
sexual; sexología; VIH; infecciones de transmisión sexual;
ITS; adherencia.
abstRact
The case of a 44 years old HIV positive homosexual
male, with highly frequent unprotected sexual behav-
iour associated to drug use, aecting his social, family
and work spheres is presented. The aim was to assess
the usefulness of an eight session ACT-based protocol
to treat hypersexual behaviour. The study also aimed
at assessing the feasibility of the protocol to be rolled
out to a larger sample. Changes were tracked during
the treatment and three months after through self-
monitoring and standardized questionnaires. Jacob-
son-Truax clinically signicant change index showed
improvements in hypersexuality and psychological
exibility. The treatment has proven to be successful
in reducing participants hypersexuality 90% (t=-0.9,
p=0.0). Time spent looking for sexual intercourses, as
well as the number of encounters, dierent partners,
and frequency of drug usage during sex was drastically
reduced after intervention. Results provided evidence
that ACT contributed to improve compulsive sexual
behaviour and therefore justied its use in subsequent
clinical trials.
KeywoRds
Hypersexuality; chemsex; sex addiction; impulsivi-
ty; impulse control; sexual compulsivity; Acceptance
and Commitment Therapy; ACT; clinical psychology;
sexual therapy; sexology; HIV; sexually transmitted in-
fections; STI; adherence.
Correspondencia: : Francisco Montesinos. Doctor en Psicología. Universidad Europea de Madrid. C/ Tajo, s/n. Villaviciosa de Odón.
28670 Madrid. E-mail: francisco.montesinos2011@gmail.com
Recibido: 13/06/2022; aceptado: 20/06/2022
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Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
Introducción
La hipersexualidad es la expresión desin-
hibida de conductas sexuales culturalmente
adaptadas que provoca consecuencias adver-
sas importantes (Kafka, 2010), e incluye una
combinación de deseo sexual excesivo e inca-
pacidad para controlarlo (Ballester-Arnal et al.,
2019). La primera conceptualización de hiper-
sexualidad como una adicción fue propuesta
por Orford (1978), quien hizo hincapié en las
consecuencias negativas que conlleva, el tiem-
po que se invierte en pensar en el consumo,
las dicultades de autocontrol, así como en la
conciencia sobre lo inapropiado que resulta. Se
han utilizado muchas otras acepciones como
compulsividad sexual u obsesión sexual (Levi-
ne, 2010). Su prevalencia oscila entre el 3% y
el 6% (Derbyshire & Grant, 2015; Karila et al.,
2014; Kingston & Firestone, 2008; Castro-Calvo
et al., 2017), si bien resulta complicado con-
cluir datos precisos (Brewer & Tidy, 2019; Kraus
et al., 2018), siendo más frecuente en personas
en torno a los 30 años (Amamou et al., 2020),
en varones (Ballester-Arnal et al., 2013; Carnes,
2000; Castro-Calvo et al., 2017; Dodge et al.,
2004; Odlaug et al., 2013; Skegg et al., 2010),
y especícamente en varones homosexuales
(Daneback et al., 2005).
En los últimos años se viene observando el
aumento del fenómeno del chemsex asocia-
do a la hipersexualidad. El chemsex es el uso
intencionado de drogas (poppers, GHB/GBL,
viagra, cocaína, mefedrona, metanfetamina,
ketamina, éxtasis/MDMA) mayoritariamente
por parte de hombres que tienen sexo con
hombres para tener relaciones sexuales por un
período largo de tiempo (Ministerio de Sani-
dad, 2020a). Su práctica intensiva y continua-
da puede facilitar la transmisión sexual del VIH
y otras infecciones, así como problemas para
la salud física, mental y social, y está asociado
a la cultura de las tecnologías de sexo casual
y las saunas (Soriano, 2017; Ministerio de Sa-
nidad, 2020a; Estudio Homosalud, 2021). La
preocupación social por el aumento de este
fenómeno y sus consecuencias sobre la salud
es creciente (Ministerio de Sanidad, 2020a; El
País, 2021). La práctica es mayor entre perso-
nas con VIH (González-Baeza, 2018), y el riesgo
de infección por VIH entre los gays que practi-
can chemsex se multiplica por 5 y el de VHC (vi-
rus de la hepatitis C) por 9 (Pakianathan et al.,
2018). Entre sus riesgos se incluyen la sobre-
dosis, la adicción, el deterioro físico, la hiper-
sexualización del ocio y la reducción del ren-
dimiento laboral o académico (Ministerio de
Sanidad, 2020a). Su prevalencia en España en
población de varones gays y bisexuales alcan-
za el 14,1% en el último año según la Encues-
ta EMIS-2017 (Ministerio de Sanidad, 2020b) y
asciende hasta el 27,5% según el Estudio Ho-
mosalud (2021). Por otro lado, las autoridades
sanitarias advierten del incremento de algunas
infecciones de transmisión sexual en los años
previos a la pandemia en España. Así, la tasa
de clamidia pasó del 18% en 2016 al 44% en
2019, la incidencia de sílis aumentó en un
18,4% entre 2016 y 2018, y la prevalencia de la
gonorrea va en aumento desde los años 2000
(Centro Nacional de Epidemiología, 2021).
Las consecuencias sanitarias médicas, psi-
cológicas y sociales ponen de maniesto la
necesidad de disponer de tratamientos psico-
lógicos efectivos para el abordaje de la hiper-
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FRANCISCO MONTESINOS • MARTA ORTEGA
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
sexualidad y la promoción de una sexualidad
más saludable. Las primeras intervenciones
adaptaron en este ámbito los programas de re-
habilitación de Alcohólicos Anónimos de doce
pasos, y también se han administrado terapias
farmacológicas y tratamientos cognitivo-con-
ductuales (Ballester et al., 2020). La revisión
de Ballester et al. (2020) destaca las interven-
ciones psicológicas de Carnes (2000), Penix,
Sbraga & O`Donohue (2003), Becker (2015) y
Weiss (2015, 2016). Sobre la ecacia de tales
programas, cabe destacar que la intervención
de Carnes (2000), administrada a lo largo de
cinco años, concluyó que durante el primer
año, y a pesar de que algunos pacientes rerie-
ron sentirse mejor, no hubo mejoras signica-
tivas detectables evaluadas con instrumentos
objetivos; en el segundo año, se encontraron
mejoras signicativas en varias áreas de la vida
de los participantes; y ya a partir del tercer
año, mejoraron sus relaciones interpersonales.
Las sucesivas revisiones coinciden en seña-
lar la insuciente evidencia disponible hasta
el momento de los tratamientos psicológicos
para hacer frente a la hipersexualidad (Klontz
et al., 2005; Shepherd, 2010; Hall, 2011; Eche-
burúa, 2012; Efraei & Jamali, 2021), y han sido
destacadas las limitaciones metodológicas de
muchos de estos estudios (Hook et al., 2014). Si
bien algunos ensayos no han obtenido datos
concluyentes tras la administración de trata-
mientos cognitivo-conductuales (Orzack et al.,
2006), otros reejaron mejoras en hipersexua-
lidad (Hardy et al., 2010; Wilson, 2010; Hallberg
et al., 2017, 2019). Hallberg et al. (2017) publi-
caron un primer estudio que mostró la utilidad
de una intervención cognitivo-conductual que
incluía algunas estrategias desde el ámbito de
las terapias de tercera generación, y posterior-
mente un ensayo clínico aleatorizado con una
muestra de 137 varones mostró la disminución
de las conductas problema y mejora del bien-
estar psicológico (Hallberg et al., 2019).
