
Por Manuel José de Lara Ródenas
Acaba de cumplirse el centenario del nacimiento de Diego Díaz Hierro. Quizás a las nuevas generaciones de onubenses les pase inadvertida una fecha como ésa o incluso su nombre no les diga mucho más que el de una calle escondida o una pequeña plaza de Huelva, en la que se encuentra su busto. Pero para los que nos hemos dedicado a la Historia de esta ciudad, para los que amamos la poesía o para quienes nos pasamos media vida entre libros, Diego Díaz Hierro es una figura imprescindible a la hora de conocer el pasado y entender la cultura y signos de identidad onubenses, más allá de tópicos fáciles y frases hechas. Historiador, poeta, articulista o cronista de Huelva, entre otras cosas, concentró en sí mismo mil y un perfiles y todos ellos pueden verse en el extraordinario fondo de la casa museo que legó a la ciudad y que actualmente se encuentra gestionado por el Archivo Municipal de Huelva en la Casa Colón. Su biblioteca antigua es con mucha diferencia la mejor de la ciudad y su hemeroteca es prácticamente la única. Sus mil quinientas carpetas repletas de datos sobre el desarrollo histórico de Huelva son un caudal de referencias increíblemente rico, de donde han bebido y siguen bebiendo muchos investigadores, que lo han tratado con mayor o menor honestidad, según los casos.
Conocí a Diego Díaz Hierro siendo yo niño y muchas veces fui a su casa de la mano de mi padre, José Manuel de Lara, que fue uno de los pocos amigos que lo acompañaron hasta el final y que cumplió el papel de albacea literario suyo, encargado de organizar una ingente obra inédita que había quedado dispersa y que terminó saliendo a la luz en forma de nueve obras póstumas. Muy lejos estaba yo de comprender entonces la altura intelectual de aquel hombre de aspecto antiguo y cabeza prominente que muchos llamaban Dieguito y que mi padre, alumno suyo de literatura en el Instituto La Rábida, seguía llamando don Diego. Fue ya después, muerto él, cuando yo estudiaba la carrera de Geografía e Historia en el Colegio Universitario de La Rábida, cuando fui descubriendo su desbordante personalidad y su carácter de patriarca de los historiadores de Huelva. Infatigable investigador en los archivos, supo unir su disciplinada vocación por el rigor con una gracia expresiva que hace que sus libros tengan a la vez erudición y amenidad, dos características que muy pocos son capaces de conjugar satisfactoriamente. Sus libros sobre las calles y las plazas de Huelva, sobre La Merced, La Cinta, La Soledad, la imprenta o los Guzmanes, por citar algunos, son obras pioneras y han aportado, hasta hace muy poco tiempo, gran parte de la información de que disponíamos sobre nuestro pasado moderno.
Sin embargo, no quisiera dejar de presentar a Diego Díaz Hierro en su faceta poética, pues durante su juventud y temprana madurez fue, fundamentalmente, un poeta, y de los grandes. En algunos de sus primeros libros poéticos (El molino de cartón, Tu vida en secreto, La fiesta de las rosas o La poesía de los niños, por ejemplo) hay mucha de la mejor poesía que se ha escrito en Huelva, y la suya fue justamente valorada en Madrid como una de las voces más interesantes de la generación de la posguerra, como dijo de él Ángel Valbuena Prat. Era poesía muy popular, con mucho gusto por la brillantez y el colorido en la expresión, cincelada y sorprendente en el dominio de las formas rítmicas. Su inmersión en el océano silencioso de la investigación histórica le hizo luego dejar en segundo plano la poesía, que fue serenándose y tomando tinturas más melancólicas, como muestran muchos poemas de los cuatro libros inéditos que mi padre le publicó póstumamente. Para Huelva, su historia y sus señas propias, Diego Díaz Hierro será siempre un investigador de raíces, pero gran parte de lo que perdurará en el tiempo de su obra llegará sin duda de su poesía, limpia, cristalina y vivificada en los temas transcendentales de la condición humana. Éste es el Diego Díaz Hierro que yo veo a los cien años de su nacimiento.
Ven a la biblioteca a conocer más sobre la obra de Diego Díaz Hierro. Entre otros, puedes encontrar: