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Revista Onoba
2024, Nº 12, 185-192 ISSN: 2340-3047
MARFIL VÁZQUEZ, F. Fora Baetica. La provincialización de los modelos forenses imperiales en la
Provincia Ulterior. Onoba Monografías, nº 12, 2022
Nuria de la O Vidal Teruel
CeNTrO de iNVesTigaCióN eN PaTrimONiO HisTóriCO,
CulTural Y NaTural. FaCulTad de HumaNidades
uNiVersidad de HuelVa
Resulta innegable la necesidad de contar con
actualizaciones y síntesis de conjunto sobre temas
fundamentales para la arqueología romana, caso del
foro, tal y como plantea la obra que comentamos a
continuación.
Hablar del Forum es hacerlo del corazón de la
romanidad, no obstante lo cual parece claro que
buscar en todos los foros del orbe romano una tras-
lación directa y estricta de los fora de la urbs es una
tarea poco menos que imposible y superada además
desde el punto de vista historiográco en los últi-
mos tiempos. Como para otros tantos aspectos de
la “romanización” han quedado atrás los intentos
de reconocer en todas las provincias romanas los
mismos modelos arquitectónicos, formas cerámi-
cas, ritos funerarios o religiosos, etc., en una especie
de traslación exacta y directa que viajaba junto con
el contingente militar y poblacional que iba incor-
porando nuevos territorios al Estado. En esta línea
del reconocimiento de las particularidades locales
durante el proceso de incorporación al modo de
vida romano se presenta la obra de Francisco Marl
Vázquez, cuyo título ya avanza este espíritu de rei-
vindicación del fenómeno en clave de adaptación en
función del contexto especíco de referencia.
El autor es un joven investigador, formado en
el seno del grupo de investigación Vrbanitas. Ar-
queología y Patrimonio de la Universidad de Huel-
va, donde ha participado en numerosos proyectos
de investigación de ámbito nacional e internacio-
nal que le han proporcionado la cobertura necesa-
ria para acometer con éxito esta empresa. Destaca
sobremanera el manejo de una ingente cantidad de
datos de diferente naturaleza, arqueológicos, epi-
grácos o escultóricos y de una cuantiosa bibliogra-
fía de referencia, gracias a lo cual se elabora una más
que loable síntesis sobre el signicado y materiali-
zación compleja del foro en un contexto territorial
amplio y diverso, a pesar de su aparente homoge-
neidad, y en un espacio temporal que abarca desde
la tardorrepublicanidad hasta las postrimerías de la
etapa antonina.
La obra que nos presenta, resultado de su tesis
doctoral, está articulada en cinco capítulos además
de un completo y actualizado corpus bibliográco
de referencia tal y como acabamos de sealar.
Los dos primeros capítulos contextualizan la
obra desde un doble punto de vista, conceptual y
geográco. Así, en el capítulo primero se desarrolla
un análisis sobre el marco territorial de referencia,
la Provincia Ulterior, desde el punto de vista de
su demarcación y características jurídicas, políticas
y económicas básicas. De entrada llama la atención
que se haya elegido esta denominación y no la que
resultó de la división augustea a partir del año 27
a.C., Baetica, y que se mantendrá incluso con la
posterior reordenación territorial de Hispania en
época de Diocleciano. Parece que de esta denomina-
ción pudiera colegirse que el ámbito cronológico de
análisis de la obra pudiera circunscribirse a los fora
de época republicana, aunque como se observa en el
capítulo tercero, ello no es así. De hecho el capítu-
lo segundo se centra en un detallado análisis de los
foros imperiales de la urbs, fundamentales para la
traslación del modelo arquitectónico a todo el mar-
co provincial. Quizá en aras de una mayor claridad
hubiese sido más oportuno emplear el doble epíteto
Ulterior-Baetica, que es además el que se contiene
en el título de la monografía y que acota de forma
inequívoca el marco geográco y cronológico de los
conjuntos forenses analizados, en el marco de sus
respectivas demarcaciones conventuales.
Por su parte, el capítulo segundo es también un
apartado de carácter conceptual sobre el foro, en-
tendido en una perspectiva arquitectónica y evolu-
tiva desde sus precedentes republicanos más tem-
pranos en todo el área centro meridional itálica;
así, el Forum Romanum, como zona de reunión
político-judicial y mercantil tendrá su origen tras
la expansión del área habitada de los asentamientos
del Capitolio, Palatino, Velia, Quirinal, Viminal y
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Revista OnOba, 2024, Nº 12
como tales a partir de evidencias arqueológicas, epi-
grácas o escultóricas y organizados según sus res-
pectivos conventos jurídicos, siendo el Hispalensis
el más numeroso (ocho casos), y repartiéndose el
resto entre el Cordubensis y Gaditanus, con dos
cada uno y el Astigitanus con tres, según el siguien-
te listado.