La Terapia de Aceptación y Compromiso
(ACT) (Hayes et al., 2014) es una intervención
novedosa que está comenzando a ser utiliza-
da para el tratamiento de problemas sexuales
y está especícamente dirigida a promover la
exibilidad psicológica. ACT plantea un cam-
bio en el foco de la terapia, ya que no trata
de eliminar, reducir o cambiar los eventos pri-
vados que resultan desagradables o proble-
máticos (como pensamientos, sensaciones,
imágenes, recuerdos negativos o impulsos
relacionados con el consumo), sino de alterar
su función de modo que la reacción frente a
ellos sea más exible y dejen de controlar las
acciones de la persona, y que sean los valores
personales los que regulen la conducta (Lucia-
no et al., 2006). En el ámbito de la sexualidad,
se han publicado trabajos en torno a la aplica-
ción de ACT para la mejora de la satisfacción
sexual y el tratamiento de las disfunciones se-
xuales (Montesinos, 2003; Montesinos & Páez,
2008; Montesinos & Páez, 2012; Blonna, 2012;
Honarparvaran et al., 2010; Nezhad & Shameli,
2017). ACT se considera una terapia ecaz en
el tratamiento de adicciones químicas (Páez &
Montesinos, 2019; Maia, Santos, Castro, Vieira
& Silveira, 2021), y también ha sido aplicada
con éxito para reducir el tiempo de consumo
de pornografía (Crosby, 2011; Crosby & Two-
hig, 2016) y para disminuir la hipersexualidad
(Lantheaume, 2018). Crosby (2011) llevó a cabo
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Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
el primer ensayo clínico aleatorizado de ACT
para el tratamiento del uso problemático de
pornografía. La intervención administrada a lo
largo de doce sesiones se centró en aumentar
el uso de estrategias para manejar ecazmen-
te los impulsos. El grupo tratado con ACT mos-
tró una disminución del 93% en las horas de
visionado de pornografía tras la intervención
mientras que la reducción en el grupo control
fue del 21%.
El objetivo de este trabajo es ilustrar la
utilidad de la aplicación de una intervención
breve basada en ACT para tratar un caso de
hipersexualidad y mejorar la salud sexual del
cliente, recogiendo múltiples datos a lo largo
de toda la intervención, así como mostrar al-
gunos elementos clave que pueden facilitar la
adaptación de ACT en este ámbito. Se espera
con ello sensibilizar sobre esta problemática y
contribuir a la reexión y la exibilidad de los
terapeutas. Además, este caso forma parte de
un estudio piloto para poner a prueba y valorar
la aplicabilidad de un protocolo de tratamien-
to de la hipersexualidad que posteriormente
se utilizó en un ensayo clínico.
Presentación del caso y análisis funcional
El cliente es un varón gay de 44 años sol-
tero, al que nos referiremos con el nombre
cticio de Martín. Tiene estudios de postgra-
do y trabaja como comercial. Acude a terapia
solicitando ayuda para superar lo que él llama
su adicción al sexo, manifestando que última-
mente está más descontrolado, que piensa
en ello constantemente, que se siente domina-
do ya que siempre quieres más”. Declara que
dedica mucho tiempo a usar aplicaciones mó-
viles de citas, a quedar con parejas sexuales y a
acudir a locales donde se practica sexo, como
bares y saunas. Indica que es paciente de VIH
indetectable con buena adherencia al trata-
miento con antirretrovirales y que también ha
sido diagnosticado anteriormente de sílis. A
pesar de ello, maniesta que habitualmente
no usa preservativo en sus relaciones sexuales
y que, hasta hace siete meses, consumía me-
tanfetamina regularmente durante las rela-
ciones, aunque actualmente está intentando
reducir el consumo. Dedica entre tres y cuatro
horas diarias a la búsqueda y mantenimiento
de relaciones sexuales y mantiene citas sexua-
les una media de 4 días por semana que, por
temporadas, llegan a ser diarias. Reconoce que
interere con su trabajo, su vida familiar, el ocio
y sus relaciones de amistad. Así, por ejemplo,
revisa mensajes de las apps durante su jornada
laboral y se distrae, y en alguna ocasión ha lle-
gado a mantener citas sexuales en horario de
trabajo. También declara que ha descuidado la
relación con sus seres queridos, y que se siente
muy solo. Sitúa el inicio del problema hace más
de 20 años, cuando empezaron las webs de
contactos en Internet, y encontró una manera
de practicar sexo con facilidad de forma habi-
tual. Informa de que a los 21 años recuerda,
como una de sus experiencias más dolorosas,
la noticia de la separación de sus padres, y que
consiguió evadirse por completo del dolor que
sentía buscando sexo y prolongándolo duran-
te horas. Recientemente, cuando cambió de
residencia, el compañero con el que compar-
te piso le puso como condición que no podría
traer parejas sexuales a casa, como una mane-
ra de ayudarle a controlar su dependencia.
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FRANCISCO MONTESINOS • MARTA ORTEGA
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
Al inicio de la intervención, el sexo ocupa
una gran parte del tiempo libre, ocurre casi
a diario, asociado a sentimientos negativos
como estrés en el trabajo, frustración, sole-
dad y vacío. También está asociado a impul-
sos relacionados con excitación sexual, ganas
de contacto físico, o fantasías. Cuando Martín
practica sexo, encuentra parejas con mucha fa-
cilidad a través de conocidos, mediante apps
o en locales de sexo, y obtiene mucho placer
con la planicación, fantaseando y, como él re-
ere, calentando la situación” intercambiando
mensajes con la persona con la que ha que-
dado. Además, ha desarrollado la habilidad
de prolongar enormemente la duración de la
sesión, practicando durante horas sin poner lí-
mite, gracias también al consumo de sustacias
durante el sexo (chemsex). Ha encontrado mu-
chas vías para disfrutar y mantener la excita-
ción, como practicar sexo en grupo, siendo ob-
servado, sintiéndose deseado, proporcionan-
do placer al otro o usando juguetes sexuales.
No suele llegar al orgasmo, sino que disfruta
alargando la excitación durante la penetración
a voluntad.
En la tabla 1 se describen tres situaciones
tipo que ejemplican el patrón de inexibili-
dad psicológica e ilustran el análisis funcional.
En el primer ejemplo, la secuencia comienza
cuando Martín se siente estresado en el tra-
bajo porque llega el nal de mes y se agobia
al constatar que no alcanza los objetivos de
venta, y alberga sentimientos de culpa y dudas
acerca de si lo está haciendo sucientemente
bien en el trabajo. A este malestar se suma el
sentimiento de soledad y frustración con la
vida. En ese contexto, planicar y mantener
citas sexuales va seguido de enorme placer y
excitación gracias a las habilidades y prácticas
antes mencionadas, lo que supondría una po-
tente contingencia de reforzamiento positivo
(R+); también consigue, según sus palabras,
acallar voces”, “tapar o “pausar el sufrimien-
to, lo que implica una contingencia de refor-
zamiento negativo (R-) asociada a la reducción
del malestar emocional. Dicha reducción se-
ría temporal, ya que, al perder horas de sue-
ño, llega cansado al trabajo al día siguiente,
le cuesta rendir y se siente culpable, y más a
largo plazo, Martín alberga el sentimiento de
no estar haciendo las cosas bien. En concre-
to, se siente mal y en lucha consigo mismo
cuando constata que no está cuidando su sa-
lud y que al emplear todo su tiempo libre en
el sexo pierde tiempo para estar con amigos.
