
H H - ª • V. • 2024 • [73-129] • ISSN 1136-6877 © Universidad de Huelva
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La segunda parte de este presente trabajo de investigación tiene como objeti-
vo ofrecer una panorámica de la parroquia de Santiago Apóstol de Bollullos Par
del Condado en el siglo XVIII. Nos acercamos a algunas visitas pastorales que
se hicieron en el siglo de las luces, con el orden de la visita, las noticias de la lo-
calidad, el clero parroquial, religiosos y religiosas. También los aspectos sociales,
benécos y religiosos –capellanías, hospitales, patronatos, cofradías y ermitas–.
Y no podrían faltar el análisis económico de las cuentas de fábrica parroquial y
los mandatos de visita31.
Las visitas pastorales en el siglo XVIII se hacían siguiendo tres veredas: la
banda morisca, el condado de Huelva, y Écija, con la sierra de Cazalla. En el siglo
de las luces, en la zona de Huelva aparecen 16 vicarías32, siendo una de ellas, la
de Niebla, a la que pertenecía la localidad de Bollullos. En el transcurso de este
estudio iremos viendo la realidad de esta villa, a través de los libros de visitas
pastorales a los que hemos podido tener acceso33.
1.1. orDen De La visita (1712-1790)
Las instrucciones a los visitadores regulan la forma concreta de llevar a cabo
la visita pastoral34. Según estas instrucciones, una de las primeras cosas que hacía
andaluza, vol. 9 (2016), 155. El geógrafo y cartógrafo español de la Corona Tomás López (1730-
1800) trabajó en un proyecto de elaboración de mapas en un Diccionario geográco de las regiones
de España, entre ellas los reinos de Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla. Preparó un cuestionario de
quince o veinte preguntas que envió a los curas párrocos de los pueblos, las personas más cultas y
conocedoras de la geografía, historia y situación de los mismos. La solicitud contó con el apoyo de
los prelados españoles. El cuestionario demandaba informaciones geográcas muy precisas, pero
también muchas otras referentes a la historia, a las costumbres, a la sociedad, a la economía, etc., de
cada lugar. Por tanto, las respuestas a este cuestionario nos ofrecen el pasado como el presente de
cada lugar. Tomás López indicaba que el pueblo fuese el centro de un círculo cuya radio tuviera tres
leguas y las respuestas se centraran en este espacio. Los cuestionarios fueron enviados y las respues-
tas empezaron a llegar. Toda esa correspondencia fue archivándose para su posterior elaboración en
un diccionario. Tomás López no pudo llevar a cabo esta tarea, pues murió antes. Sus hijos tampoco
tuvieron la iniciativa suciente para continuarla y estas riquísimas informaciones fueron siendo
olvidadas y archivadas. Pascual Madoz se aprovechó de ellas para la redacción de su diccionario que,
en muchos casos, sigue elmente las respuestas enviadas a Tomás López.
31 La terminología eclesiástica y canónica de muchas palabras (diezmos, prestameras, bene-
cios, ponticales, capellanías), serán perfectamente denidas a lo largo de este artículo.
32 Tras la restauración, la diócesis de Sevilla no se dividió en arciprestazgos sino en vicarías.
Éstas agrupaban en torno a sí a un número indeterminado de parroquias -urbanas o rurales-, con
cabeza en un núcleo de población cercano de mayor importancia. Al frente de la vicaría está el
vicario foráneo que era el representante del arzobispo en su respectiva vicaría. Entre sus principales
funciones guran el control de los diezmos eclesiásticos y la vida del clero parroquial, como
podemos observar en el escrutinio secreto del clero.
33 AGAS. Fondo Arzobispal. Sección II: Gobierno-Visitas, nn. 5157-5232.
34 Respecto al estudio de las visitas pastorales en la archidiócesis hispalense han sido manejadas
cinco instrucciones a los visitadores: la Instrucción para los visitadores, aprobada por el cardenal
Rodrigo de Castro (1581-1600) e incluida en las sinodales de 1604; el interrogatorio por el cual
el señor visitador ha de examinar a los testigos, folios sueltos redactados en 1611; los Apunta-
mientos que se hacen a los visitadores de esta diócesis para el mejor método de las resultas
de visitas, redactados probablemente por Palafox en 1699; la Instrucción para los visitadores