- Conventus Cordubensis: Colonia Patricia
(Córdoba) y Regina (Casas de Reina);
- Conventus Hispalensis: Arucci (Aroche), Car-
mo (Carmona), Contributa Iulia (Medina de las
Torres), Hispalis (Sevilla), Ilipa Magna (Alca
del Río), Italica (Santiponce), Munigua (Villa-
nueva del río y Minas) y Nertobriga (Fregenal
de la Sierra);
- Conventus Astigitanus: Astigi (Écija), Iliberri
(Granada) e Ituci (Baena);
- Conventus Gaditanus: Baelo Claudia (Bolo-
nia) y Carteia (San Roque).
Mención especial merece el caso de Celti (Peña-
or), donde los trabajos arqueológicos desarrollados
por la Universidad de Southampton a nales del
siglo XX aportan una serie de hipótesis en torno
a la funcionalidad de un gran edicio, identica-
do como el complejo municipal inicialmente, pero
que el autor pone en duda a partir del análisis de los
contextos fundacionales del edicio y que identica
como un espacio público pero de otra naturaleza,
caso de unos baños o una sede colegial posterior-
mente amortizada para la construcción de un gran
conjunto doméstico dentro del perímetro amuralla-
do de la ciudad.
Sobre la selección de estos casos, entendemos que
quizá habría sido oportuno incluir alguna mínima
reexión sobre la representatividad del conjunto
analizado respecto del panorama urbano completo
de la Provincia Baetica, máxime cuando al autor
ha participado en sendos proyectos de investigación
especícos sobre ello en los últimos años “Ciudades
Romanas de la Bética. CORPVS VRBIVM BAE-
TICARVM CVB”, I y II, y que habrían permitido
calibrar en qué punto se encuentra el conocimiento
sobre esta cuestión a escala global bética, tanto desde
un punto de vista cuantitativo como cualitativo.
Con todo, tras el análisis detallado de cada uno
de estos conjuntos, el capítulo se completa con va-
rios apartados de síntesis que pasamos a detallar.
Esquilino entre los siglos VIII y VII a.C. Pero la
primera mención del término foro se constata en
las leyes de las XII Tablas -siglo V a.C.- como re-
ferencia a la principal área pública de la ciudad y
como lugar donde se dirimían las disputas legales.
Ya durante la tardo-república el foro se presenta-
rá con una nueva imagen, desplazando al resto de
edicios públicos -thermae, ludi, macella, etc.- a
otros espacios e incorporando nuevos elementos
como la basílica, los pórticos como estructura uni-
cadora, reguladora y monumentalizadora del con-
junto, componentes menores como altares, estatuas
y elementos de representación, y el Capitolio como
principal edicio sacro en sustitución de los templos
dedicados a Júpiter. El foro adquiruna imagen
única que se propagó tanto por las colonias latinas,
romanas y el resto de ciudades, armándose como
un conjunto indispensable para el gobierno aunque
su incorporación fue desigual en función al grado de
romanización de éstas y sus habitantes.
Con todo, hablar de foro romano es hacerlo de
los conjuntos imperiales que se desarrollarán a par-
tir del dominio de la ciudad y todos los territorios
anexionados de manos de una sola domus a la que
se vinculauna arquitectura pública monumental
acompañada de un programa iconográco, cuyo
trasunto ideológico no tenía más objetivo que ase-
gurar y difundir el poder de la casa gobernante. Así,
de manera cronológica este capítulo transita por los
diferentes conjuntos forenses de la urbs- Roma-
que irán constituyéndose en modelos para su cons-
trucción en los diferentes territorios provinciales, el
foro de César, el foro de Augusto, el foro vespasia-
neo de la Paz, el foro de Nerva o forum Transito-
rium, cuyas más recientes interpretaciones apuntan
a una primera fase llevada a cabo por Domiciano,
durante la cual se construye una primera plaza ane-
xa al conjunto cesariano con un templo dedicado a
Minerva, ya identicado por H. Bauer en su obra
“Il Foro Transitorio e il Tempio di Giano” (1976-
1977) y que sería eliminado del proyecto de Nerva,
nalizando con el colosal foro de Trajano, el más
estudiado junto con el augusteo y del que existe una
copiosa bibliografía dedicada a cada uno de sus ele-
mentos, la Basílica Ulpia, la biblioteca, el mercado
o su emblemática columna.
