Revista de Educación,
Motricidad e Investigación
Estado madurativo en deporte y educación:
revisión narrativa
Maturational status in sport and education: a narrative review
Adrián Torregrosa Domínguez
Universidad de Huelva
https://orcid.org/0009-0008-2400-5638
César Villalba Arroyo
Universidad de Huelva
https://orcid.org/0009-0007-0110-4302
Rafael Ramos Veliz
Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola, Fundación CEU San Pablo Andalucía.
https://orcid.org/0000-0002-3224-9615
Eduardo José Fernández Ozcorta
Universidad de Huelva
https://orcid.org/0000-0001-9823-1306
VOL. 23 (2025)
ISSN 2341-1473 pp. 87-99
https://doi.org/10.33776/remo.vi23.8551
Resumen:
La maduración biológica genera diferencias significati-
vas entre jóvenes de la misma edad cronológica. Estas
disparidades afectan a su rendimiento deportivo, au-
mentando el riesgo de lesión ante nuevas oportunida-
des competitivas, siendo un factor crucial en el diseño
de programas de entrenamiento y estrategias educati-
vas. Los jóvenes con maduración temprana suelen des-
tacar en capacidades físicas como fuerza y velocidad, lo
que les da ventaja en deportes competitivos. Por otro
lado, los de maduración tardía enfrentan mayores de-
safíos para acceder a niveles superiores, a pesar de su
potencial a largo plazo. Este sesgo fomenta desigualda-
des que pueden desmotivar a los deportistas jóvenes.
Para abordar estas diferencias, se emplean diferentes
métodos para determinar la maduración biológica de
los jóvenes, entre los más usados en la actualidad se en-
cuentran los métodos no invasivos a través de diferentes
ecuaciones predictivas del pico de velocidad de creci-
miento (PHV) o de la estatura adulta esperada (PAH). Es-
tos métodos son usados en estrategias como la Banda
Biológica, que agrupa a jóvenes según su maduración y
han mostrado eficacia para equilibrar la competencia y
mejorar el desarrollo técnico, físico y psicológico. En el
ámbito educativo, las investigaciones sobre maduración
se han enfocado más en la edad relativa que en la ma-
duración biológica, dejando un vacío sobre su impacto
en el rendimiento académico. Incorporar este enfoque
podría mejorar el desarrollo integral de los estudiantes.
En síntesis, considerar la maduración biológica en en-
tornos deportivos y educativos es esencial para mitigar
desigualdades y potenciar el talento individual, aunque
aún son necesarios más estudios y herramientas para su
aplicación efectiva.
Palabras clave:
Maduración, banda biológica, edad relativa, deporte ju-
venil, estrategias de agrupación.
Abstract
Biological maturation generates significant differences
among young people of the same chronological age.
These disparities affect their sports performance, in-
creasing the risk of injury when facing new competitive
opportunities and becoming a crucial factor in the design
of training programs and educational strategies. Young
individuals with early maturation often excel in physical
abilities such as strength and speed, giving them an ad-
vantage in competitive sports. On the other hand, those
with late maturation face greater challenges in accessing
higher levels despite their long-term potential. These
bias fosters inequalities that can demotivate young athle-
tes. To address these differences, various methods are
used to determine the biological maturation of young
people. Among the most commonly used today are
non-invasive methods through different predictive equa-
tions of peak height velocity (PHV) or predicted adult hei-
ght (PAH). These methods are employed in strategies like
bio-banding, which groups young people according to
their maturation and have shown effectiveness in balan-
cing competition and improving technical, physical, and
psychological development. In the educational field, re-
search on maturation has focused more on relative age
than on biological maturation, leaving a gap regarding
its impact on academic performance. Incorporating this
approach could enhance the overall development of stu-
dents. In summary, considering biological maturation in
sports and educational environments is essential to miti-
gate inequalities and enhance individual talent, although
more studies and tools are still needed for its effective
application.
Keywords:
Maduration, biobanding, relative age, youth sport, grou-
ping strategies.