También se siente insatisfecho al ver que está
posponiendo llamar a su madre, que cada vez
se siente más solo y que siempre quiere más
sexo y se ve cada vez más dependiente. El se-
gundo ejemplo ocurre cuando empieza el n
de semana. El viernes, al terminar su jornada
laboral, se siente solo y vacío; también nota el
impulso y las ganas de diversión y sexo. Pien-
sa en muchas opciones de sexo y, nalmente,
acude a un local donde practica sexo en grupo
mientras consume sustancias. Maniesta que
se relaciona con sus parejas sexuales a nivel
físico, sin hablar ni conocer a nadie. A corto
plazo consigue evadirse por completo de la so-
ledad y el vacío (R-) y potenciar notablemente
su excitación al consumir sustancias y según
sus palabras dar rienda suelta al deseo y vivir
experiencias intensas y de riesgo (R+). Al nal,
vuelve a casa a las 3 de la madrugada, aunque
94 TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) PARA EL TRATAMIENTO DE HIPERSEXUALIDAD ...
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
sigue con ganas, con la sensación de que no
es suciente, y se siente solo nuevamente. En
el tercer ejemplo, es domingo por la mañana
y tiene planes con amigos, ha quedado para
comer y después está invitado a una celebra-
ción de cumpleaños, pero recibe un mensaje
de un conocido que le invita a una sesión de
sexo en grupo. Inmediatamente siente las ga-
nas, la excitación y el temor a que no vuelvan
a invitarle si dice que no. Da vueltas a la deci-
sión, por un lado se siente deseado, tiene mu-
chas ganas de hacer algo prohibido y por otro
piensa que no debería. Finalmente acude a la
comida, pero se va muy pronto y pone excusas
para faltar al cumpleaños. Además de disfrute
físico (R+), también reduce las ganas y el temor
a que no vuelvan a invitarle y además se evade
nuevamente del estrés de la semana (R-). Pa-
sado un tiempo, se siente mal consigo mismo
y culpable al darse cuenta de que ha invertido
más tiempo con los conocidos del sexo que
con los verdaderos amigos, y por haber men-
tido y faltado al cumpleaños.
Los tres ejemplos nos revelan un patrón de
evitación experiencial e inexibilidad psicoló-
gica que se repite. Martín ha convertido el sexo
en su principal fuente de graticación y lo uti-
liza tanto para premiarse tras un esfuerzo en
el trabajo como para evadirse de todo el ma-
lestar que tiene en su vida: estrés e insatisfac-
ción con el trabajo, soledad, frustración, culpa
y vacío. A lo largo de muchos años, ha apren-
dido a emplear su energía durante su tiempo
libre, y a veces también durante su tiempo de
trabajo, en planicar y mantener encuentros
sexuales que le proporcionan un gran placer
y le permiten alejarse temporalmente del su-
frimiento. Sin embargo, a largo plazo, va des-
Situación y eventos privados Conductas de evitación Consecuencias a corto plazo Efectos a largo plazo
Estrés laboral, agobio, frus-
tración, culpa, soledad.
Piensa “¿Y qué tal si te vas a
un bar y te distraes?”
Consulta la app, envía y
responde mensajes.
Planica e imagina si-
tuaciones excitantes y
arriesgadas, como cono-
cer desconocidos o ex-
hibicionismo en un local
de sexo.
Acude a bares de sexo.
Consume sustancias.
Placer y excitación al imagi-
nar, escoger con quién que-
dar y planear situaciones
(R+).
Disfrute y sensación de sa-
ciedad (R+).
Olvidar problemas, apaci-
guar el estrés, desaparecen
agobio, soledad y preocupa-
ción por el trabajo (R-).
Cansancio, culpa.
Pérdida de horas de sue-
ño, llega cansado al tra-
bajo al día siguiente.
Descuida su salud, a sus
amigos, a su madre.
Aumenta la soledad.
Se siente dependiente.
Es viernes. Excitación. Ganas
de diversión y contacto físi-
co. Soledad. Vacío.
Acude a un local de sexo,
practicar sexo en grupo.
Se relaciona a nivel físico,
sin hablar.
Evasión de la soledad y el
vacío (R-).
Excitación, experiencias in-
tensas y de riesgo (R+).
Se marcha, pero sigue
con ganas, siente que no
es suciente.
Se siente solo nueva-
mente.
Recibe un mensaje de un
conocido que le invita a una
sesión de sexo en grupo.
Ganas. Temor a que no vuel-
van a invitarle si dice que no.
Da vueltas a la decisión
y nalmente acude. Se
marcha pronto de reu-
nión con amigos y pone
excusas para faltar a un
cumpleaños.
Placer, disfrute (R+).
Disminuyen las ganas y el
temor a no ser invitado de
nuevo (R-).
Se evade de la tensión de la
semana (R-).
Se siente mal consigo
mismo y culpable tras
mentir y descuidar a los
amigos.
Tabla 1
Análisis funcional
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FRANCISCO MONTESINOS • MARTA ORTEGA
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
cuidando las relaciones con las personas más
importantes en su vida, su madre y sus amigos,
y no se plantea la posibilidad de iniciar una re-
lación de pareja estable. Incluso reconoce que
cuando viaja a su ciudad de origen para visitar
a su familia y seres queridos, pierde gran par-
te del tiempo que podría dedicarles buscando
citas y quedando con desconocidos. Cambia
continuamente las parejas sexuales y no está
abierto a interactuar con sus amantes a un ni-
vel que le permita conocerlos más allá de una
relación puramente física. También ha perju-
dicado su salud física, infectándose con el VIH
y la sílis a través del contacto sexual. Cuando
se confronta a Martín con este patrón de in-
exibilidad, identica otras conductas de evi-
tación del malestar, como llenar su agenda de
actividades que le mantienen distraído, comer
compulsivamente por las noches para reducir
su ansiedad (ha engordado 6 kilos), quedar a la
vez con varias personas porque no es capaz de
decir no, siendo frecuentes las conductas im-
pulsivas y la ausencia de planicación. Cuando
Martín se para a mirar cómo está su vida, tiene
la sensación de que, a pesar de todo, cuando
practica sexo no acaba de disfrutar, que pocas
veces sucede cómo imagina, que está cansado
de “tapar, y que siente una soledad y un vacío
profundos.
Instrumentos
Para la evaluación se utilizaron autoinfor-
mes, autorregistros y escalas subjetivas. Los au-
toinformes fueron el Inventario de hipersexuali-
dad (HBI; Ballester-Arnal et al., 2019), versión es-
pañola del cuestionario Hypersexual Behavior
Inventory (Reid et al., 2011) con diecinueve
ítems con formato de respuesta tipo Likert de
cinco puntos y que mide las tres dimensiones
de la hipersexualidad: afrontamiento (mani-
festación de conductas eróticas en respuesta
a estados de ánimo disfóricos), control (dicul-
tad para manejar los impulsos y otras conduc-
tas eróticas) y consecuencias (persistencia de
conductas eróticas a pesar de los riesgos que
conllevan); el Cuestionario de Aceptación y Ac-
ción II (AAQ-II; Ruiz et al., 2013), versión espa-
ñola del Acceptance and Action Questionnaire
II (Bond et al., 2011) con siete ítems y una es-
cala de respuesta tipo Likert de siete puntos,
cuyas puntuaciones más elevadas indican
mayores niveles de inexibilidad psicológica
(IP); el Cuestionario de Fusión Cognitiva (CFQ;
Romero-Moreno et al., 2014), versión española
del Cognitive Fusion Questionnaire (Gillanders
et al., 2014) que consta de siete ítems con una
escala de respuesta tipo Likert de siete opcio-
nes y evalúa la fusión cognitiva o tendencia a
creer el contenido literal de los eventos priva-
dos; la Escala de conexión corporal (SBC; Queza-
da-Berumen et al., 2014), versión española del
Scale of Body Connection (Price & Thompson,
2007) con veinte ítems y una escala de res-
puesta tipo Likert de cinco puntos para evaluar
la conciencia corporal (CC) (capacidad de per-
cibir los estados, procesos y acciones corpora-
les) y disociación corporal (DC), (evitación de
las experiencias corporales); Escala de atención
plena (MAAS; Soler et al., 2012), versión espa-
ñola del Mindful Attention Awareness Scale
(Brown & Ryan, 2003) con quince ítems y una
escala de respuesta de seis opciones, que eva-
lúa las habilidades relacionadas con el min-
dfulness; Versión reducida de la Nueva Escala de
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Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
Satisfacción Sexual (NSSS-S; Strizzi et al., 2016),
versión española de The New Sexual Satisfac-
tion Scale-short form (Štulhofer et al., 2010)
con doce ítems y una escala de respuesta tipo
Likert de cinco puntos.