El capítulo tercero, “Fora Baetica”, es el corazón
de este trabajo. En él se analizan con minuciosidad,
e incorporando las últimas novedades al respecto,
quince conjuntos forales, plenamente identicados
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Nuria de la O Vidal Teruel
reVisTa ONOba, 2024, Nº 12
El primero es de carácter cronológico y establece
una secuenciación en la inclusión de los conjuntos
forales en el ámbito urbano de la provincia. Así
durante la época republicana, desde el siglo II a.C.
hasta momentos primo-augusteos, coincidiendo
con la implantación del arquetipo congurado por
el Princeps, se identica una primera fase de cons-
trucciones en las las coloniae de Carteia, y los lla-
mados foros coloniales de Colonia Patricia e His-
palis, expandiéndose ya en época augustea, a las
ciudades de Italica, Nertobriga y Baelo Claudia.
Por último, se destaca el caso de Ituci, cuyo foro
se encuentra a caballo entre los modelos republica-
nos y el augusteo, identicándose una primera fase
durante el principado y una segunda en época tibe-
riana, momento en el cual se modicará su congu-
ración y se pavimentará la plaza con lastras pétreas,
se incluirá el mármol como elemento destacado y
se reproducirán los ciclos escultóricos dedicados a la
dinastía julio-claudia.
Durante la época augustea, el forum será rede-
nido, implantándose un nuevo arquetipo de plaza
pavimentada en piedra, aislada del exterior median-
te pórticos y tripartita -planta rectangular con la
aedes y la basílica enfrentadas ocupando los lados
cortos de la misma-, donde el mármol destaca por
su elevado valor simbólico y con las funciones co-
merciales derivadas a una construcción especíca o
macellum. A ese momento podrían adscribirse el
conjunto provincial o Forum Novum de Colonia
Patricia que se convertirá en el modelo a imitar,
sucediéndose las reformas para ajustar los conjuntos
existentes a los nuevos modelos en los conjuntos de
Hispalis, donde parece detectarse la construcción
de un nuevo conjunto que acogería el gobierno con-
ventual, Carteia, Nertobriga y Baelo Claudia, a
como en el propio forum coloniae patriciense y el
de Ituci. Igualmente se sucederán las fundaciones
de la colonia y capital del conventus Astigitanus
y los municipia de Arucci, Carmo, Contributa,
Ilipa Magna e Iliberri. Finalmente, se identica
una primera fase en las ciudades de Munigua y Re-
gina. Por último se construyó a nales de esta fase
julio-claudia el monumental complejo cultual de c/
Claudio Marcelo en la capital provincial siguiendo
los arquetipos del Forum Augustum y mostrando
el peso que ya tenía el culto imperial en la Baetica.
Durante la época Flavia, la concesión del ius la-
tii por parte de Vespasiano tras la nalización del
conicto civil provocará la última gran oleada mo-
numentalizadora que tendrá en los conjuntos me-
tropolitanos del Foro de la Paz y Foro de Nerva
los nuevos arquetipos a imitar. En esta coyuntura
se situarían los casos de Regina y Munigua, don-
de se constata una intensa actividad constructiva
que reejará el nuevo status jurídico municipal,
destinada principalmente a dotarlos de espacios
cultuales vinculados a la domus imperial como el
Templum Pietatis de la primera o el pórtico de dos
pisos como galería imperial, la basílica y los sacella
en la segunda. De igual modo, la inuencia que se
expandirá desde los centros hispanos de Emerita
Augusta y el conjunto de la provincia tarraconense
también se dejará sentir en Astigi donde se apunta
que el forum coloniae, al igual que el de Augusta
Emerita, se dotó de un muro de cierre alrededor de
la plaza a partir de época Flavia. Esto supondría que
el esquema augusteo de bloc-forum aislado del en-
torno no se implantaría durante la etapa augustea,
sino en momentos posteriores, siendo el período
Flavio el punto de inexión. Igualmente, la nueva
oleada monumentalizadora afectaría en mayor o
menor medida los fora ya existentes, detectándo-
se un importante crecimiento en la elaboración de
ciclos escultóricos imperiales con la incorporación
de la domus avia como ocurre en Astigi e Italica,
reaprovechando generalmente imágenes de empe-
radores julio-claudios sometidos a damnatio me-
moriae, y en menor medida en Carmo, donde un
fragmento de cornisa recuperada imita los ejempla-
res del templo de Vespasiano en el Foro de Nerva.