Estado madurativo en deporte y educación:
revisión narrativa
Maturational status in sport and education:
a narrative review
Adrián Torregrosa Domínguez
Universidad de Huelva
https://orcid.org/0009-0008-2400-5638
César Villalba Arroyo
Universidad de Huelva
https://orcid.org/0009-0007-0110-4302
Rafael Ramos Veliz
Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola, Fundación CEU
San Pablo Andalucía.
https://orcid.org/0000-0002-3224-9615
Eduardo José Fernández Ozcorta
Universidad de Huelva
https://orcid.org/0000-0001-9823-1306
Fecha de aceptación: 30 de diciembre de 2024Fecha de recepción: 25 de noviembre de 2024
https://doi.org/10.33776/remo.vi23.8551
[ 89 ]
Introducción
Método
Resultados y Discusión
En los últimos años, la participación de deportistas jóvenes ha experimentado un notable incremen-
to a nivel mundial, con un aumento del 15 % en las competiciones organizadas entre 2013 y 2022
(IOC, 2023). A nivel local, en España, el número de jóvenes inscritos en federaciones deportivas
creció un 12 % entre 2016 y 2022, superando el millón de licencias (Consejo Superior de Deportes,
2023).
Este auge en la práctica deportiva juvenil plantea nuevos retos para entrenadores e investigadores.
Entre estos desafíos destaca la necesidad de minimizar los factores externos que puedan entor-
pecer el desarrollo adecuado de los jóvenes deportistas, generando problemas como ansiedad,
lesiones o incluso un abandono deportivo temprano. Por ello, resulta esencial ofrecer herramientas
de apoyo y capacitar a los jóvenes para gestionar factores como la presión competitiva, el entorno
social y el contexto deportivo (Olmedilla et al., 2019).
Uno de los factores externos que influyen en la actividad deportiva juvenil es el sistema de agru-
pación de deportistas según su edad cronológica para fines competitivos (Baxter-Jones y Helms,
1996). Dentro de estos grupos de edad, las diferencias en el desarrollo madurativo pueden ser sig-
nificativas, afectando tanto el rendimiento como la salud de los deportistas en formación (Cumming
et al., 2017).
Este problema se ha abordado tradicionalmente desde la perspectiva de la edad relativa, que alu-
de a la ventaja competitiva de los jóvenes nacidos a principios del año frente a aquellos nacidos en
meses posteriores, generando efectos tanto inmediatos como a largo plazo (Cobley, Baker, et al.,
2009). Sin embargo, durante las primeras etapas de la adolescencia, adquiere mayor relevancia el
sesgo por estado madurativo, que se intensifica con la edad y el nivel de competición (Bolckmans
et al., 2022; Malina et al., 2019).
El objetivo de este trabajo es presentar un análisis del estado actual del conocimiento sobre el esta-
do madurativo en contextos deportivos y explorar su aplicación en el ámbito escolar.
Tras una búsqueda exhaustiva en diferentes bases de datos (Scopus, WOS y Pubmed) usando con-
ceptos como de “bio-banda,“bio-banding”, “estado madurativo”, “maturity status”, “maduración bio-
logica, “biological maturation”,deporte juvenil”, “youth sport, “high school”, “instituto”,educación
física, “physical education”, Se desarrolló una revisión narrativa que pudiera abordar los diferentes
apartados relacionados con esta temática, usando para ello artículos de expertos de renombre en
el asunto que nos ocupa como el Dr. Malina, artículos que tuvieran un alto nivel de impacto o que
fueran lo más actuales posibles.
La medición de la maduración de los jóvenes y su aplicación para adaptar los diferentes entornos en
los que se desarrolla como persona debe ser un asunto de máxima relevancia por sus implicaciones
a nivel de desarrollo deportivo (Vaeyens et al., 2008) y de aprendizaje (Abbott et al., 2019).
