E-motion. Revista de Educación, Motricidad e Investigación
2016, nº 6, pp. 28-39. ISSN: 2341-1473
© Copyright: 2016 Grupo de investigación (HUM-643)
Edición Web (www.uhu.es/publicaciones/ojs/index.php/e-moti-on/index)
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Efecto de un programa de ejercicio
aeróbico en la composición corporal y
somatotipo de un obeso mórbido infantil
*Luis Roberto Monreal-Ortíz1, Alberto Jiménez-Maldonado
2, Juan Manuel Rivera Sosa3, Iván Rentería2 y Pavel Giap
Pérez-Corral4
1Facultad de Educación Física y Deporte de la Universidad
Autónoma de Sinaloa
2Facultad de Deportes de la Universidad Autónoma de Baja
California
3Facultad de Ciencias de la Cultura Física de la Universidad
Autónoma de Chihuahua
4 Instituto Tecnológico de Sonora
Email: lmonreal@uas.edu.mx
RESUMEN:
La obesidad representa un problema de salud que suele iniciarse
en la infancia y la adolescencia, por un desequilibrio entre la ingesta y el
gasto energético, derivando en niveles altos de grasa corporal y grados
peligrosos de adiposidad relativa. Por tanto, la inactividad física es un
factor de riego que favorece el sobrepeso y la obesidad. El objetivo fue
diseñar y aplicar un programa de ejercicio aeróbico y evaluar su efecto
en la composición corporal y somatotipo en un niño con obesidad
mórbida. Se abordó como un estudio de caso, con pre-test y post-test, en
un niño de 10 años, con peso corporal de 88.9 kg, estatura de 158.5 cm,
un IMC clasificado de obeso mórbido, no practicante de algún deporte
o actividad física regular. El programa fue de 12 semanas, 5 sesiones por
semana y una duración de 30-60 min por sesión y una intensidad del 55-
70% de Fcmax. La composición corporal y el somatotipo se obtuvo por
mediciones de variables antropotricas. El componente graso a través
de la medición de pliegues. En los resultados destacan la diferencia en el
pre-test y pos-test de los pliegues: bíceps (dif. 0.0 mm), tríceps (dif. -1.2
mm), subescapular (dif. -1.0 mm.) y suprailiaco (dif. -3.2 mm). Se
encontraron pequeñas diferencias en el componente graso (dif. -1.05%)
y peso graso (dif. -800 grs). Con respecto a la somaocarta, la distancia de
dispersión del somatotipo no mostró valores relevantes. El efecto del
programa no alcanzó niveles significativos y el sujeto aún permanece en
estado de alto riesgo de salud.
PALABRAS CLAVE: Obesidad, Intervención, Ejercicio físico, IMC
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somatotipo de un obeso mórbido infantil
Montreal-Ortiz et al.
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1. INTRODUCCIÓN
La obesidad infantil constituye un serio problema de salud pública,
sorprendentemente difícil de definir (Cole, Bellizzi, Flegal, y Dietz, 2000), pero con
consecuencias identificadas, ya que el padecimiento de la obesidad a edades
tempranas incrementa el riesgo de aparición de patologías crónicas en la edad adulta
como hipertensión, diabetes tipo 2, hiperlipoproteinemia y enfermedades
cardiovasculares. La obesidad representa un problema de salud que suele iniciarse en
la infancia y la adolescencia, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el
gasto energético, derivando en niveles elevados de grasa corporal. La obesidad
también es definida como “una enfermedad crónica multifactorial fruto de la interacción
entre genotipo y ambiente” (Rubio et al., 2006, p.135).
La obesidad se considera un problema de salud pública a nivel mundial (OMS,
2010). La OMS señala que la prevalencia de obesidad se duplicó en el periodo de 1980
a la fecha (OMS, 2016). Así también lo afirma la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés), donde actualmente México
ocupa el segundo lugar a nivel mundial de prevalencia de obesidad (OECD, 2014).