En la época antonina, pasado ya el impulso ur-
banizador ligado a las promociones avias, no se
observan grandes despliegues constructivos, a ex-
cepción del caso italicense cuya elevación al rango
colonial gracias a la inuencia trajanea y adrianea
conllevará su ampliación y monumentalización,
desplegándose una arquitectura pública que la en-
cumbrará como simulacrum romae. El otro lugar
de la Bética donde se identica un impulso similar
sería Astigi, donde habría que destacar importantes
conjuntos marmóreos tanto provinciales como im-
portados que evidencian uno de los períodos cons-
tructivos más orecientes de la ciudad desde la fun-
dación augustea. Con posterioridad a estos momen-
tos no se observan otros programas constructivos,
como corresponde a un periodo en que el cambio de
coyuntura generalizada con el descenso del poten-
cial económico hispano provocará el desinterés de
las oligarquías urbanas por el mantenimiento de un
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Revista OnOba, 2024, Nº 12
modelo ya agotado que no reportaba los benecios
asociados a su implantación.
El segundo apartado, que sintetiza la infor-
mación sobre los conjuntos béticos analizados, se
centra en los elementos o espacios funcionales que
conforman el foro como conjunto arquitectónico,
siguiendo para ello del esquema de la clásica obra
de Pierre Gros, L’Architecture romaine, du début
du IIIe siècle av. J.-C. à la n du Haut-Empire.
1, Les monuments publics (1996), de manera que
se dedican apartados concretos a cada uno de estos:
plazas y pórticos; aedes; basilicae; curiae, escasa-
mente documentadas estas últimas en el conjunto
bético analizado (sólo en los casos de Arucci, Ilipa
Magna, Munigua, Ituci y Baelo Claudia); aera-
ria y tabularia (vinculadas normalmente con las an-
teriores, por lo que sólo se documentan en Arucci,
Munigua, Ituci y Baelo Claudia); scholae (iden-
ticadas con claridad en Ituci, Arucci e Ilipa Mag-
na, e intuidas en Regina y Contibuta Iulia); sace-
lla (documentados con claridad en Arucci gracias a
la recuperación de una tabella ansata y múltiples
exvoto de terracota, además de en Carteia, Ituci,
Munigua, y atestiguada a través de elementos epi-
grácos en Regina y Astigi); y macella (identi-
cados claramente en los conjuntos forales de Arucci,
Ituci y Baelo Claudia y apuntados para otros luga-
res como Carteia, Colonia Patricia, Carmo e Ita-
lica). El apartado se cierra con un epígrafe dedicado
a “otras dependencias”, donde entrarían las “salas
de ediles” -identicadas claramente en Arucci gra-
cias al hallazgo de un conjunto de pondera in situ
(decempodio, plomada, unicia y semiuncia), y
apuntadas en Ituci y Baelo Claudia-, o las carce-
res, poco valoradas hasta el momento e identica-
das sólo para el caso de Contributa Iulia donde se
propone el uso de criptopórtico como carcer. Otros
espacios secundarios se proponen para el caso de un
posible chalcidium en Ituci, a lo que el autor suma
la posibilidad de identicarlo también en Arucci,
Ilipa Magna y Munigua.
El tercer apartado de esta larga síntesis lo cons-
tituye un minucioso y detallado análisis de elemen-
tos arquitectónicos, escultóricos y epigrácos. Re-
sulta del máximo interés la compilación de elemen-
tos procedentes de todos los conjuntos forenses y
que constituyen un recurso de indudable provecho
y utilidad para conocer el uso del marmor en los
foros béticos y que se relaciona con otros temas de
suma importancia, caso de la categoría jurídica de
la ciudad, la capacidad económica de su población,
la posible vinculación con la casa imperial, la exis-
tencia en el entorno de fuentes de abastecimiento,
las vías de importación, y por supuesto, la existen-
cia de talleres y marmorarii. Siendo destacable el
conjunto de datos de la monografía, en nuestra opi-
nión este apartado destaca sobremanera gracias a la
importancia que se otorga a un tema, en apariencia
abordado siempre de manera individualizada como
parte de estudios epigrácos o escultóricos, y que
constituyen una novedad al ser abordado como
aspecto nuclear en el análisis de los conjuntos fo-
renses. De ahí que resulten especialmente destacable
las tablas incluidas en las guras 164 y 165, que re-
sumen y clasican todos los fragmentos/elementos
marmóreos conocidos hasta el momento en estos
espacios según categoría y material, conforme a la
siguiente catalogación: A) Mármol importado; B)
Mármol provincial; C) Mármol local; D) Mármol
Indeterminado; E) Caliza/granito. Además de un
análisis cuantitativo y porcentual de su presencia en
los distintos sitios analizados, también se incluye un
análisis cualitativo sobre el destino de cada uno de
estos materiales a diferentes espacios y elementos
constructivos en una suerte de jerarquización de su
empleo conforme a una consciente planicación de
su ubicación para la máxima difusión de los mode-
los y arquetipos imperiales en la provincia.
El siguiente apartado se dedica precisamente al
proceso de adaptación de los arquetipos forenses
imperiales a partir de los condicionamientos pro-
pios de los entornos urbanos béticos, de manera que
a partir de la diferenciación básica de su condición
jurídica se aborda la asimilación de dichos modelos
en las coloniae y los municipia. En las coloniae,
Colonia Patricia, Astigi, Ituci y Carteia -se ex-
cluye a Italica por su promoción excepcional en un
momento tardío dentro del fenómeno forense bé-
tico e hispano, un hecho que supone que todos los
datos derivados del análisis de su fórum se ajusten
más a las características de los conjuntos munici-
pales que a los coloniales- destaca sobremanera la
monumentalidad y la emulatio de la composición
e iconografía escultórica del Forum Augustum.
Con todo, sí es posible advertir una diferencia entre
aquellos construidos durante momentos republica-
nos como el foro colonial patriciense o de Carteia.
El primero compuesto por un área sacra o capitolina
separada de la plaza por el kardo y que contaría con
un comitium/curia en el lado opuesto, estando los
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espacios laterales dedicados posiblemente al comer-
cio y, posteriormente, a funciones judiciales con la
introducción de la basílica en el pórtico sur. Y el
segundo, con un modelo en terrazas que aprovecha
las construcciones precedentes, pero introduciendo
una tipología templar etrusco-itálica como la que se
estaba desarrollando en la península Itálica, concre-
tamente en un complejo coetáneo y de característi-
cas similares, el templo de Juno en Gabi. Ambos pa-
recen presentar cambios notables en su composición
en momentos posteriores, añadiéndole al primero
el edicio basilical a mediados del I a.C., una pavi-
mentación pétrea a la plaza y la propia construc-
ción del llamado Forum Novum a mediados del
I d.C.; por su parte el complejo de Carteia vivirá
un fuerte proceso de reforma y homogenización a
partir de época augustea que modicará y regula-
rizará el conjunto. Por el contrario, los conjuntos
coloniales de Ituci y Astigi parecen ser objeto de
menores modicaciones; aunque ambos presentan
procesos de monumentalización entre mediados y
nales del I d.C., su conguración no parece cam-
biar manteniendo el mismo esquema. Esta circuns-
tancia parece apuntar a que estos conjuntos fueron
proyectados siguiendo unos cánones establecidos, al
menos, desde comienzos del principado, siendo el
fórum tripartito o bloc-forum el modelo a imi-
tar, una tipología que será introducida en estos mo-
mentos en Roma con la construcción del Forum
Augustum. Por su parte, los foros de municipia se
identican en Regina, para el conventus Cordu-
bensis, Arucci, Carmo, Contributa Iulia, Ilipa
Magna, Italica, Munigua y Nertobriga para el
Hispalensis, Iliberri para el Astigitanus y Baelo
Claudia para el Gaditanus. En estos casos, todos
núcleos urbanos de referencia territorial que aglu-
tinaban a poblaciones dispersas y convertidos en
puntos de control administrativo-territorial, parece
existir un modelo de arquitectura pública concebi-
da para acoger a un elevado número de personas y
donde se contemplaba un importante culto al empe-
rador como responsable de la provisión de servicios
públicos -thermae, ludi y zonas comerciales-.
Es el culto imperial dentro del conjunto forense
el que cierra este apartado de síntesis del capítulo.