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La maduración se define como el proceso que lleva a la adultez y puede analizarse en términos de
estado, momento y ritmo (Malina et al., 2015). El estado atañe a la fase del desarrollo en la que se
encuentra un individuo (e.g., prepubertad, pubertad). Por su parte, el momento es referido a la edad
en la que ocurren eventos clave del desarrollo, como el pico de velocidad de crecimiento (PHV,
por sus siglas en inglés). Y el ritmo, la velocidad a la que se producen los eventos madurativos. En
conjunto, estos factores determinan que algunos individuos maduren antes o después que otros
(Cumming et al., 2017). Los deportistas que alcanzan una madurez sexual y esquelética avanzada
tienden a experimentar un crecimiento acelerado durante la pubertad (Cumming et al., 2017), lo
que les otorga ventajas en tareas relacionadas con fuerza, potencia y velocidad en comparación con
sus compañeros de madurez tardía. Esto se debe a la mayor capacidad del músculo para aumentar
su tamaño y fuerza hasta los 20 años (Yapici et al., 2022). Estas diferencias son particularmente noto-
rias entre los 11 y los 14 años, cuando las disparidades funcionales y de tamaño alcanzan su mayor
expresión (Malina et al., 2015).
Entender la etapa de madurez de los deportistas permite ajustar los entrenamientos a sus necesida-
des físicas y, al mismo tiempo, potenciar sus habilidades técnicas y tácticas de manera más efectiva
(Vaeyens et al., 2008). Estudios recientes indican que tener en cuenta estas diferencias mejora el
aprendizaje de habilidades clave, alineándose con las capacidades individuales de cada deportista
(Abbott et al., 2019). Asimismo, adaptar las estrategias de entrenamiento a la etapa de crecimiento
no solo optimiza el rendimiento, sino que también disminuye el riesgo de lesiones, un aspecto críti-
co en el desarrollo físico de los jóvenes (MacMaster et al., 2021).
En el ámbito psicológico, un acompañamiento adecuado del proceso de maduración puede ser
determinante para mantener la motivación y evitar el abandono deportivo provocado por presiones
o expectativas mal gestionadas (Towlson et al., 2021).
En conclusión, la maduración biológica tiene un impacto significativo en la capacidad funcional de
los adolescentes (Malina et al., 2004). Determinar el nivel de maduración no solo permite observar y
analizar el desarrollo individual, sino que también facilita la evaluación objetiva de las competencias
de los talentos deportivos (Malina et al., 2007). Esto contribuye al desarrollo técnico (Abbott et al.,
2019), táctico (Lüdin et al., 2022), físico (MacMaster et al., 2021) y psicológico (Towlson et al., 2021)
de los jóvenes deportistas.
Como se ha mencionado previamente, los atletas que alcanzan una madurez temprana suelen tener
un rendimiento superior en tareas de entrenamiento que requieren fuerza, potencia y velocidad, en
comparación con sus compañeros de madurez tardía (Yapici et al., 2022). Esta ventaja física inicial
facilita su selección y permanencia en academias deportivas, donde reciben una programación de
entrenamiento que incluye mayor tiempo de juego, roles destacados y mejores oportunidades de
desarrollo en niveles más altos de competencia (Deprez et al., 2015; Towlson et al., 2017).
De hecho, los deportistas con maduración temprana tienen un 80 % más de probabilidades de ser
seleccionados para equipos de élite en comparación con sus compañeros, a pesar de que no se
observan diferencias significativas en habilidades técnicas entre ambos grupos (Cumming et al.,
La maduración: conceptos clave
Implicaciones de la maduración
en el entrenamiento deportivo
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2017). Esta situación genera un sesgo en el sistema de identificación de talentos, priorizando el
desarrollo biológico temprano sobre otras habilidades, lo que puede llevar a que deportistas con
maduración tardía queden rezagados, a pesar de su potencial. Además, las diferencias físicas con
sus compañeros de maduración temprana pueden traducirse en desigualdad en la competición y
un mayor riesgo de lesiones (Cumming et al., 2017).
Dada esta problemática, resulta fundamental medir de manera precisa la maduración de los jóve-
nes deportistas, aplicando métodos científicos validados. Tradicionalmente, uno de los enfoques
más utilizados ha sido la evaluación del desarrollo óseo mediante radiografías de los huesos de la
muñeca, el antebrazo y la mano, lo que permite identificar el grado de osificación y el estado adulto
del hueso. Paralelamente, el estado de maduración puberal se analiza observando características
sexuales secundarias como el desarrollo de vello axilar y púbico en ambos sexos, la aparición de la
primera menstruación y el aumento del tamaño de las mamas en chicas, así como el incremento del
tamaño genital, cambios en el tono de voz y desarrollo de vello facial en chicos. Adicionalmente, se
incluye el análisis del desarrollo de piezas dentales (Malina et al., 2015, 2019).