Datos de la ENSANUT del 2012 señalan que la prevalencia de sobrepeso y
obesidad para niños entre 5 y 11 años fue de 34.4% (32% niños y 37% niñas), siendo
el sedentarismo probablemente una de las principales causas (ENSANUT 2012), es
decir, los bajos niveles de actividad física de la población infantil (Romero, Mendonça,
Almeida, Almeida, y Camargo, 2010).
Una persona obesa presenta un exceso de grasa, la cual dependiendo la
ubicación de esta en el organismo presentara mayor riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares (Ochoa, Hall, Alarcón, Arráyales, y Sánchez, 2014). Ésta puede estar
ubicada en diversas zonas: en el abdomen (androide), en el caso de los hombres; o en
la región pélvica (ginecoide) en el caso de las mujeres (Urita, 2007). Otra forma de
estimar el grado de obesidad es al conocer el índice cintura-cadera, en el cual el valor
mayor a 0.95 en el hombre se relaciona con grandes riesgos de enfermedad y a 0.85 en
la mujer indica que la obesidad se relaciona con complicaciones cardiovasculares El
índice cintura-cadera (ICC) es también un buen indicador del perfil glucosa-insulina. Se
ha demostrado que el ICC es un excelente predictor antropométrico de morbi-mortalidad
por enfermedad coronaria, de accidentes cerebrovasculares de diabetes mellitus tipo 2,
en hombres y mujeres, desde edades tempranas (González-Jiménez, Montero-Alonso,
y Schmidt-Rio Valle, 2013).
Para abordar de manera sistemática y analítica esta situación se han realizado
estudios de la composición corporal, la cual se determina mediante los componentes
del cuerpo humano, que son más de 30, clasificados en 5 niveles de complejidad
creciente sen Wang, Person y Heymsfield (1992, citados por Vallejo, 2002): atómico,
molecular, celular, tisular (componente de masa muscular) y corporal total. La suma de
los componentes de cada nivel será igual al peso corporal, y este puede variar
dependiendo de la hora del a en el cual fue medido, siendo el método más aceptado
el que nos indica el manual de la ISAK (International Society for the Advancement of
Kinanthropometry).
Para conocer la cantidad de grasa corporal que se encuentra en el organismo se
necesita identificar la densidad corporal total. Ésta se conoce por medio utilización de
fórmulas en las cuales se toman como constantes la densidad de la masa grasa la cual
es de 0.9 g/ml, y la densidad de la masa libre de grasa presenta la constante de 1.0643
g/ml. Es factible el uso de otras fórmulas para conocer la densidad corporal como la que
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propone Behnke y Wilmore (1970, citado por Norton y Olds, 1996). En esta línea, existen
diferentes fórmulas para la estimación del porcentaje de grasa a partir de la densidad
corporal: ecuación de Siri, ecuación de Brozek, etc. (Martín, Gómez, y Antoranz, 2001;
Sillero, 2004). La utilización de una u otra fórmula dependerá de las características de
la población a medir. Para la población infantil se utilizan frecuentemente las ecuaciones
de Boileau, Lohman y Slaughter (1985), la cual es aplicada a niños de entre 6 y 11 años.
Los autores determinaron el criterio del % GC para esta población utilizando el modelo
de componentes múltiples de la composición corporal.
Existen datos que sugieren que los pliegues del tronco (p.ej. subescapular y
abdominal) proveen más información en relación a la salud que los órganos
apendiculares (e.g., muslo frontal y tríceps) (Abernethy, Olds, Eden, Neill, y Baines,
1996). Por otro lado, los pliegues cutáneos que mayor utilidad han presentado para
conocer la grasa corporal en adolescentes son el subescapular (PCSE) y el tricipital
(PCT) empleadas en la ecuación de Boileau et al. (1985).