Resulta de interés en este análisis la dicotomía de
partida entre la caput provincia y el resto de -
cleos urbanos. Por ello es preciso tener en cuenta
la diferencia entre el culto imperial desarrollado de
forma individual por las ciudades, y el ejercido a
través del Concilium Provinciae ancado en Colo-
nia Patricia desde época avia y desarrollado por
los amines; y el ejercido por los augustales, de-
pendientes del ordo municipal. De esta manera, los
testimonios recogidos ponen de maniesto la om-
nipresencia de las representaciones imperiales desde
los momentos iniciales de sus respectivos complejos
cívicos. Aunque antes de aceptar la instauración de
un culto imperial provincial deba tenerse la precau-
ción de discernir entre las imágenes imperiales que
estaban destinadas a recibir culto y las que no. En
líneas generales y para el conjunto de ciudades bé-
ticas, las distintas manifestaciones parecen apuntar
al nacimiento de un culto imperial, al menos, desde
época de Tiberio; así parece reconocerse en la cons-
trucción del foro provincial y la dedicación de su
aedes; en Italica, en el epígrafe dedicado a Tiberio
antes de ser adoptado por Augusto -4 d.C.- y las
representaciones plásticas, dos retratos de Augusto
y fragmento inferior de Hüftmantel-; en Nertobri-
ga, en el epígrafe votivo que dedica los templos ge-
melos y en Ituci, en el ciclo del Divus Pater. Con
todo, el autor toma en consideración la corriente
crítica desarrollada por algunos investigadores que
obliga a tener precauciones con aquellos elementos
identicados inicialmente con un culto imperial,
caso de esculturas o epígrafes dedicados al empera-
dor o su domus o la existencia del collegium de los
augustales. En este sentido, y a pesar de la indu-
dable y generalizada carga religioso-política de los
conjuntos forenses, no deja de destacarse la marcada
carga cultual en determinados espacios, aparente-
mente civiles, caso de las basílicas, que podían llegar
a tener una categoría templar gracias a la inclusión
del aedes Augusti. Respecto de los augustales, el
autor se posiciona claramente en favor de que su
presencia implicaría necesariamente la existencia de
un culto imperial, dada que ésta sería la única razón
de ser de esta asociación, monopolizada básicamen-
te por el colectivo de libertos imperiales. Un último
argumento de gran interés para la constatación de
este culto deriva del análisis de las líneas de visión
de los principales espacios con representación im-
perial en un claro ejercicio de uso de las imágenes
al servicio del trono imperial. De este modo, en la
ordenación espacial en los distintos fora, las imáge-
nes de la casa imperial adquirirán una fuerte carga
simbólica y donde la plaza jugaba un papel esencial
como elemento articulador del espacio, tal y como
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Revista OnOba, 2024, Nº 12
se observa en Arucci, Contributa, Ituci, Astigi y
Baelo Claudia.
Aunque el ámbito geográco y territorial central
de este estudio es la provincia Ulterior-Baetica,
no por ello se obvia la necesaria contextualización
que preside la investigación arqueológica y que en
este caso se traduce en la inclusión, en el capítulo
cuatro, de un completo análisis de otros conjuntos
forenses hispanos sobre los que se aporta un detalla-
do y cuantioso corpus de citas bibliográcas para
su conocimiento en profundidad y que incluye los
siguientes casos:
- Provincia Lusitania: Aeminium (Coimbra),
Ammaia (Marvão), Augusta Emerita (Méri-
da), Bobadela (Loures), Capara (Cáparra), Ci-
vitas Cobelcorum (Figueira de Castelo Rodri-
gol), Civitas Igaeditanorum (Idanha-a-Velha),
Conimbriga (Conimbriga), Ebora (Évora), Pax
Iulia (Beja) y Seilium (Tomar) y Mirobriga, a
la que el autor adsribe erroneamente con Ciudad
Rodrigo (Mirobriga Turdulorum)- cuando en
realidad debería referirse a la Mirobriga Celti-
corum, cercana al municipio de Santiago do Ca-
cém, en Portugal.
- Provincia Tarraconensis: Asturica Augusta
(Astorga), Barcino (Barcelona), Bilbilis (Cala-
tayud), Bracara Augusta (Braga), Caesar Au-
gusta (Zaragoza), Carthago Nova (Cartagena),
Clunia (Coruña del Conde - Peñalba de Castro),
Complutum (Alcalá de Henares), Conoenta
(Duratón), Emporiae (San Martín de Ampu-
rias), Ercavica (Cañaveruelas), Iulia Libica
(Llívia), Libisosa (Lezuza), Lucus Augusti
(Lugo), Iuliobriga (Retortillo), La Cabañeta (El
Burgo de Ebro), Labitolosa (La Puebla de Cas-
tro), Lucentum (Alicante), Pollentia (Alcudia),
Saguntum (Sagunto), Santa Criz de Eslava (Es-
lava), Segobriga (Saelices), Tarraca (Los Baña-
les), Tarraco (Tarragona), Termes (Tiermes),
Uxama (Osma), Valentia (Valencia) y Valeria
(Valeria).