Estos indicadores permiten determinar tanto el estado madurativo como, en estudios longitudinales,
el ritmo de maduración al medir los cambios a lo largo del tiempo. Por otro lado, para estimar el mo-
mento madurativo, suelen emplearse indicadores como la edad de la primera menstruación en chicas
o la edad del pico de velocidad de crecimiento (PHV, por sus siglas en inglés) (Malina et al., 2019).
Sin embargo, los métodos tradicionales presentan desventajas significativas, como su carácter inva-
sivo y la necesidad de personal y equipamiento altamente cualificado (Malina et al., 2015). Por ello,
en los últimos años se han desarrollado métodos no invasivos o somáticos, entre los que destacan
varias ecuaciones predictivas que permiten aproximar el estado madurativo de los deportistas de
manera más práctica y accesible (Fransen et al., 2018; Mirwald et al., 2002; Moore et al., 2015).
Los métodos somáticos de estimación de la maduración son ampliamente aceptados por su baja
invasividad, facilidad de uso, versatilidad para realizar mediciones en laboratorios y en campo, bajo
costo y la menor capacitación requerida para los investigadores (Sullivan et al., 2023).
Generalmente, estos métodos calculan el porcentaje de la estatura de adulto predicha (PAH, por sus
siglas en inglés) o la diferencia de maduración, que corresponde al tiempo que falta para alcanzar
el PHV. En el caso del cálculo de la edad PHV, se estima la edad cronológica en la que el deportista
alcanzará la máxima velocidad de crecimiento en altura durante el estirón puberal (Malina et al.,
2019). Este proceso comienza con una aceleración en la tasa de crecimiento en altura, alcanza un
pico y finalmente desacelera, concluyendo a finales de la adolescencia o cerca de los veinte años
(Malina et al., 2015).
Entre los predictores del PAH destaca el método Khamis-Roche, desarrollado en 1994. Este método
utiliza la edad cronológica del joven, su altura, su peso y la altura media de los padres para expre-
sar el resultado como un porcentaje de la estatura adulta esperada en el momento de la medición
(Malina et al., 2019).
Métodos tradicionales
para medir la maduración
Métodos no invasivos para
estimar la maduración
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Por su practicidad y menor requerimiento técnico, estas herramientas han ganado relevancia como
una alternativa viable para complementar los métodos tradicionales, permitiendo a entrenadores
e investigadores tomar decisiones más informadas sobre el desarrollo de los deportistas jóvenes.
En los últimos años, se han desarrollado diversas ecuaciones predictivas para estimar la diferencia
de maduración o edad en el pico de velocidad de crecimiento (PHV). Algunas de las más relevantes
pueden ser consultadas en la Tabla 1.
Tabla 1
Ecuaciones predictivas para estimar la maduración biológica en chicas y chicos
Método Ecuaciones aplicables según sexo biológico
Chicas Chicos
Mirwald (2002) −9.376 + 0.0001882 × (Estatura × Longitud
de las piernas) + 0.0022 × (Edad × Estatura) +
0.005841 × (Edad × Longitud de las piernas)
+ 0.02474 × (Estatura / Peso).
−9.236 + 0.0002708 × (Estatura × Longitud de las
piernas) + 0.001663 × (Edad × Altura) + 0.007216
× (Edad × Longitud de las piernas) + 0.02292 ×
(Estatura / Peso).