Los autorregistros utilizados semanalmente
para medir el cambio conductual recogieron
la frecuencia de ocasiones en que el cliente
notó el ansia de practicar sexo, pero controló
el impulso y se dedicó a cultivar alguna faceta
importante, el número de horas dedicadas a
planicar, buscar y/o practicar sexo, la frecuen-
cia de encuentros sexuales presenciales, de
masturbación y de encuentros virtuales, la fre-
cuencia de consumo de sustancias en el con-
texto de la práctica sexual, y el número de pa-
rejas sexuales diferentes. Asimismo, se utilizó
un autorregistro que recogía los eventos priva-
dos relacionados con malestar o las ganas de
sexo (y su intensidad, de 0 a 10), las conductas
sexuales que seguían a dichos eventos priva-
dos, las consecuencias a corto plazo y los efec-
tos a largo plazo en relación con su estado de
ánimo, el estrés y la cercanía a lo importante.
Por último, las escalas subjetivas permitieron
registrar de 1 a 10 la intensidad e interferencia
medias durante la semana del impulso o ganas
de tener sexo.
Análisis estadísticos
Se estimó la signicación clínica de los cam-
bios obtenidos como resultado de la aplicación
del protocolo a partir del método propuesto
por Jacobson & Truax (1991) sobre cada una de
las variables consideradas. Estos autores pro-
pusieron un índice de cambio able (Reliable
Change Index; RCI) a través del cual concluir si
el paciente ha mejorado, empeorado o no ha
tenido cambios por la intervención llevada a
cabo. Asimismo, se calculó la TAU-U para ana-
lizar la magnitud o efectividad del tratamien-
to; es decir, cuánto ha mejorado o empeorado
el paciente. Por último, se calculó y aplicó el
porcentaje de datos no solapados (PND) para
evaluar la magnitud del cambio terapéutico en
un diseño de caso único, el porcentaje de da-
tos que exceden la mediana (PEM) (es decir, el
porcentaje de datos de la fase de tratamiento
que supera por encima en las medidas funcio-
nales o por debajo en las medidas disfuncio-
nales a la mediana de los datos de la fase pre-
tratamiento) y el no solapamiento de todos los
pares (NAP), que resume el no solapamiento
de datos entre las fases pre y postratamiento,
es decir, el porcentaje de datos que muestran
una mejoría.
Intervención
Tras una sesión de evaluación, la interven-
ción se administró por parte del primer autor
mediante videoconferencia a lo largo de 8 se-
siones con una periodicidad semanal. Se infor-
mó al cliente de que la intervención tendría
una duración preestablecida y de que el obje-
tivo era que aprovechara al máximo las sesio-
nes ya que el tratamiento no podría extender-
se más. La sesión 1 se centró en la claricación
de valores y para ello se utilizaron el ejercicio
del funeral (Hayes et al., 2014, p.446) y la me-
táfora del jardín (Hayes et al., 2014, p.483), y se
preguntó por la importancia y la consistencia
para cada área. Se identicaron las áreas más
importantes: la relación con su familia (madre,
hermana y sobrina), el ocio y la amistad, segui-
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FRANCISCO MONTESINOS • MARTA ORTEGA
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
das del trabajo y la relación consigo mismo. Las
áreas que valoró como más descuidadas, con
una puntuación en consistencia por debajo de
5, resultaron ser el ocio y la relación consigo
mismo. Para ayudarle a conectar con sus va-
lores en cada faceta, se le planteó la pregunta
“Si tuvieras un catalejo con el que pudieras verte
dentro de 10 años, ¿cómo te gustaría verte a ti
mismo cuidando el jardín?”. Así, en las relacio-
nes de amistad valoró la transparencia y estar
presente cultivando la conexión y el vínculo
con el otro. En el ocio destacó como valioso
que fuera compartido con personas queridas
y que se orientara al autocuidado. Al explorar
qué valoraba en la relación consigo mismo
identicó la importancia de ser él mismo, el
autocuidado sin auto-sabotaje ni consumir
drogas, y vinculó esta área con las relaciones
sociales, la salud y la espiritualidad. Se ofreció
el espacio de la terapia como un lugar donde
aprender a trabajar para ser el mejor jardinero
posible y conseguir que sus plantas dieran fruto”,
de manera que el foco de la terapia no estaría
sólo en reducir la frecuencia de sus encuentros
sexuales, es decir, no se centraría únicamente
en quitar sino también en construir una vida
plena “abonando las plantas que ahora esta-
ban un poco descuidadas”. La sesión nalizó
validando su dolor tras hurgar en su herida” y
haber reconocido “el abandono de su jardín”,
agradeciendo su apertura y sinceridad.
La sesión 2 incluyó, en primer lugar, la revi-
sión de situaciones recientes (ver tabla 1) para
establecer la desesperanza creativa y que el
paciente discriminara la relación entre eventos
privados antecedentes, conductas inexibles o
de evitación, y consecuencias a corto y largo
plazo, para ayudar a identicar, a partir de la
propia experiencia, el patrón de inexibilidad
psicológica, haciendo hincapié en la discrimi-
nación de aquellas emociones o sensaciones
físicas de las que estaba huyendo o que inten-
taba controlar. Además de los ejemplos reco-
gidos en el autorregistro, se exploró el patrón
de forma amplia, como una clase de conduc-
tas más allá de las topografías especícas, no
restringiéndose únicamente a la topografía
del sexo compulsivo. Asimismo, se formula-
ron preguntas para que conectara con el coste
de la evitación y la inexibilidad, como “¿Q
pasó con el estrés o la soledad después de pa-
sar varias horas disfrutando del sexo, cuando
estabas regresando a casa? ¿Conseguiste que
desaparecieran denitivamente? ¿Cómo está
tu vida cuando dedicas 20 horas semanales a
planicar y practicar el sexo? ¿Dirías que estás
dedicando tu día a día a dejar tu huella en las
personas que te importan, a estar ahí, a cuidar
de ellos…?”. Posteriormente, el terapeuta se
centró en ayudar a identicar y poner nombre
al “denominador común de todo lo que el pa-
ciente hacía cuando aparecía el estrés, el vacío,
la soledad, o las ganas de sexo. Se confrontó al
paciente con la posibilidad de que todo lo que
hacía para “tapar su malestar no sólo no fun-
cionara, sino que formara parte del problema,
contribuyendo a estar cada vez más atrapado,
y alejándole cada día de tener una vida más
plena. Después, se hizo ver el control de los
eventos privados como problema, con la ayu-
da de la metáfora del tigre hambriento (Eifert
& Forsyth, 2005) y el ejercicio para mostrar
el resultado de los intentos de control de los
pensamientos (tarea del pastel de chocolate,
98 TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) PARA EL TRATAMIENTO DE HIPERSEXUALIDAD ...
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
Hayes et al., 2014, p.278). La sesión concluyó
con la reformulación del problema (“Si tapar el
sufrimiento y huir de las ganas no funciona… ¿y
si fuera posible aprender a destapar el sufrimien-
to y sostener las ganas, mientras nos dedicamos
a cuidar tu jardín? ¿Estarías dispuesto a trabajar
en ello con nosotros?”), y con la invitación du-
rante la próxima semana a elegir hacer algo
distinto cuando aparecieran las ganas ponien-
do el foco en una acción valiosa conectada con
cuidar el jardín”.