Asociado a la composición corporal se utiliza la antropometría, que permite
determinar el somatotipo de cada persona, consistiendo en la determinación cuantitativa
de la forma y composición corporal del cuerpo humano en un momento determinado,
expresada mediante tres componentes del físico humano: 1) endomorfia (grasa
relativa), 2) mesomorfia (desarrollo musculoesquelético en relación a la estatura) y 3)
ectomorfia (linealidad relativa) (Segovia, 2015). El método de Heath-Carter es el más
utilizado actualmente en distintos estudios e investigaciones de somatotipo (Hall,
Ochoa, Borbón, y Monreal, 2013). En dicho método antropométrico en el aspecto
numérico se asigna un valor el cual comprende del 1 al 7, en donde en cada componente
las clasificaciones comprendidas entre 2 y 2 1/2 son consideradas bajas, de 3 a 5,
moderadas de 5 1/2 a 7 altas y de más de 7 1/2 o más, muy altas (Carter, 2002). Los tres
numerales describen el físico (forma del cuerpo) como un todo, por la contribución de
cada uno.
Los programas de actividad física han mostrado su efectividad para reducir el
sobrepeso y la obesidad (Aguilar et al., 2014). Ahora bien, al ejercicio físico lo
entendemos como una actividad física que está planificada y estructurada, que es
repetitiva y tiene por objeto el mantenimiento o la mejora de uno o más componentes de
la forma física (incluyendo el componente graso). En esta línea, el entrenamiento es un
proceso de ejercicio que busca un grado más o menos acentuado de mejora de los
objetivos en cada momento (Weineck, 2005). Se considera al entrenamiento como un
proceso que origina un cambio de estado físico, motor, cognitivo y afectivo (Martin,
2001).
Específicamente el medio más directo para valorar la capacidad de los niños
prepúberes para responder fisiológicamente al entrenamiento de resistencia es la
medida de la potencia aeróbica máxima antes y después de un periodo de
entrenamiento regular (Rowland, 2007). La utilización de la frecuencia cardiaca máxima
para programar la intensidad de la sesión es también de uso común por parte de los
profesionales en actividad física y deportes (utilizando la fórmula de Karvonen). Es
importante mencionar que la frecuencia cardiaca máxima es mayor en los niños que en
adultos disminuyendo progresivamente con la edad después de la adolescencia. En este
sentido, los niños menores de 10 años superan los 210 ppm. de frecuencia cardíaca
máxima (FCmáx), mientras que en adultos de 20 años de edad la FCmáx alcanzada es
de unos 195 ppm (López, 2006). Para un mayor control de la intensidad, la escala de
esfuerzo percibido (RPE) es una herramienta válida para valorar el nivel de esfuerzo
físico durante la realización de ejercicio aeróbico continuo (Heyward, 2006). El propósito
de este trabajo es intentar establecer el efecto que un programa de ejercicio aerobio de
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intensidad moderada pudiese tener en la composición corporal y somatotipo de un niño
con obesidad mórbida como medio de mejora de su estado de salud.
2. MÉTODO
2.1. Diseño y muestra
El diseño fue un estudio de caso, con el que se reali una intervención y
medidas pre-test y post-test. El sujeto de estudio fue un niño de género masculino, cuya
edad fue de 10 años, el peso corporal de 88.9 kg, presentó una talla de 158.5 cm, no
pertenecía a ningún club deportivo o practicaba actividad física regularmente.
2.2. Instrumentos
Se realizaron mediciones antropométricas (perfil completo de la ISAK) para
conocer la composición corporal. Fueron tres las evaluaciones aplicadas al sujeto de
estudio: evaluación 1: septiembre, evaluación 2: octubre, evaluación 3: noviembre. Se
tomaron medidas de 9 panículos, 14 circunferencias, 8 longitudes y 7 diámetros. Las
mediciones fueron realizadas por un antropometrista certificado nivel 2 de la ISAK, ello
dentro del Error Técnico de Medición aceptado para estos casos por la ISAK. El
somatotipo tanto numérico como gráfico se obtuvo utilizando las ecuaciones de Carter
y Heath. El componente graso se obtuvo utilizando las ecuaciones de Brook (1971), Siri
(1961) y la de Boileau et al. (1985).
Fue necesario la utilización de una cinta Lufkin W606PM flexible steel tape
recomendada por la ISAK para medir las circunferencias corporales, un plicómetro Slim-
Guide con una compresión de 10g.mm2 y división de 0.2 mm para la medición de los
pliegues, un segmómetro para medir longitudes segmentarias, un antropómetro Siher-
Hegner GPM y una caja antropométrica.
2.3. Procedimiento y programa
En primer lugar, se solicitó autorización para realizar el estudio. El padre y niño
firmaron la carta de consentimiento informado, de acuerdo a los lineamientos de la
Declaración de Helsinki (Asociacion Médica Mundial, 2013). Posteriormente, se tomaron
las primeras medidas y se comenzó con el programa de ejercicio físico aeróbico.
La duración del programa de ejercicio aeróbico fue de 12 semanas. Durante las
primeras tres la duración de la sesión fue de 30 minutos efectivos a una intensidad del
60% de la Fcmáx. (calculada con la fórmula de Karvonen). En la semana 4, la intensidad
aumentó al 65%, la semana 5, la intensidad se redujo al 55% y en la semana 6
nuevamente se incrementó al 60% de la Fcmáx. La duración de la sesión se mantuvo
constante, hasta la semana 6. En las siguientes 2 semanas se incrementó tanto la
duración como la intensidad de la sesión. Haciendo alusión a la primera variable, fueron
35 minutos siendo todos estos efectivos. La intensidad representaba el 65% de la
Fcmáx. Las 2 semanas subsecuentes la duración de la sesión incrementó 5 minutos, la
intensidad aumento solo en la semana 9 al 70% y en la semana 10 disminuyo al 60%,
manteniéndose ésta hasta el final del programa. Las últimas 2 semanas se incrementó
la duración de la sesión a 60 minutos. La intensidad de la sesión fue controlada por
medio de un pulsómetro, que era colocado por el sujeto de estudio en la parte tórax a la
altura del apéndice xifoides antes de iniciar la sesión de ejercicio. La escala de Borg de
igual manera se utilizaba para el control de la intensidad. En todo momento debía existir
una relación entre la FC captada por el pulsómetro y la escala de esfuerzo. En ésta
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última el sujeto de estudio, debía ubicarse entre los numerales 13-15. La frecuencia
cardiaca y la percepción de esfuerzo eran tomadas simultáneamente cada 3 minutos.
La sesión de entrenamiento fue dividida en tres partes. En la primera parte, se
realizaban ejercicios de calentamiento estos eran principalmente de flexibilidad, tenía
una duración de no más de 10 minutos. La parte segunda tenía como contenido la
ejecución de ejercicios aeróbicos, estos consistían primeramente en pedalear en la
bicicleta estacionaria durante los primeros 10 minutos, el siguiente ejercicio era
caminata en el tapiz rodante, con la misma duración que el ejercicio precedente. Por
último, el sujeto utilizaba una elíptica durante un tiempo igual a los dos anteriores (10
min). En la tercera y última parte se ejecutaban ejercicios ligeros para volver para facilitar
la recuperación siendo estos idénticos a los de la parte inicial.
La división de la sesión fue constante, el tiempo de duración de la primera y
tercera parte no varió. La parte media fue la que presentó modificaciones en el tiempo
de duración, esta dependía de lo marcado por el programa. En algunos casos solamente
se utilizó el tapiz rodante, ya que con la bicicleta estacionaria y la elíptica se producía
fatiga periférica que impedía mantener la intensidad durante el tiempo programado.
La frecuencia cardíaca tomada durante el desarrollo de la sesión se insertaba en
un archivo de Microsoft Office Excel 2007, diseñado por el investigador, que permitía
conocer el VO2 relativo (ml/kg/min-1) y el gasto energético (Kcal.min-1) de la sesión.
3. RESULTADOS
En la Tabla 1 se muestran las medidas de los pliegues utilizados para conocer
la densidad corporal en población menor a 11 años, a través de la ecuación de Brook
(1971). Se puede observar una reducción en los últimos tres pliegues; aunque no en el
primero (pliegue del bíceps), ya que se observa una igualdad en los resultados de las
dos evaluaciones.
Tabla 1. Medida de los pliegues obtenidos al aplicar evaluación antropométrica.
En la Figura 1, se observa la diferencia que se presentó en las evaluaciones
antropométricas 1 y 2 de los 4 pliegues utilizados para conocer la densidad corporal en
menores de 11 años (Brook, 1971). El pliegue suprailiaco presenta la mayor disminución
en su dimensión entre la primera y la segunda evaluación, el pliegue del bíceps
mantiene el mismo resultado en las dos evaluaciones antropométricas.
.
Medición
Pliegue del
bíceps
Pliegue del
tríceps
Pliegue
suprailiaco
1 (Pre-test)
10.00
22.70
27.20
2 (Post-test)
10.00
21.50
24.00
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Figura 1. Modificación del grosor de los 4 pliegues (en las dos mediciones)
La Tabla 2 muestra los cambios en el porcentaje de grasa corporal. Las
diferencias en los valores mostrados por el sujeto estudiado son mínimas. En términos
absolutos es de 1.05%. Este porcentaje es equivalente a 800 grs. de grasa, al conocer
la disimilitud entre valores podemos afirmar que la reducción del componente graso se
presenta.
Tabla 2. Pre-test y post-test del componente graso a partir de la ecuación de Siri
Medición
% de grasa
Peso graso (kg)
1 (Pre-test)
37.1
32.8
2 (Post-test)
36.05
32
A continuación se advierte una discrepancia en la sumatoria de los pliegues
cutáneos del tríceps y subescapular, los cuales son utilizados en la ecuación de Boileau
et al. (1985) para conocer el % de grasa corporal en niños con edades de 6-11 años. El
sujeto presenta diferencia de 2.2 mm. entre la medición 1 y 2.
Figura 2. ∑ De pliegues cutáneos del tríceps y subescapular según ecuación de Boileau
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De acuerdo a la misma ecuación, podemos observar en la Tabla 3 una
disminución el componente graso, después de aplicar el programa de ejercicio aeróbico,
el valor fue de 0.4% respecto al valor inicial.
Tabla 3. Datos del pre-test y post-test del porcentaje de masa grasa y peso graso.
Medición
% masa grasa
Peso graso (kg)
Pre-test (1)
34.05
30.16
Post-test (2)
33.65
29.91
Respecto al gradiente en los resultados después de medir la circunferencia de la
cintura mínima y cadera máxima, destaca que la diferencia en los resultados obtenidos
en las dos mediciones solamente se observa en los de la cintura mínima (ver Figura 3).
En las caderas máxima se mantiene el mismo valor, siendo este de 109.10 cm.
Figura 3. Resultados del pre-test y post-test del cociente cintura cadera
El índice cintura-cadera también presenta modificaciones aunque con tendencia
hacia la disminución del valor del cociente. Se observa la diferencia en los valores del
índice cintura-cadera obtenidos en las evaluaciones respectivas. En la Figura 4, se
muestra que el cambio entre una medición y otra es mínimo, ese cambio es con
tendencia hacia la reducción del valor del cociente C-C.
Figura 4. Relación del cociente cintura-cadera
106
107
108
109
110
111
112
113
114
115
medición 1
medición 2
circunferencia de cintura
mínima
circunferencia de cadera
xima
0.96
0.97
0.98
0.99
1
1.01
1.02
1.03
1.04
EVALUACIÓN 1 EVALUACIÓN 2
Cociente Cintura-Cadera
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En la Tabla 4, se muestran los valores numéricos de los componentes del
somatotipo. Podemos apreciar que el componente ectomorfo y endomorfo no se
alteraron al realizar la comparación en entre las dos mediciones. El endomorfo mostró
una disminución de 0.4.
Tabla 4. Valores del pre-test y post-test de los componentes del somatotipo y coordenadas
Medición
Endomorfo
Mesomorfo
Ectomorfo
Coordenada
X
Coordenada
Y
1
7.4
8.2
0.1
-7.3
8.9
2
7.0
8.2
0.1
-6.9
9.3
La Figura 5 muestra la ubicación del sujeto de estudio en la somatocarta,
después de aplicar las evaluaciones antropométricas. Se puede observar que la
distancia de dispersión del somatotipo no mostró valores relevantes (fue <2);
encontrando un valor de SDD= 0.8, por lo que el desplazamiento del somatopunto hacia
el componente mesomorfo no fue significativo.