Moore (2015) −7,709133 + (0,0042232 × (Edad × Estatura)) − 8,128741+(0,0070346) x (Edad x la Estatura en
posición sedente))
*−7,999994 + (0,0036124 × (Edad × Estatura))
Fransen et al. (2018) 6.986547255416 + (0.115802846632 × Edad) +
(0.001450825199 × Edad²) + (0.004518400406
× Peso) − (0.000034086447 × Peso²) −
(0.151951447289 × Estatura) + (0.000932836659
× Estatura²) − (0.000001656585 × Estatura³) +
(0.032198263733 × Longitud de las piernas) −
(0.000269025264 × Longitud de las piernas²) −
(0.000760897942 × Estatura × Edad)
Nota: todas las medidas referidas a Longitudes y Estaturas son en centímetros. Asimismo, las medidas de Peso se han de indicar en
kilogramos; * = ecuación alternativa para chicos cuando no se tiene la Estatura en posición sedente
Las ecuaciones propuestas por Mirwald (2002) han demostrado una alta correlación con la edad real
en el PHV (89%) (Sullivan et al., 2023) y son consideradas métodos fiables para estimaciones longitu-
dinales (Teunissen et al., 2020). Por su parte, la ecuación de Fransen et al. (2018) alcanzó una corre-
lación superior al 90 % con la edad real en el PHV, incluso en escenarios donde existían diferencias
significativas entre la edad cronológica y la del pico de crecimiento (Sullivan et al., 2023). Asimismo,
esta ecuación ha sido reconocida por su estabilidad en distintos periodos de desarrollo (Teunissen et
al., 2020). En el caso de las ecuaciones de Moore, la versión Moore 2 destacó por ser la más precisa,
proporcionando estimaciones muy cercanas a la edad real en el PHV (Sullivan et al., 2023).
A pesar de sus ventajas, como su baja invasividad y facilidad de uso, estas herramientas —incluyendo
las ecuaciones de Mirwald, Fransen y Moore— presentan limitaciones importantes. Su precisión puede
variar significativamente, con tasas de error que afectan hasta un tercio de los casos en poblaciones mas-
culinas, lo que podría ocasionar clasificaciones incorrectas del estado madurativo (Mirwald et al., 2002;
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Moore et al., 2015). Además, estas ecuaciones dependen de factores como la relación entre la longitud
de las piernas y la estatura, lo que puede no reflejar de forma completa el estado biológico real. Esto es
especialmente problemático en jóvenes con patrones de crecimiento atípicos (Malina et al., 2015).
Estas limitaciones resaltan la necesidad de complementar estas herramientas con otros enfoques
más integrales que permitan mejorar la precisión en la evaluación del estado madurativo.
Desde principios del siglo XXI, se han explorado diversas estrategias para modificar la agrupación
cronológica de los jóvenes hacia sistemas basados en su madurez biológica, conocidas como la
Banda Biológica o agrupación por Bandas Biológicas (Cumming et al., 2017). Estas estrategias bus-
can optimizar el desarrollo individual de los jóvenes (Bolckmans et al., 2022).
Inicialmente, estas propuestas se basaron en métodos invasivos como la evaluación del desarrollo
óseo o las características sexuales secundarias. Sin embargo, también han surgido enfoques me-
nos invasivos, como la agrupación según edad y peso, aplicada en deportes de combate y fútbol
americano. Por ejemplo, se han delimitado posiciones y roles específicos para jugadores con ciertas
características físicas, incluyendo restricciones para avanzar el balón (Cumming et al., 2017).
Otro método innovador es el propuesto por Helsen (2021), que clasifica a los jóvenes en función
de su “fecha de nacimiento del desarrollo”. Este sistema compara la altura y la edad cronológica del
individuo con las medias de las curvas de crecimiento de la población general.
Además, se han utilizado herramientas somáticas, como las ecuaciones predictivas basadas en la
edad PHV (pico de velocidad de crecimiento o el porcentaje de la estatura adulta predicha (PAH,
por sus siglas en inglés) (Cumming et al., 2017). En el caso de la edad PHV, se agrupa a los jóvenes
en tres categorías: 1) Pre-PHV (>1 año antes del PHV); 2) Circa-PHV (±1 año del PHV) y 3) Post-PHV
Estrategias de agrupación
basadas en madurez biológica
Figura 1. Modelo contemporáneo de la Banda Biológica para deporte juvenil (Cumming et al., 2017)
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(>1 año después del PHV). Sin embargo, aunque estas categorizaciones tienen potencial, su pre-
cisión es cuestionada, ya que las predicciones de la edad PHV tienden a retrasarse en jóvenes con
maduración temprana y adelantarse en aquellos con maduración tardía (Cumming et al., 2017).