La sesión 3 se centró en aumentar la con-
ciencia de los eventos privados y de las con-
secuencias de las conductas de evitación me-
diante la práctica de la defusión. Tras revisar
el autorregistro, se trató de poner en relación
los episodios de la semana con el análisis fun-
cional del patrón mostrado durante la semana
anterior, mediante preguntas del tipo Esta
semana, cuando practicabas sexo, ¿te has visto
dando de comer al tigre o cuidando tu jardín?”.
En esta sesión se introdujo la metáfora de ele-
gir qué tren tomar con fórmulas como: “¿Y si
hubiera que aprender a elegir entre dos tre-
nes? El tren que va por el camino fácil y rápido,
el de disfrutar y tapar el malestar, cuyo billete
es muy barato, o el tren que te lleva al desti-
no con el que sueñas pero para el que hay que
pagar un billete más caro a corto plazo y que
tarda más en llegar? ¿Estás dispuesto a apren-
der a elegir cómo pagar ese billete más caro y
abrirte al malestar para mantener la dirección
de lo que importa y regar el jardín? ¿Y si soste-
ner el malestar fuera la llave, el precio que hay
que pagar para llegar al destino al que quieres
llegar?”. Este planteamiento permitió crear un
contexto para introducir el ejercicio de defu-
sión que combinó la sicalización de emocio-
nes y sensaciones (Hayes et al., 2014, p.417) y
poner los pensamientos disparadores en car-
teles (adaptación del ejercicio “Soldados des-
lando, Hayes et al., 2014, p.374) para practicar
tomar distancia de todos los pensamientos y
emociones que venían, en primer lugar cuan-
do notaba las ganas de sexo y se veía dejándo-
se llevar por ellas, y en segundo lugar cuando
elegía no dejarse arrastrar. El ejercicio incluyó
claves de jerarquía para establecer la diferen-
ciación entre “yo contexto y “yo contenido,
así como claves de distancia para promover la
toma de perspectiva frente a los eventos pri-
vados. La sesión nalizó, como la anterior y las
siguientes, con la invitación a elegir y compar-
tir con el terapeuta compromisos concretos de
acciones valiosas para la próxima semana, en
especial en los momentos en que aparecieran
las ganas de sexo, eligiendo si quería dar rien-
da suelta a los impulsos o cuidar el jardín”.
La sesión 4 comenzó explorando y refor-
zando los cambios mostrados por el paciente,
poniéndolos en relación con las metáforas y
práctica de las semanas anteriores. Para en-
trenar la habilidad de estar más presente y ser
más consciente de las sensaciones corporales
y los impulsos sin dejarse arrastrar, se trabajó
con él el ejercicio de escáner corporal” (ver,
por ejemplo, Segal et al., 2015, p.67), enfocado
desde ACT, incluyendo claves para establecer
la perspectiva del yo contexto, y se grabó en
audio para que practicara en casa. A continua-
ción, se invitó al paciente a establecer un com-
promiso concreto de reducción de la frecuen-
cia de encuentros sexuales durante la semana,
como una elección. Posteriormente, se realizó
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FRANCISCO MONTESINOS • MARTA ORTEGA
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
un ejercicio de defusión donde se expuso al
cliente a los eventos privados que vendrían,
imaginándose a sí mismo mientras mantenía
su compromiso y notando el malestar y las
ganas, sin dejarse llevar por ellas, y notando
nalmente la satisfacción al conseguir mante-
ner su propósito.
La sesión 5 se centró en la defusión con los
pensamientos. Para mostrar la habilidad de es-
cuchar los pensamientos como mensajes de
nuestra mente se introdujo la metáfora de “las
calles con tiendas (adaptado de Wilson & Lu-
ciano, 2002, p.115), orientada a que el paciente
derivara la importancia de aprender a pasar
de largo de los vendedores y mantener el foco
en lo importante, y se introdujo la idea de que
tu mente no es tu amiga y con frecuencia te ven-
de pensamientos-trampa (es decir, les otorgas
mucha credibilidad) que te apartan de la direc-
ción valiosa. A continuación, se realizó un ejer-
cicio de defusión, una variación de el otoño y
las hojas” (Wilson & Luciano, 2002, p.216), ima-
ginando los pensamientos que le venían cuan-
do se imaginaba caminando por la calle don-
de estaban los locales de sexo que frecuenta-
ba (“no te lo pierdas, entra, experimenta la
aventura ...) como palabras escritas en carteles
publicitarios. La sesión incluyó una invitación
a una nueva reducción de la frecuencia de en-
cuentros sexuales y práctica adicional de defu-
sión con las emociones y pensamientos que se
desplegaban al actuar en la dirección valiosa.
La sesión 6 comenzó retomando la expe-
riencia del paciente durante la semana y co-
nectándola con las metáforas de sesiones an-
teriores. Se continuó profundizando en la de-
fusión a través de la conciencia de sensaciones
físicas y emociones con un nuevo ejercicio de
escáner corporal que, al nal, incluyó también
una evocación de cualesquiera emociones di-
fíciles que estuvieran presentes en este mo-
mento del proceso terapéutico (culpa, miedo
a fallar, ganas de sexo…), cuando conectaba
experiencialmente con el motivo por el que
estaba en terapia, con su intención de cuidar
el jardín, después de dos semanas de reduc-
ción. Se enfatizó la importancia de practicar el
tratar a todas las emociones por igual, fueran
agradables o desagradables. La sesión nali-
zó ofreciendo la posibilidad de explorar verse
a sí mismo durante una semana sin sexo y, al
mismo tiempo, con una invitación a un nuevo
compromiso de seguir construyendo una vida
más plena y regando sus plantas, establecien-
do la diferenciación entre valores, metas, ac-
ciones y barreras, de manera que identicara
metas y acciones valiosas, concretando cómo,
dónde y cuándo serían realizadas.
La sesión 7 incluyó como novedad un ejer-
cicio orientado a lo que se denominó elegir
pagar el peaje para tener una vida más plena”,
que consistió en un ejercicio de exposición
para aprender a abrirse y sostener los eventos
privados más aversivos, al dolor más profundo
que llevaba tiempo evitando mediante el sexo
(el paciente identicó el vacío, la soledad y el
miedo a no ser querido). El ejercicio de defu-
sión nalizó con claves orientadas a promover
una relación más amable consigo mismo des-
de la autocompasión y el agradecimiento. La
sesión concluyó estableciendo nuevas metas y
acciones para la semana, invitando a estable-
cer límites precisos en los encuentros sexuales.
100 TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) PARA EL TRATAMIENTO DE HIPERSEXUALIDAD ...
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
La última sesión se centró en la prevención
de recaídas, e incluyó la metáfora de caerse de
la bici” para destacar la importancia de apren-
der a levantarse y retomar el rumbo lo antes
posible después de una caída (adaptación
de la metáfora del jinete, Hayes et al., 2014),
enfatizando la importancia de mantener un
compromiso, no con el resultado, sino con el
proceso: “El resultado no lo podemos garantizar,
no podemos garantizar si el ciclista llegará el pri-
mero o el último, si va a llegar a la meta o se va a
desmayar por el camino, o va a tropezar con una
piedra… pero el ciclista puede comprometer-
se consigo mismo a estar dispuesto, en caso de
que tropiece, a levantarse y seguir pedaleando”.