El capítulo quinto incluye las conclusiones que
tienen como eje central la determinación de una ar-
quitectura potencialmente denible como bética, a
partir de un espacio urbano concreto, el foro. Sobre
ello, da la impresión de que la cuestión no queda
plenamente resuelta a través de una respuesta con-
creta. Más bien se despliegan una serie de conside-
raciones de conjunto sobre diferentes aspectos que,
nalmente, llevan a la conclusión de que quizá no
resulte posible hablar de una arquitectura foral es-
pecícamente bética más allá de que se compartan
algunas características concretas. En todo caso, es
la aedes la que recibe la máxima atención por parte
del autor convirtiéndose en el leitmotiv que agluti-
na los principios de dignitas y status, a partir de
los cuales los núcleos béticos enlazan directamen-
te con la caput mundi en un ejercicio de imitatio
sometido a los condicionamientos propios de cada
uno de estos.
Así, y desde un punto de vista cronológico, des-
taca la pronta asimilación del fenómeno forense a
causa de la permeabilidad y aceptación del domi-
nio romano por parte de la población indígena. Ello
permitirá una clara difusión de los denominados
arquetipos republicanos y cesarianos, con una ma-
yor presencia de templos capitolinos y plazas que
presentan porticados dobles o basílicas en sus lados
longitudinales. Igualmente, la arquitectura sobre
piedra local constatada en ciudades como Carteia y
Baelo Claudia parece poner de relieve la existencia
en esta zona de un fuerte sentimiento de perviven-
cia cultural prerromana.
En lo que respecta a la composición, los comple-
jos forales béticos cumplen una condición básica de
la arquitectura romana, la identicación de la cate-
goría jurídica de su ciudad a través de su paisaje ar-
quitectónico, teniendo como principal indicador su
aedes. Al contrario de lo que ocurre en algunos fora
hispanos, la dignitas y categoría jurídica de las ciu-
dades béticas queda reejada en su edicio templar.
De este modo, solo el complejo que acoge el gobier-
no provincial cuenta con un templo octástilo, el
máximo exponente de la categoría templar romana,
siendo hexástilos los de los complejos forenses de las
cabezas administrativas conventuales, y tetrástilos
el resto de edicios templares béticos. En esta cate-
gorización no encaja el templo de Carteia, aunque
dada su condición particular de colonia latina más
antigua del territorio se entiende como un elemento
de prestigio además de ser anterior a la propia crea-
ción de la Provincia Baetica.
De igual manera, el análisis pormenorizado de
los elementos que conformaban el conjunto forense
pone en evidencia una jerarquización de los propios
materiales empleados, destinándose los de mayor
prestigio o consideración a las representaciones im-
periales y la elaboración de los capiteles, cornisas y
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Nuria de la O Vidal Teruel
reVisTa ONOba, 2024, Nº 12
arquitrabes de la aedes. De esta forma el elemento
predominante en la Bética será el mármol origina-
rio de las canteras provinciales, destacando las de
Estremoz en la Lusitania, o Almadén y, en me-
nor medida, Macael en la Baetica. El uso masivo
de los mármoles de las canteras imperiales quedaba
reducido a los lugares donde hubiera miembros de
la administración imperial, como las capitales pro-
vinciales, conventuales o ciudades de especial signi-
cación estratégica y/o comercial como pudieron
ser Arucci, Munigua o Baelo Claudia, y ciudades
del entorno inmediato a las capitales administrati-
vas que recibieran parte del material exportado de
las canteras imperiales así como a los propios talle-
res ociales, caso de Italica y Carmo. En cualquier
caso, solo en el foro provincial se constata el uso
masivo de mármol importado, resultando su pre-
sencia en el resto de conjuntos más anecdótica que
normativa, erigiéndose su arquitectura, escultura y
epigrafía en materiales eminentemente provinciales
y locales, tal y como muestra la propia capital asti-
gitana. El auge de la arquitectura forense bética en
época augustea supondrá que buena parte de los ele-
mentos más distinguidos de la arquitectura, escul-
tura y epigrafía se realicen sobre mármol de Luni,
aunque se ha constatado el uso de otros materiales
como el mármol de Paros, Giallo Antico, Pavona-
zzetto, pentélico, etc. concentrados especialmente
en la aedes del denominado Forum Novum de Co-
lonia Patricia.