Figura 5. Ubicación del sujeto en la somatocarta, antes y después del programa
4. DISCUSIÓN
La investigación estudió qué impacto presenta el ejercicio aeróbico en la
modificación de somatotipo y la reducción del componente graso. Respecto a este
último, se observa una reducción después de la aplicación del programa de ejercicio
aeróbico. Con la ecuación de Siri (1961) se aprecia un valor mayor en la disminución
del componente graso; el valor obtenido por esta ecuación es de 1.05%, que representa
a 800 g de grasa. Sin embargo, con la ecuación de Boileau et al. (1985), la cual es
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específica para población de entre 6-11 años de edad (rango en el que entra el sujeto
de estudio), la reducción de grasa es menor, ya que se observa solamente 0.4% de
diferencia entre el primer y el segundo valor. Este porcentaje en términos absolutos
equivale a 250 grs. de grasa. Podemos ver que en ambas ecuaciones se presenta
disminución del componente graso; sin embargo, el sujeto de estudio presenta niveles
de grasa por encima del 30% del peso total. El valor que exhibe el sujeto de estudio
sobrepasa por mucho los propuestos por Lohman (1992), quien recomienda valores de
entre el 10% y el 20% para chicos de entre 6 a 17 años.
La circunferencia de la cintura mínima mostró una reducción de 4 cm respecto al
valor inicial. Esto podía interpretarse como un reducción de grasa abdominal,
específicamente la intra-abdominal o visceral con el ejercicio (Kamel, McNeill, y Van
Wijk, 2001). El cociente cintura-cadera de igual manera que el componente graso
manifiesta una reducción con respecto al valor inicial. Esta reducción en los valores del
cociente C-C no cobra gran relevancia, ya que el sujeto de estudio aún se encuentra en
parámetros de riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles. Se debe
señalar que la duración del programa de ejercicio aeróbico fue corto (12 semanas), por
lo que es probable que si el programa de ejercicio aerobio tuviese mayor duración el
valor del índice C-C hubiese sido menor a 0.95, el cual es un parámetro recomendable.
Por otro lado, sería interesante combinar el ejercicio aeróbico con otros ejercicios
anaeróbicos, así como controlar la dieta y contar con la colaboración de la familia, ya
que esa combinación muestra una mayor efectividad en los resultados (Aguilar et al.,
2014).
En referencia al somatotipo, al utilizar el método numérico de Heath-Carter
(Carter, 2002) el componente endomorfo es el único que presenta alteraciones. Al
realizar la comparación de resultados entre las dos mediciones, esta modificación
observada presenta una tendencia hacia una disminución. Sin embargo, en ambos
casos se presenta un valor no menor de 7, representando: extremadamente alta
adiposidad relativa; muy abundante grasa subcutánea y grandes cantidades de grasa
corporal en el tronco. El componente mesomorfo permanece estable, presentado un
valor de 8 en ambas mediciones.
El somatopunto se desplaza ligeramente hacia el componente mesomórfico.
Este resultado es debido a la disminución del componente graso y no necesariamente
a un aumento de la masa muscular. La aseveración que se hace respecto a la
disminución del componente graso es en base al método de trabajo utilizado, pues las
características que presenta caracteriza lo que llamamos área funcional subaeróbico,
siendo el mismo que utiliza principalmente a los ácidos grasos como principal
combustible (Kaufer-Horwitz y Toussaint, 2008). La afirmación que se hace acerca de
que el sujeto de estudio no presenta un aumento de la masa muscular, es con el
consentimiento de no haber diseñado un programa de musculación o de fuerza que es
un potente estímulo para incrementar la masa muscular.