A continuación, se trabajó en la identicación
de posibles situaciones de riesgo para el des-
control de impulsos en el futuro, y se introdu-
jo un ejercicio de exposición a situaciones de
riesgo mediante la defusión, donde el pacien-
te se imaginó viviendo una mala racha en el
futuro, tras un cambio en su vida que le llevara
a sentirse triste y solo, y observaba qué otras
emociones y pensamientos le venían, ponía
en marcha alguna estrategia de afrontamiento
que le ayudara a mantener la dirección valiosa,
y notaba cómo se sentía cuando era capaz de
mantener el rumbo. La sesión nalizó con el te-
rapeuta valorando los esfuerzos del paciente a
lo largo de la terapia, agradeciendo su conan-
za, y poniendo sobre la mesa qué consideraba
que faltaba, dónde debería seguir trabajando,
ya sin el apoyo del profesional.
Resultados
La intervención fue seguida de un cambio
en la frecuencia de las conductas sexuales, el
establecimiento de límites, y una mayor impli-
cación del cliente en su vida laboral y socioafec-
tiva. En concreto, los autorregistros mostraron
que la intervención fue seguida de un descen-
so de un 90% en el tiempo dedicado a la plani-
cación y práctica de sexo (tanto al comparar el
pre-post como el pre-seguimiento), un 83% en
el número de encuentros sexuales (y del 100%
en el seguimiento), un 90% en la frecuencia de
consumo de sustancias asociadas al sexo (des-
censo del 100% en el seguimiento) y un 92%
en el número de parejas diferentes (del 100%
en el seguimiento). Asimismo, la intensidad del
impulso disminuyó en un 87% (tanto en el pre-
post como en la comparación pre-seguimien-
to) y la interferencia en un 89% (llegando al
100% en el seguimiento) (ver tabla 2).
En la tabla 3 se pueden apreciar los cam-
bios en las medidas de autoinforme y cuáles
de ellos resultaron signicativos consideran-
do el índice de cambio able de Jacobson &
Semana 1 2 3 4 5 6 7 8 9 S
Horas planicación y práctica de sexo 20 20 20 14 5 0 0 5 2 2
Nº encuentros sexuales 6 5 3 4 1 0 0 3 1 0
Frecuencia chemsex 10 7 3 2 0 0 0 1 1 0
Nº parejas diferentes 12 8 5 4 1 0 0 3 1 0
Intensidad media del impulso 8 6 7 5 3 3 3 2 1 1
Interferencia media del impulso 9 7 7 6 1 0 1 2 1 0
Tabla 2
Evolución de indicadores de cambio conductual y escalas subjetivas a lo largo de la intervención
*S: seguimiento
101
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Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
Truax (1991). En concreto, este índice reejó
una disminución en la hipersexualidad de casi
4 puntos en la comparación pre-post (RCI=-
3,702), y un descenso de más de 6 puntos en
el seguimiento (RCI=-6,347). La satisfacción se-
xual mejoró casi 3 puntos tras la intervención
(RCI=2,765), siendo este cambio signicativo,
aunque empeoró en el seguimiento (RCI=-
6,146). El índice de cambio able muestra que
la IP ha disminuido tras el tratamiento 1,5 pun-
tos, siendo éste un cambio no signicativo, sin
embargo, la disminución sí resulta signicativa
en el seguimiento (RCI=-2,167). Respecto a la
FC y la conciencia corporal ha habido mejoras,
en estos casos signicativas (RCI de la FC=-
2,113; RCI de la conciencia corporal=3,27) en
la comparación pre-post, aunque no signi-
cativas en la pre-seguimiento. En cuanto a la
disociación corporal, si bien disminuyó, el índi-
ce de cambio able muestra descensos no sig-
nicativos (RCI=-1,565 en el pre-post y -1,788
en el pre-seguimiento). Por último, se observa
una disminución signicativa (RCI=-3,522) en
las habilidades de atención plena en la com-
paración pre-post que no se mantiene en el
seguimiento.
La intervención ha resultado eciente en
un 90% (τ=-0,9, p=0,0) atendiendo al descenso
en hipersexualidad tras la intervención y en un
92% (τ=-0,9238, p=0,0) en el seguimiento. Se
incluyen a continuación los cálculos obtenidos
de PND, PEM y NAP. Según el PND, algo más
del 50% de los datos en la fase de tratamien-
to-seguimiento han mejorado respecto a la
fase pre-tratamiento, lo que indica efectividad
cuestionable. Según el PEM, el tratamiento ha
resultado muy efectivo, ya que el 100% de las
puntuaciones de hipersexualidad se sitúa por
debajo de la mediana del pre-tratamiento. Se-
gún el NAP hay un tamaño del efecto grande
del tratamiento sobre la hipersexualidad del
paciente, en concreto, hay un 97,2% de proba-
bilidades de que se produzca una mejora en
las puntuaciones porque descienden respecto
al dato más bajo de la fase pre-tratamiento.
Desde un punto de vista más cualitativo
atendiendo a los informes del paciente, este
indicó que la terapia le fue útil para ser más
consciente de lo que se le pasaba por la ca-
beza y decidir si seguía sus impulsos”, y para
dejar de utilizar el sexo como una evasión del
estrés del trabajo y la frustración. Consideró
que había aprendido a poner nombre y apelli-
Pre Post Seguimiento
Hipersexualidad (HBI) 67 39* 19*
Satisfacción sexual (NSSS-S) 36 45* 16
Inexibilidad psicológica (AAQ-II) 18 11 8*
Fusión cognitiva (CFQ) 21 12* 19
Conexión corporal (SBC_CC) 24 34* 22
DIsociación corporal (SBC_DC) 9 2 1
Mindfulness (MAAS) 4,3 2,5* 5
Nota: las puntuaciones con * reejan cambios signicativos según el índice de Jacobson & Truax
Tabla 3.
Puntuaciones cuestionarios pre, post y seguimiento
102 TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) PARA EL TRATAMIENTO DE HIPERSEXUALIDAD ...
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
dos a sentimientos y situaciones y a entender
su sexualidad”. Señaló también que le sirvió
para enfocarse más en las tareas y estar más
en sintonía consigo mismo, tomando el con-
trol sobre su vida sexual en particular y sobre
su vida en general, comportándose más en
función de lo que había planicado y menos
impulsivamente. Así, por ejemplo, aumentó
el tiempo dedicado a regar el jardín y según
él, estar en lo que tengo que estar, compar-
tiendo más tiempo en encuentros presenciales
con sus amigos, o estando más presente y me-
nos distraído cuando visitaba a su madre, sin
estar pendiente de la app. También se implicó
en la búsqueda de un nuevo empleo más satis-
factorio. En este sentido, indicó que la terapia
le sirvió para centrarse en lo que sí quería en
su vida, para sentirse más lleno y sumar. Con
respecto al sexo, aprendió a detenerse más, a
preguntarse si realmente lo deseaba y si le iba
a compensar, mientras miraba qué está pa-
sando dentro de mí”, sin perder el foco, plani-
cando más los encuentros y poniendo límites
como decidir la hora a la que se marcharía, mi-
diendo los riesgos y tiempos”. En una ocasión
en que tuvo una situación de crisis en el tra-
bajo, asociada al estrés y episodios de vértigo,
buscó otras maneras de hacerle frente en lugar
del sexo anónimo. En las últimas dos sesiones,
reconoció que había empezado a ser conscien-
te del proceso y más responsable, aunque re-
conocía que el control de sus impulsos aún no
le salía natural” y que necesitaba seguir ejer-
citando cada día el ser consciente de dónde
estoy y a qué me voy a dedicar. Igualmente,
al nalizar la intervención indicó que el deseo
de tener sexo seguía ahí, pero su forma de re-
lacionarse con el deseo había cambiado (en
sus palabras, no es que no haya ganas, pero
estoy más enfocado en ser consciente de en
qué ocupo mi tiempo”). En el seguimiento a
los tres meses comunicó que no hubo recaídas
y que había conseguido cambiar a un trabajo
mejor en otra ciudad, lo que había contribuido
a reducir enormemente su adicción, y mani-
festó lo graticante que es saber que yo cons-
cientemente puedo regular y sopesar qué es lo
mejor para mí… Sé que dar rienda suelta a los
impulsos no me lleva a nada bueno, pero no
desde un juicio entre lo bueno y lo malo sino
desde la elección acerca de qué deseo hacer
y en qué deseo enfocarme. También indicó
que estaba muy centrado en su nuevo trabajo,
aunque en otros momentos de mucho estrés
hubiese recurrido al sexo como via de escape,
pero esta vez es diferente y tengo la fuerza
para centrarme en mis prioridades. Asimismo,
dejó claro que aunque en el momento del se-
guimiento estaba abstinente, no descartaba
seguir practicando sexo pero de manera con-
trolada, y también se planteaba buscar una
relación estable (“cuando esté con la cabeza
más tranquila, y las cosas de trabajo serenas,
podré comenzar a sembrar en una pareja tam-
bién habiendo experimentado tener sexo aquí
en mi nueva ciudad y haber visto que puedo
volver a tener una vida sexual bajo control”).