Al igual que ocurre con los materiales y la mo-
numentalidad, la propia ocupación del espacio tam-
bién se encontraba bajo una estricta jerarquización
De este modo, había lugares calicados como de
“primer orden”, reservados de forma exclusiva para
las representaciones imperiales como la curia, la
aedes augusti y la propia cella de la aedes. A estos
se añadirían las salas y espacios que estaban abiertos
directamente a la plaza, ya fuera a modo de aedi-
culae o ciclos escultóricos exentos, normalmente
pedestres, que se exhibían en las inmediaciones de
la aedes o en los intercolumnios de los pórticos
orientados hacia el espacio abierto. En las mismas
condiciones se encontraban aquellas divinidades
que representaban alguna virtud asociada al trono
imperial, aunque su posición parece quedar reducida
al interior de edicaciones tipo aedicula, así como
la propia imagen del genius municipii como dei-
dad representante de la ciudad.
En cuanto a la representación de las imágenes
imperiales se desarrollan de múltiples tipos: seden-
tes o pedestres, semidesnudas, divinizadas, portan-
do la toga como como jefe político del Estado, con
coraza como comandante en jefe de los ejércitos, ca-
pite velato como máxima autoridad religiosa, etc.
Las representaciones de las oligarquías se reducen
a personajes togados, destacando su posición como
miembro del senado, o capite velatio para aquellos
representantes de instituciones religiosas.
En lo que respecta a la epigrafía evergética, de-
jando al margen la que se desarrolla en los frisos
templares y contiene las dedicaciones de los mis-
mos, recogía las donaciones de la oligarquía urbana
en placas, pedestales o, incluso, inscripciones pa-
vimentales. De esta manera la aedes se postula de
nuevo como un edicio determinante en los esque-
mas forenses béticos, el cual recibirá los materiales
de mayor prestigio y se tenía un especial cuidado en
lo que respectaba a su composición, evidenciando
un status superior al resto de funciones y edicios
que se desarrollaban en estos conjuntos públicos,
encontrándose físicamente sobreelevado para dotar-
lo de un mayor impacto visual y dar sensación de
preeminencia.
Cierra el volumen un cuantioso corpus biblio-
gráco de 43 páginas [281-325], como corresponde
al tratamiento de un tema, el foro romano, al que se
han dedicado ríos de tinta desde hace décadas, y que
ya cuenta con un repertorio de títulos convertidos
en “clásicos”, casos, entre otros, de Le culte impe-
rial dans la Péninsule Iberique d’Auguste a Dio-
cletien, de R. Etienne (1958); The imperial cult in
the latin west. Studies in the Ruler Cult of the
Western Provinces of the Roman Empire, publi-
cada por D. Fishwick, en varios volúmenes desde
1987 a 2005; Arquitectura forense en la Hispania
romana, bases para su estudio, de J. L. Jiménez
Salvador, referencia obligada para el conjunto his-
pano desde su publicación en 1987; o Curia Ordi-
nis. Recherches d’architecture et d’urbanisme
antiques sur les curies provinciales du monde
romain, de J. Ch. Balty de 1991; a las que se suman
las fundamentales de F. Coarelli, Il Foro Romano I.
Periodo arcaico (1983) y Il Foro Romano II. Pe-
riodo repubblicano e augusteo (1985), P. Zanker,
Il foro di augusto (1984) y Augusto y el poder de
las imágenes (1994) y P. Gros, y su monumental
L’Architecture romaine, du début du IIIe siècle
av. J.-C. à la n du Haut-Empire. 1, Les monu-
192 Reseña
Revista OnOba, 2024, Nº 12
ments publics (1996). A todo ello se suman nume-
rosísimos títulos más recientes y especícos sobre
todos los aspectos que se abordan en el texto, tanto
a escala nacional como internacional, y que reejan
un extraordinario y exhaustivo conocimiento sobre
la cuestión.
El texto se acompaña de un abundantísimo cor-
pus gráco (203 guras) de extraordinaria calidad,
ampliamente explicado y siempre en directa rela-
ción con el texto al que acompaña. Resultan real-
mente útiles todas las guras referentes no sólo a las
plantas de los conjuntos conservados, sino aquellas
que incluyen y compilan elementos arquitectónicos
concretos, restos epigrácos y escultóricos, existen-
tes en numerosísimas publicaciones especícas y
que de otro modo resultaría extremadamente difícil
poder manejar a un mismo tiempo.
En denitiva, por su carácter compilador y ac-
tualizado, esta obra se erige en un título absoluta-
mente recomendable y de obligada referencia tanto
desde el punto de vista investigador como acadé-
mico, al que deberán acudir todos aquellos intere-
sados en adentrarse con garantías en el corazón de
la que fue una de las provincias más apreciadas por
el estado romano desde su temprana incorporación
a las vastas posesiones que conguraron el mayor
conjunto territorial del mundo antiguo.