Tabla 2
Clasificación de los periodos PHV en diferentes estudios a partir de la ecuación Mirwald (2002). Modificada de Bult et al. (2018)
Pre-PHV Post-PHV
>12 m 6-12 m < 6 m < 3 m 3-6 m 7-12 m > 12 m
Materne et al., 2016 1 2 3
Van der Sluis et al., 2014, 2015 1 2 3
Wormhoudt et al., 2017 1 2 3
Bult et al., 2018 PHV-1 PHV-2 PHV-3 PHV-4+5 PHV-6
Nota. * 1, tiempo antes del PHV; 2, periodo alrededor del PHV; 3, tiempo después del PHV; PHV, Pico de velocidad de crecimiento.
Por su parte, en base al PAH, el método Khamis-Roche estima que el PHV ocurre entre el 88 % y el
96 % del crecimiento adulto. Con base en esto, los jóvenes se agrupan en tres categorías: 1) Pre-PHV
(<88 % PAH); 2) Circa-PHV (<96 % PAH) y 3) Post-PHV (>96 % PAH). Asimismo, este método también
presenta limitaciones, como la necesidad de datos precisos sobre la altura de los padres y aunque
existen fórmulas correctoras, este aspecto sigue siendo un punto conflictivo (Cumming et al., 2017).
Las propuestas de agrupación basadas en la madurez tienen el potencial de enriquecer el desarro-
llo deportivo y educativo de los jóvenes. No obstante, estas estrategias deben integrarse en planes
multifacéticos que también consideren la agrupación cronológica en momentos específicos, fo-
mentando un entorno de aprendizaje más variado (Cumming et al., 2017).
Aunque estas metodologías reducen algunos problemas asociados con la agrupación por edad
cronológica, no los eliminan completamente. Además, su aplicabilidad aún es difícil de medir, ya
que se han probado mayormente en contextos de corto plazo. Los métodos somáticos, por su parte,
han sido diseñados y validados principalmente en poblaciones de ascendencia europea o estadou-
nidense, lo que podría limitar su precisión en otros grupos étnicos (Malina et al., 2019).
En contextos educativos, el estudio del estado madurativo aún está en una fase inicial. La mayoría
de los estudios se centran en la edad relativa, mostrando que los alumnos nacidos a principios del
año tienden a obtener mejores resultados físicos y académicos que aquellos nacidos al final (Aune
et al., 2018; Cobley, McKenna, et al., 2009; Mavilidi et al., 2022). Sin embargo, pocos trabajos ana-
lizan la relación entre maduración y rendimiento académico utilizando métodos fiables (Hermassi,
Ketelhut, et al., 2024).
Aplicación educativa
y desafíos futuros
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Sin embargo, pocos trabajos analizan la maduración y los que lo hacen, la utilizan como una variable
a describir más sin estudiar su efecto sobre otras (Hermassi, Ketelhut, et al., 2024).
En el futuro, sería relevante investigar si los efectos observados en la edad relativa se replican al
considerar la madurez biológica. Además, probar la aplicabilidad de los sistemas de agrupación
por madurez en contextos educativos podría no solo beneficiar la investigación a largo plazo, sino
también fomentar el desarrollo integral de los jóvenes.
La maduración es un factor determinante en el desarrollo de los jóvenes, impactando tanto en el
ámbito deportivo como en el académico. En el contexto deportivo, los jóvenes con maduración
temprana suelen destacar por sus ventajas en fuerza, velocidad y potencia, lo que les otorga ma-
yores oportunidades competitivas. Sin embargo, esta preferencia por los individuos con desarrollo
temprano puede relegar a aquellos con maduración tardía, limitando el reconocimiento de su po-
tencial técnico y táctico. Además, las diferencias en maduración incrementan el riesgo de lesiones
y generan desigualdades en la competición, lo que resalta la necesidad de diseñar entrenamientos
adaptados a las necesidades individuales, considerando más que la edad cronológica.
Para abordar estas disparidades, se han desarrollado diversas metodologías para medir la madurez
física. Entre ellas, los métodos no invasivos, como las ecuaciones predictivas, han ganado protago-
nismo gracias a su bajo coste y facilidad de aplicación. Sin embargo, aunque son útiles y accesibles,
presentan limitaciones en cuanto a precisión y validez en poblaciones con patrones de crecimiento
diversos.
Por otro lado, estrategias como el Banda Biológica, que agrupan a los jóvenes según su madurez
biológica, han demostrado ser efectivas para reducir desigualdades y optimizar el desarrollo indi-
vidual en entornos deportivos. No obstante, su implementación enfrenta desafíos metodológicos
significativos, y su aplicación en el ámbito educativo aún está en una etapa inicial.
En el contexto académico, las diferencias en maduración también tienen un impacto importante en
el rendimiento y bienestar de los estudiantes. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones se han
centrado en el efecto de la edad relativa, mientras que el impacto directo de la madurez biológica
sobre el aprendizaje y el desarrollo integral permanece poco explorado. Esto representa un vacío
significativo en la comprensión de cómo las características madurativas influyen en el ámbito edu-
cativo.
Integrar el estado madurativo en estrategias pedagógicas y deportivas es fundamental para promo-
ver un desarrollo más equitativo. En educación, la implementación de prácticas similares al Banda
Biológica podría ayudar a mitigar las diferencias biológicas en el rendimiento académico y social,
fomentando un entorno de aprendizaje más inclusivo. Sin embargo, este enfoque requerirá herra-
mientas de medición más precisas, investigaciones amplias en poblaciones diversas y metodolo-
gías que combinen las perspectivas cronológica y biológica.
Reconocer y trabajar con las particularidades de la maduración no solo facilitará un desarrollo más
justo y equilibrado, sino que también garantizará mejores oportunidades para todos los jóvenes,
Conclusiones
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respetando y valorando sus ritmos individuales. A largo plazo, estas estrategias pueden convertirse
en un pilar para maximizar el potencial de cada individuo en múltiples contextos, desde el deportivo
hasta el educativo.
Agradecemos la financiación otorgada por el Vicerrectorado de Innovación y Empleabilidad a tra-
vés al Proyecto Emergente en el área de Desarrollo Local en la V Convocatoria de Micro-proyectos
de Investigación y Transferencia del Conocimiento en el marco de la “Cátedra de la Provincia” de la
Universidad de Huelva (cod. Emergente - 01/5/2024). Impulsando la adherencia deportiva de los
jóvenes de Huelva: el rol de la maduración biológica en su salud, bienestar y motivación hacia la
práctica deportiva (https://www.uhu.es/catedra-provincia/?p=1410)
Se agradece a la Universidad de Huelva por la concesión de la Beca de Colaboración, financiadas
por el Banco Santander, para Estudiantes en Centros y Grupos de Investigación (acción 5.1, EPIT23
Santander-UHU).
Los autores declaran no tener conflicto de interés.
Podcast generado mediante IA (NotebookLM de Google) a partir de fuentes e instrucciones propor-
cionadas por los autores el 25 de noviembre de 2024. Enlace al podcast: https://doi.org/10.5281/
zenodo.14217211
Abbott, W., Williams, S., Brickley, G., y Smeeton, N. J. (2019). Effects of Bio-banding upon physical
and technical performance during soccer competition: A preliminary analysis. Sports (Basel, Swit-
zerland), 7(8), 193. https://doi.org/10.3390/sports7080193
Aune, T. K., Ingvaldsen, R. P., Vestheim, O. P., Bjerkeset, O., y Dalen, T. (2018). Relative Age Effects and
Gender Differences in the National Test of Numeracy: A Population Study of Norwegian Children.
Frontiers in Psychology, 9, 1091. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2018.01091
Baxter-Jones, A. D. G., y Helms, P. J. (1996). Effects of training at a young age: A review of the training
of young athletes (TOYA) Study. Pediatric Exercise Science, 8(4), 310-327. https://doi.org/10.1123/
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Bolckmans, S., Starkes, J. L., Towlson, C., Barnes, C., Parkin, G., y Helsen, W. F. (2022). Leveling the pla-
ying field: A new proposed method to address relative age- and maturity-related bias in UK Male
Academy Soccer Players. Frontiers in Sports and Active Living, 4, 847438. https://doi.org/10.3389/
fspor.2022.847438
Cobley, S., Baker, J., Wattie, N., y McKenna, J. (2009). Annual age-grouping and athlete develop-
ment. Sports Medicine, 39(3), 235-256. https://doi.org/10.2165/00007256-200939030-00005
Financiación
Agradecimientos
Conflicto de interés
Material complementario
Referencias
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