El desplazamiento del somatopunto se presenta, -por mínimo que este sea-,
posiblemente al igual que el cociente C-C. La modificación de los valores son mínimos,
ello es atribuible a la corta duración del programa y la alimentación que es una variable
que presenta gran influencia en somatotipo. Esta variable no se controló en el presente
estudio. Podemos suponer que de haberla controlado y diseñado un programa de
musculación especialmente de resistencia muscular, el somatopunto se encontraría al
final del programa en el área de la mesomorfia.
Respecto al componente muscular, principal indicador del componente
mesomorfo, es recomendable realizar, ejercicios de mayor intensidad y/o exigencia
muscular. Comúnmente estos son acíclicos y de cadena cinemática abierta. La
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justificación para proponer un trabajo de fuerza que conlleva a un aumento de la masa
muscular es que ésta incrementa el gasto metabólico basal permitiendo un
mantenimiento de peso. El mantenimiento de peso en la edad infantil es muy importante,
ya que el niño se encuentra aún en periodo de crecimiento. Su talla aumentará y esto
dará un IMC menor, siendo este un parámetro que nos indica el grado de obesidad del
sujeto, por lo cual cuanto más bajo sea éste menos grado de sobrepeso u obesidad
presentará el sujeto de acuerdo al IMC.
5. CONCLUSIONES
La práctica de ejercicio aerobio con una frecuencia de 5 as a la semana cuya
duración oscila entre 30’-60’ permite reducir los niveles de grasa corporal
específicamente la grasa intra-abdominal. Ello se puede comprobar al observar el
gradiente en las mediciones de cintura mínima en el pre-test y en el post-test, que está
asociada con el padecimiento de enfermedades crónico degenerativas y más
concretamente con enfermedades cardiovasculares (Aguilar et al., 2014).
El componente endomorfico obtenido por el método numérico presentó
variaciones en sus valores, tendiendo éstos a la reducción. Sin embargo, no se
observaron variaciones en el somatotipo pues los valores del SDD son menores de 2,
lo cual se interpreta con la no modificación del somatotipo.
Es oportuno señalar que el peso corporal total se mantuvo sin variaciones. Este
dato da lugar a señalar que el componente graso disminuye para dar paso a un
incremento de la masa muscular, sin embargo esta no fue controlada. Del mismo modo
se cree que de haber controlado el patrón alimenticio del sujeto de estudio y aplicado
un plan de ejercicios de resistencia muscular, los resultados podrían ser los esperados
en el trabajo.
Por último, se debería tener en cuenta que el contenido del programa de ejercicio
físico aeróbico puede ser aún más funcional si aplicamos de manera paralela uno de
resistencia muscular. En este caso como el sujeto de estudio presenta obesidad, sería
mejor utilizar algunos implementos para la ejecución de este programa. Tales
implementos pueden ser mancuernas de diferente peso, siendo éstas no mayor a 5
libras (lb) en la ejecución de los ejercicios con estos implementos. Debemos poner una
atención especial a la técnica del movimiento y evitar movimientos anormales o
contraindicados. Por otra parte, la duración del programa si bien no es corto, no presenta
un tiempo suficiente para poder observar modificaciones en las variables mucho más
evidentes, que permitan demostrar los planteamientos teóricos en su totalidad. Es
menester realizar este tipo de trabajos o que presenten cierta similitud con una muestra
más grande, para poder homogeneizar y contar con un protocolo de ejercitación física
que permita mejoras en la composición corporal y reducción en la susceptibilidad de
padecer enfermedades crónicas no transmisibles, que algunos autores han denominado
síndrome metabólico (e.g., Lizarzaburu, 2013). La mayoría de las veces se utilizan para
los niños programas de ejercicio “reducidos” de adultos, que de entrada no causarán los
efectos deseados y, si lo hacen, pueden conllevar efectos secundarios no beneficiosos
para la salud y por ende a la calidad de vida de los infantes.
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6. REFERENCIAS
Abernethy, P., Olds, T., Eden, B., Neill, M., y Baines, L. (1996). Antropometría, salud y
composición corporal. En K. Norton y T Olds, Antropométrica (pp. 245-262).
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