
H H - ª • V. • 2024 • [225-249] • ISSN 1136-6877 © Universidad de Huelva
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a hombres inuyentes en el gobierno, de ahí que el informe solo se viese como
meras sugerencias, si bien, nalmente, la compañía, tuvo que hacer algunas con-
cesiones ante la elevada inación.30
A esto habría que añadir que, con el aumento de la conictividad, también
empeoró el ambiente de vigilancia y represión, respaldados por las autoridades
españolas. En estas circunstancias, no es de extrañar que se sucedieran diversos
ataques contra la vida del director general de la compañía, Walter Browning.31
Uno de los momentos extremos de la lucha obrera durante la IGM fue la
huelga general de 1917, logrando paralizar prácticamente toda la provincia, in-
cluyendo los talleres y actividades portuarias de Huelva capital. A diferencia de
otras importantes huelgas, ésta se enmarcaba dentro del ámbito nacional, pero,
a su vez, este acontecimiento tenía mucho que ver con las consecuencias deriva-
das de la guerra, por un lado, y los acontecimientos en Rusia, por el otro, hecho
capital este último para exaltar la conciencia obrera. Con todo, las circunstancias
políticas que vivía España en esos momentos se podían calicar de extremas al
aorar todos los males del sistema de la Restauración32, señalado por su constante
y generalizada corrupción, donde incluso la prensa progubernamental, como La
Provincia de Huelva, se hacía eco de ella. El país parecía ingobernable y los anó-
malos y efímeros gobiernos de concentración se sucedían impotentes. Aún más
anomalía eran las Juntas de Defensa, donde los militares se hacían portavoces
políticos como en el siglo XIX y cuya rebeldía y desafío al gobierno encontraba
simpatías incluso en el mundo obrero.
Es por estas variadas razones que el socialismo, a través de la UGT, preparó
una huelga general, que contaría también con el apoyo anarquista y de los repu-
blicanos, para noviembre, pero que se tuvo que adelantar a agosto, lo que la hizo
carecer de suciente preparación y que pudiera ser más fácilmente manejada por
el gobierno, no respondiendo a las expectativas creadas por los líderes obreros,
pues tras seis días de duración fue duramente reprimida.
En Huelva, paradójicamente, esta huelga surge cuando el movimiento obrero
estaba más debilitado respecta a años anteriores, especialmente por las disiden-
cias dentro del sindicato minero33 y la realización de la huelga se explica más por
30 “Las protestas y paros puntuales obligaron a la Compañía a responder con una serie de
concesiones: en primer lugar, el mantenimiento de los precios de preguerra en los economatos; en
segundo lugar, conceder una prima del 10% por el encarecimiento de la vida desde 1915, aunque se
advertía que sería retirada cuando bajaran los precios.” Ferrero Blanco, María Dolores. “De la pri-
mera Guerra Mundial a la Huelga minera de Riotinto de 1920…”, p. 284.
31 Avery, David. Nunca en el cumpleaños de la reina Victoria: historia de las minas de
Rio Tinto. Huelva: Diputación Provincial de Huelva, 2009, pp. 294-295.
32 Peña Guerrero, María Antonia, de Lara Ródenas, Juan Carlos y Domínguez Domínguez,
Rosa María. “Huelva y la crisis de 1917”, Huelva en su historia, 3 (1990), pp. 451-459.
33 “En vísperas de la huelga de 1917, el Sindicato estaba prácticamente descabezado y perdía
fuerza poco a poco. Se había quedado sin agitadores, sin oradores y sin periodistas. Sólo tenía a su
alcance el recurso del paneto noticioso. Pero resultaba insuciente. Era el comienzo del n.” Bae-
na, Francisco. “Colonialismo y comunicación. La política informativa de la Compañía británica en
las Minas de Riotinto, Huelva (1913-1920)”, Zer, 23 (2007), p. 49.