Las áreas valiosas que mejoraron la puntua-
ción en consistencia en el seguimiento fueron
la relación consigo mismo (que pasó de 3,5 en
el pre a 7) y el trabajo (aumentó de 7 a 10). El
resto de áreas no experimentaron cambios,
salvo el ocio (que disminuyó de 3,5 a 2), des-
censo que atribuyó al momento que vivía de
103
FRANCISCO MONTESINOS • MARTA ORTEGA
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
cambio de trabajo y de residencia. En cuanto
a los métodos terapéuticos que valoró como
más útiles, destacaron la metáfora del jardín
(10/10), la práctica del escáner corporal (9/10),
y la cumplimentación semanal de los autorre-
gistros (9/10). La utilidad media de las sesiones
de intervención fue muy elevada (9,7/10) y la
dicultad media fue baja (3/10). Su satisfacción
global con el tratamiento fue muy alta (10/10).
Discusión
La intervención basada en la Terapia de
Aceptación y Compromiso fue seguida de
una disminución muy signicativa en la hiper-
sexualidad medida tanto a través de autoinfor-
mes como de autorregistros (descenso elevado
en número de horas de planicación, encuen-
tros sexuales, parejas y frecuencia de consumo
de sustancias asociado al sexo) y escalas sub-
jetivas (intensidad e interferencia del impulso
sexual). Los índices calculados (coeciente τ de
Kendall, índice de cambio able, PND, PEM y
NAP) apoyan la efectividad de la intervención
medida a través de la variable hipersexualidad.
El tratamiento también contribuyó a la mejora
del funcionamiento del paciente en su vida, el
enriquecimiento de su ocio, su vida afectiva y
sus relaciones personales, su satisfacción con
su trabajo y con la relación consigo mismo.
Asimismo, promovió el crecimiento personal
ligado a decisiones y cambios vitales como la
búsqueda y consecución de un nuevo empleo.
Como en estudios previos (Crosby & Twohig,
2016), la mejora no implicó necesariamente el
cese total de la conducta sexual. En la interven-
ción descrita el objetivo no fue la supresión to-
tal de las conductas de búsqueda y práctica de
sexo y consumo de sustancias, sino en que el
cliente aprendiera a relacionarse de una mane-
ra más exible y consciente con el impulso o el
deseo de sexo, teniendo presentes sus valores,
estableciendo límites, aprendiendo a elegir y
priorizar otras facetas valiosas, de manera que
el sexo no ocupara todo el tiempo libre y no
invadiera el espacio de sus relaciones. En este
sentido, tener en consideración la salud del pa-
ciente como un área valiosa de su vida, pudo
permitir que el paciente realizara sus propias
elecciones en relación con el autocuidado, y
de esta manera se estaba contribuyendo a la
reducción de riesgos, tanto relacionados con
el consumo de sustancias, como con el conta-
gio de infecciones de transmisión sexual (ITS).
Así, se ponía el acento en construir, en adquirir
repertorio, en aprender a hacer algo diferente
en presencia de las ganas, en sintonía con los
valores personales, más que en dejar de prac-
ticar sexo. No era un objetivo que no hubiera
encuentros sexuales, sino desarrollar la exibi-
lidad psicológica aprendiendo a poner límites,
a disfrutar del sexo con medida, siendo más
consciente de los riesgos, y mejorar así la auto-
rregulación, de manera que el paciente dejara
de estar todo el tiempo funcionando a merced
de sus impulsos sexuales, y que aprendiera a
llevar él las ganas de sexo en lugar de que las
ganas de sexo lo llevaran a él”. De esta manera,
aumentaba la probabilidad de conseguir que
se responsabilizara más de su propia salud y se
implicara más en el autocuidado y en sus rela-
ciones interpersonales. Así, son los valores del
paciente los que guían la intervención, como
es habitual en ACT, y es el propio cliente quien
es invitado a elegir conscientemente cómo
104 TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) PARA EL TRATAMIENTO DE HIPERSEXUALIDAD ...
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
situarse nuevamente cada día en la dirección
valiosa para, paso a paso, ir construyendo una
vida más plena. En este sentido, cabe destacar
el papel jugado por la disminución de la IP, la
cual resulta signicativa en el seguimiento. La
magnitud de este descenso aumenta con el
paso del tiempo, como habitualmente queda
reejado en los estudios clínicos sobre ACT
que muestran que los pacientes típicamente
mejoran en el seguimiento (Ruiz, 2010). Este
descenso en IP podría explicar la disminución
en la hipersexualidad, y resultaría coherente
con el objetivo habitual en ACT de un cam-
bio en la forma de relacionarse con los even-
tos privados y no su reducción o eliminación.
A diferencia de las intervenciones cognitivo-
conductuales tradicionales, la intervención no
se orienta al control de síntomas ni al cambio
directo de emociones o cogniciones, lo cual
puede alumbrar una nueva perspectiva en el
ámbito del tratamiento de la adicción al sexo,
que permita a los clientes elegir con más res-
ponsabilidad qué límites establecen en su vida
sexual y su tiempo de ocio, reconociendo la
presencia de los impulsos fruto de la historia
de aprendizaje directa y derivada, y poniendo
la respuesta ante dichos impulsos bajo control
de los valores del cliente.
Un resultado no esperado fue el no mante-
nimiento de los descensos en el seguimiento
en satisfacción sexual, fusión cognitiva, cone-
xión corporal y ausencia de mejoras en min-
dfulness, por lo que no se puede sostener que
la mejora en estas variables haya acompañado
el cambio terapéutico. El descenso notable en
satisfacción sexual en el seguimiento, después
de haber mejorado en el postratamiento, pue-
de estar ligado al hecho de que como conse-
cuencia del cambio de domicilio y trabajo, uni-
do a la mejora en el control de impulsos sexua-
les, el paciente redujo muy signicativamente
el tiempo y la frecuencia de encuentros sexua-
les, por tanto tiene sentido que valore que no
está satisfecho con su sexualidad en ese mo-
mento, lo cual sería coherente con la notable
reducción de hipersexualidad y el aumento de
la satisfacción en otras áreas.
En cuanto a los elementos de la interven-
ción que pueden haber sido más útiles, la cla-
ricación de valores desde el inicio de la inter-
vención (y sin que el terapeuta juzgara en ab-
soluto el comportamiento del cliente) puede
haber contribuido a conformar un contexto de
valor para la terapia que ha impregnado todo
el trabajo clínico, revelando para el cliente la
importancia de ámbitos de la vida que estaban
descuidados como el trabajo (claramente insa-
tisfactorio y fuente de estrés que era evitado
a través del sexo compulsivo), las relaciones
interpersonales o el autocuidado y la relación
consigo mismo. El uso semanal de autorregis-
tros puede haber permitido que el paciente
aumente la discriminación de su propio com-
portamiento y tenga más oportunidades de
elegir actuar en sintonía con sus valores. El
entrenamiento sistemático en defusión y la
introducción de metáforas que fueron retoma-
das sesión a sesión han podido contribuir tam-
bién a la mejora de la exibilidad psicológica,
y especícamente a la discriminación de los
eventos privados y al cambio contextual (en-
marcando eventos privados como las ganas de
sexo no satisfechas o los sentimientos de vacío
y soledad en coordinación con los valores, y
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enmarcando jerárquicamente el yo-contexto y
los eventos privados).
En línea con lo anterior, se considera impor-
tante que los juicios de valor del terapeuta (que
en un ámbito como el de la sexualidad pueden
dicultar sensiblemente la intervención) no
controlen en absoluto el proceso terapéutico,
y que el/la profesional se haga más consciente
de sus actitudes y posibles sesgos, como ya se
ha propuesto en otras ocasiones (Montesinos,
2003; Montesinos & Castilla, 2021). Aunque el/
la psicólogo/a derive sus propias valoraciones
de forma encubierta, como es natural dada su
historia personal y sus conocimientos como
profesional sanitario, puede resultarle útil rea-
lizar un trabajo personal encaminado a que su
conducta terapéutica esté guiada por sus va-
lores en relación con el tipo de terapeuta que
desea ser (en el caso de los autores de este
trabajo, útil, abierto, respetuoso, cercano, ge-
neroso, comprensivo, al servicio de la ecacia a
largo plazo). Ello implica asumir que el trabajo
de psicólogo/a incluye en ocasiones reconocer
la presencia en uno/a mismo/a del impulso a
expresar determinados comentarios dirigidos
a forzar un cambio a corto plazo (consejos, jui-
cios de valor) y el compromiso de no dejarse
arrastrar por dicho impulso.
Por otro lado, a la hora de comprender el
mantenimiento del patrón, no hay que desde-
ñar las potentes e inmediatas consecuencias
de reforzamiento positivo y negativo del sexo
cuando existe la posibilidad de acceso rápido
a mantener relaciones sexuales por un periodo
prolongado de tiempo gracias a las aplicacio-
nes móviles de contactos y cuando se asocia
este al consumo de sustancias (chemsex). Se
trata de un patrón que, como se ha menciona-
do, empieza a extenderse y que puede estar
aumentando el riesgo de transmisión de ITS y
de complicaciones para la salud física, psico-
lógica y social (Ministerio de Sanidad, 2020).
Entre dichas contingencias de reforzamiento
positivo cabe citar la forma en que el chemsex
permite acentuar la intensidad del deseo, de la
excitación y el orgasmo, mejora el rendimien-
to sexual al potenciar la erección, retardar la
eyaculación, permitir recuperarse muy rápida-
mente para poder continuar y disminuir el can-
sancio. Asimismo, el chemsex puede potenciar
la intensidad de las emociones y sensaciones,
la desinhibición, los sentimientos de conexión
e intimidad emocional, la autoestima y la con-
anza sexual, contribuir a sentirse físicamente
más atractivo, e incluso una vía para desarro-
llar un fuerte sentimiento de pertenencia y de
aceptación por parte del colectivo gay (Fer-
nández-Dávila, 2017; Weatherburn et al., 2017;
Hickson, 2018; Estudio Homosalud, 2021). Por
otro lado, se ha destacado el papel del chem-
sex como liberación y olvido de problemas
personales y preocupaciones (Estudio Ho-
mosalud, 2021), y como una estrategia (poco
útil a la larga) para lidiar con la adversidad psi-
cológica y un alivio temporal frente a las ame-
nazas a la propia identidad (Jaspal, 2020). En el
mismo sentido, este caso pone de maniesto
que, junto a las contingencias de reforzamien-
to positivo señaladas, este patrón de práctica
de sexo puede estar mantenido por el refor-
zamiento negativo asociado a la autorregula-
ción emocional y en concreto la evasión del
estrés laboral, la insatisfacción, la soledad o el
vacío. En este sentido, otros autores (Howard,
106 TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) PARA EL TRATAMIENTO DE HIPERSEXUALIDAD ...
Análisis y Modicación de Conducta, 2022, vol. 48, nº 177
2007; Crosby & Twohig, 2016) han destacado
ya cómo la conducta sexual puede utilizarse
como estrategia de evitación de eventos priva-
dos aversivos relacionados con las emociones
difíciles. Por tanto, este trabajo apoya la utili-
dad de considerar el papel que puede jugar el
comportamiento sexual problemático como
parte de un patrón más amplio de evitación
experiencial e inexibilidad psicológica que
aleja al cliente del proyecto de vida que anhela
y de una sexualidad más saludable.
Este trabajo ilustra la necesidad de aportar
tratamientos psicológicos ecaces para hacer
frente a la realidad de una parte de la población
de personas con VIH que muestra frecuentes
prácticas sexuales de riesgo y que reincide en
diversas ITS. Este estudio también respalda la
necesidad ya señalada anteriormente (Pakia-
nathan et al., 2016; Estudio Homosalud, 2021)
de ofrecer una atención integral, personaliza-
da, centrada en la persona y de tomar en con-
sideración la vulnerabilidad de ciertos colecti-
vos como el de los varones gays y bisexuales y
otros hombres que tienen sexo con hombres
(GBHSM) para el consumo de sustancias en in-
teracción con la salud mental, física y sexual.
También es urgente señalar los riesgos asocia-
dos a que esta población inicie su socialización
y aprendizaje sexual en un contexto fuerte-
mente mediado por las apps y el chemsex, y la
importancia de promover contextos, mensajes
y una educación sexual que contribuyan a pro-
mover una vida afectivo-sexual más sana y a la
prevención de ITS, y que permitan la construc-
ción saludable de la identidad y la integración
social de las personas que sufren la homofo-
bia, alumbrando alternativas a una sexualidad
inexible centrada en la evitación experiencial,
donde lo excepcional no sea establecer cone-
xiones interpersonales signicativas y estables
que contribuyan a un desarrollo integral del
ser humano.
Entre las limitaciones de este estudio hay
que mencionar la posibilidad de sesgo en las
medidas de autoinforme debido a la deseabi-
lidad social y la inuencia de la memoria y el
estado de ánimo en las respuestas, la brevedad
del seguimiento y la ausencia de datos prove-
nientes de observadores externos, así como el
posible sesgo positivo en la motivación rela-
cionado con el conocimiento del paciente de
que su participación en la terapia formaba par-
te de un estudio piloto. Futuros estudios debe-
rían incluir más participantes y mayor grado de
control, y continuar aportando evidencia de la
ecacia de intervenciones basadas en ACT en
el ámbito de la sexualidad. El presente estudio
de caso recoge una intervención útil y con muy
buena aceptación por parte del paciente que
revela un camino prometedor en la aplicación
de ACT en adicciones conductuales y especí-
camente en hipersexualidad, y en personas
con VIH u otras ITS con práctica problemática
de chemsex, y justica la continuación de su
estudio en futuros ensayos clínicos.
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