Pesca con jábega. Un grupo de jabegueros extienden la red para embarcarla. Portil (Huelva). Fecha: 1910. Autor: (sin firma). Colecc. Hemeroteca Histórica de ABC – ABC fotos-.
COMENTARIO:
(En las costas de) Andalucía, como las de Málaga en el Mediterráneo y las de Huelva en el Atlántico, la gente humilde del mar, trabajadores de rudo nervio (…)
(…) Jábega es la red a la que llaman también arte y aparejo, jábega también llaman a la barca de especial proa griega de que se sirve para dicha pesca. Desde la orilla del mar en zonas en las que especialmente la sardina se cala el arte llevándolo en su seno la embarcación que dejando un cabo en tierra va desenrollándolo [“largando red”] mar adentro describiendo un semicírculo hasta llegar a la orilla unos quinientos metros más allá del punto de partida; los extremos de los dos cabos ya en tierra se mantienen éstos sobre el mar a flote gracias a unos odres de borrego llenos de aire y en el centro del semicírculo o sea la parte más interna del mar está calado el copo de la jábega al lado del cual se mantiene la embarcación desde donde el patón a de guiar la operación a los que la realizan desde tierra firme.
Desde ésta quince o veinte hombres asidos a cada uno de los lados de los cabos del aparejo merced a unos “estribos” que se lían a la cintura y pasar por el hombro afianzándolos a la maroma de los barcos van en doble hilera desforzados tirando de la jábega verificando su arrastre perpendicularmente a la orilla y sacándola del mar de éste modo, siguiendo las instrucciones que a gritos les comunicaba el patrón dos de la barca a fin de procurar lo que es esencial que el copo de la jabega éste siempre es en el centro de la curva de arrastre dentro del mar a medida que la red se va aproximando a la playa unos galopines van quitando los odres y amontonándolos sobre la arena y otras van recogiendo y liando la maroma que van saliendo del mar a medida que la red se va saliendo del mar y los que en hileras en ambas a las del aparejo verifican el arrastre pasan sucesivamente de los primeros puestos a los últimos. Sin abandonar el contacto con la orilla del agua y cada vez se van también como es lógico acercando más entre sí las dos alas cercando la curva hasta que al llegar a tierra la red se junta ambas con el “copo” cerrado.
Y la pesca poca o mucha saltando plateada y auriciente entre las mallas. Claro que todas estas faenas se realizan entre órdenes a gritos inmaculados y los ¡Jala! ¡jaa! Y una vez río infernal sin sentido alguno. La jábega, ya en la orilla, se abre el copo sobre la arena de la playa ante los ojos ávidos de todos pescadores, familiares y curiosos, en medio de una algarabía horrible, gritos de júbilo si el vapor viene bueno o desaliento si lo contrario. El pescado ya en la mano pasa a ser encanastado o clasificándolos por lotes de sardinas bucles y tromperos pescadillas chocos y calamares y el resto de mala calidad morralla diversa. Las canastas se transportan en unos barcos de vela que las llevan a la ciudad para su venta. Éstas operaciones se hacen por cuenta de un patrón, dueño de la jábega que pagan a los hombres con un pequeño estipendio por cada arrastre y determinada cantidad de “morralla” y pan. Sólo viéndolo es cuando se comprende cuan rudo y agotador es el esfuerzo de estos hombres a veces mujeres y niños halados bárbaramente asidos existidos enterrándolos los pies desnudos en las arenas calcinadas para apalancar el esfuerzo y los cuerpos inverosímiles inclinados en ángulo agudo sobre la tierra hasta apoyarse con ellas con las manos y ésta operación la repiten además varias veces al día según las posibilidades de pesca. Viendo trabajar y vivir a ésta pobrísima gente sin necesidad de tan dramática escena como las inmortalizadas por los mágicos pinceles de Sorolla brotará de nuestros labios su trágica exclamación: ` ¡ Y aun dicen que el pescado es caro”!.
Fuente: Transcripción del artículo: “La pesca con jábega en las playas de Huelva”, Odiel, 31-10-1942, p. (3). Hemeroteca Histórica de la Diputación Provincial de Huelva.
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(La pesca con jábega se practicaba en otras zonas del litoral andaluz y portugués; en la costa oriental de Málaga, por ejemplo, este aparejo se conocía indistintamente como jábega o “copo”. Véase el portfolio dedicado a ello en este canal web: enlace aquí, que incluye un vídeo donde se reconstruye este tipo tradicional de pesca litoral que todavía se podía ver bien entrado el siglo XX. N. del Prof.)
Portfolio de Irene Infante Moreno
Asignatura: Historia Contemporánea de España. Prof. Dr. F. Contreras
(Grado de Historia 16/17)
Para el canal Visto y No Visto. Historia y Gestión Cultural desde la Imagen
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